El futuro de Renato Ibarra, todavía jugador del Club América, es incierto. Sobre él pesan los cargos de tentativa de feminicidio y de aborto, por la agresión en contra de su pareja sentimental, Lucely Chalá, así como hacia la hermana de ella. Esta situación provocaría que las Águilas decidan anunciar su desvinculación con el futbolista ecuatoriano.
De acuerdo con información del diario Reforma, los directivos del equipo azulcrema tienen perfecto conocimiento de la situación que vive Ibarra desde la noches del jueves de la semana pasada, sin embargo, esperarán a la resolución de la audiencia intermedia, misma que se llevará a cabo en el Reclusorio Oriente para anunciar su postura final.
La determinación de la directiva sería cortar la relación con el volante ofensivo, aun cuando en mayo del año pasado, Santiago Baños, director deportivo de la institución, anunció la renovación del contrato del jugador que era un recurrente en las alineaciones de Miguel “Piojo” Herrera, hasta el 2023.
Acerca de este tema, el entrenador de las Águilas hizo declaraciones después del entrenamiento de su equipo el martes por la tarde, pero éstas fueron escuetas, ya que únicamente dijo que América resolverá el futuro deportivo del jugador en un lapso de dos a tres días.
Ibarra se había convertido en uno de los elementos más importantes en el esquema de Herrea, aunque en el actual torneo no había estado en ningún partido, pues en enero fue operado a causa de una lesión en el aductor largo derecho, misma que lo mantendría fuera de la acción por tres meses.
Las razones por las cuales La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México calificó como tentativa de feminicidio y aborto las agresiones de Ibarra hacia su pareja se basan en que los policías capitalinos que llegaron al domicilio también fueron testigos de la agresividad y las amenazas del futbolista hacia las mujeres mencionadas.
En la carpeta de investigación se asentó que el ecuatoriano les gritaba “lárguense de aquí” o “les voy a partir su madre”. Además, según una declaración escrita de Lucely Chalá, ambos estaban en su habitación cuando la jaloneó del cabello y la empujó contra la pared pese a saber que ella tenía un embarazo de alto riesgo.
“¡Me vale verga, péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles!”, gritó Renato, mientras los familiares de éste agredían a Lucely. Cabe destacar que esta frase también forma parte de lo que declaró Chalá ante la fiscalía el viernes, cuando se encontraba hospitalizada.
El elemento contundente por el cual Ibarra se mantendría en prisión es que, según el reporte médico de la agresión, Chalá presentó un hematoma que “ocupa más del 50% del espacio reroplacentario, el cual almacenaba a un producto de 9.5 semanas de gestación”, así como golpes en el tórax, antebrazo y dedos.
Lucely Chalá habló con la revista TV Notas para explicar cómo era su relación y qué había ocurrido la noche del incidente. Dijo que comenzaron a salir desde el 2013 y mencionó que siempre había mostrado un carácter voluble, “era violento con sus palabras”, pero nunca había alcanzado las agresiones físicas.
Sin embargo, detalló que los eventos del 5 de marzo obedecieron a una cadena previa de problemas entre la familia del futbolista y la suya. “Justamente, dos días antes (de la noche de la agresión), Renato mandó traer de Ecuador a sus familiares: su hermana Alexandra, el esposo de ella, Marlon; su hermano Byron y su esposa Tania, y Victor, un amigo en común, quienes se quedaron en nuestra casa”.
También explicó que una semana antes, su hermana había llegado de Ecuador para visitarla y ayudarla con el embarazo. “Eso como que le molestó, y me dijo que también venía su familia para protegerlo. Yo le pregunté: ‘¿De qué te van a proteger?’”, dijo a la revista.
La noche de los hechos, la familia de Renato comenzó a agredir verbalmente a Lucely, quien optó por salir de su casa para evitar que el problema se incrementara. Cuando el futbolista llegó, le pidió que calmara la situación, pero “se irritó más” y luego sucedieron los eventos dentro de la habitación. De ser encontrado culpable, el jugador podría pasar de 29 a 66 años de prisión.
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