Lionel Messi es siempre peligroso a la hora de ejecutar los tiros libres. Sea que esté en un partido genial o en uno sin tanto brillo, los adversarios saben que el argentino es siempre una garantía para el Barcelona desde las pelotas paradas. Con ese dato en mente, la Real Sociedad ideó un peculiar plan para evitar que La Pulga festeje a través de esa vía.
El encuentro entre el conjunto blaugrana y los vascos, válido por la fecha 27° de la Liga española, estaba 0-0 en el Camp Nou. Los visitantes se llevaban un valioso punto de su excursión a tierras catalanas e intentaban defenderlo “con uñas y dientes”. Sobre los 56 minutos, los locales contaron con un tiro libre a favor en las inmediaciones del área y así se activó el plan ideado por los de Imanol Alguacil.
Mientras Messi acomodaba el balón para darle con su zurda, los once jugadores de la Real Sociedad se pararon dentro del área. Tres fueron a la barrera, cuatro tomaron a sus marcas en el área chica y uno quedó suelto. Lo más insólito fue que los dos restantes se pararon, junto al arquero, sobre la línea de gol. Cada uno de ellos se quedó sobre uno de los palos, quitándole así variantes al pateador.
La fórmula funcionó: el rosarino pateó -aunque sin demasiada fuerza- y uno de los defensores que estaba en el área chica despejó la pelota de cabeza.
Más allá de que el planteo de la visita fue efectivo en esa jugada puntual, la estrategia se desmoronó a falta de diez minutos para el final del partido. En ese momento, el árbitro Juan Martínez cobró un penal por una mano a instancias del VAR y le permitió a Messi marcar el 1-0 desde los doce pasos. Fue el gol del triunfo para los dirigidos por Quique Setién, que se subieron a lo más alto de la Liga española, al menos hasta que el Real Madrid juegue su partido de la actual jornada ante Betis el domingo.
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