Acusado de ingresar a Paraguay junto a su hermano con pasaportes falsos, Ronaldinho fue trasladado a la Fiscalía para prestar declaración indagatoria, luego de pasar la noche vigilado por una consigna policial en la suite presidencial del hotel Yacht y Golf Club de Asunción en la que le encontraron la documentación apócrifa. Ya en sede judicial, el ex enganche del Barcelona, de 39 años, fue protagonista de un nuevo escándalo.
A la espera de declarar ante los fiscales Alicia Sapriza, Manuel Doldan y Federico Delfino, intervinientes en la causa, el astro fue custodiado por integrantes de la Comisaría 3ra. Metropolitana. Y el comisario principal Miguel López Russo aprovechó el momento ocioso y aprovechó para tomarse una foto con el campeón del mundo en Corea-Japón 2002. La autoridad compartió la imagen en las redes sociales y se generó un escándalo en Paraguay. Lo mismo ocurrió con los empleados de la fiscalía, que accedieron a tomarse una selfie con Ronaldinho, que a pesar del problema se mostró de buen humor, posó con los solicitantes con una sonrisa y el pulgar hacia arriba.
Las críticas arreciaron a partir de que lo tomaron como un gesto frívolo en medio de un conflicto serio: Ronaldinho está acusado de un delito, más allá de que tanto él como su hermano acusan al empresario Wilmondes Sousa Lira, de 45 años, de haberles hecho llegar los pasaportes y cédulas algunos días atrás a su casa de Brasilia. El comisario debió salir a defenderse en los medios. “Es un ídolo mundial para mi es el mejor jugador mundial y nadie le va a quitar eso. Yo estuve ahí, no tengo porque negar ni dar muchas explicaciones. Es una simple foto”, indicó en Radio Nandutí.
“Iba a haber mucha afluencia de gente, así como también personas que querían saludarle y prensa. Él ingresó para declarar en una sala y ahí mantuvimos la conversación con él. Es un ídolo mundial, yo también soy un fanático del fútbol, entonces surgieron algunas bromas y le pedí una foto y él accedió al pedido”, agregó, buscando naturalizar la secuencia.
Es más, aunque lejos está de ser su función, lo defendió ante los micrófonos: “No es un delincuente hasta que se demuestre lo contrario. Yo lo veo como un ídolo del fútbol no estoy apoyando o encubriendo hechos que pudo haber surgido anteriormente”.
El caso Ronaldinho incluso generó conflictos políticos dentro del gobierno paraguayo. Euclides Acevedo, ministro del interior, reclamó públicamente por el desliz de los oficiales de migraciones que permitieron el ingreso del fantasista al país en el aeropuerto Silvio Pettirossi. “Si la Dirección General de Migraciones se percata de que el documento con el que entra es sospechoso, no debería permitirse la entrada, por lo tanto hay un grado de responsabilidad”, amonestó. Esta tarde tomó la decisión de intervenir la Dirección Nacional de Migraciones.
“Respeto la popularidad deportiva, pero se debe respetar el estado de derecho, sea quien fuere, se debe aplicar la Ley”, apuntó Acevedo. El fiscal Delfino aseveró que “tanto Ronaldinho como su hermano nunca iniciaron ninguna gestión como para tener la nacionalidad paraguaya” y se encargó de apuntar algunas cuestiones que clarifican todavía más los métodos de falsificación: “Han utilizado un documento verdadero, pero con contenido falso. Los números de pasaporte pertenecen a otras personas”.
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