Una caída estrepitosa y una victoria histórica. Dos partidos completamente opuestos. Por un lado, la humillación de recibir un vendaval de goles ante los ojos de todo el continente, en una instancia definitiva de una Copa América. Y del otro, el triunfo inapelable ante una de las máximas potencias del fútbol mundial frente a los ojos de todo un planeta. Cada juego con su propio matiz, con su singular tesitura. Pero con Juan Carlos Osorio y la selección de México como denominadores común.
“La gran diferencia entre el juego ante Alemania, que todos recuerdan, o el juego contra Brasil (octavos de final), que también fue muy bueno, versus la gran derrota que en carne propia sufrí contra Chile, estuvo en los días y en el tiempo de preparación”, explica el ‘Profe’ en su entrevista a solas con Infobae.
Para entrar en contexto, hay que retroceder algunos años. Primero hay que remontarse hacia el 1 de junio de 2016, en la previa a la disputa de la Copa América Centenario 2016. El ‘Tri’ recién comenzaba su ciclo con Osorio y lo hacía de manera sensacional: seis victorias en la misma cantidad de partidos, con 13 goles a favor y sin encajar ni un solo tanto. Aquel día sumó su séptima victoria al derrotar 1-0 a Chile en un amistoso jugado en San Diego.
Pero 11 días después, en cuartos de final de la Copa América jugada en territorio estadounidense, La Roja cortó la racha victoriosa de México con un 7-0 que significó un mazazo para el ‘Profe’ Osorio, quien a la distancia detalla dónde falló su planificación.
“Previo a la derrota contra Chile, 11 días atrás, le ganamos. Fue un partido mitad de dominio chileno, en el primer tiempo, y de dominio nuestro en el segundo tiempo por una modificación que le hicimos al juego: vimos que en el descenso del tercio ofensivo de ellos al tercio medio nadie perseguía a (Alexis) Sánchez. Se puso en ese momento a Miguel Layún a descender con él y se controló el juego a Chile, se lo dominó y se le ganó. Y sobre eso planificamos el juego a los 11 días después y nos llevamos una derrota impresionante, de la cual aprendí muchísimo”, revela el estratega colombiano.
Fue un resultado que lo obligó a tener que ganarse nuevamente la legitimidad que había cosechado en los partidos anteriores, con el aliciente de que todavía tenía mucho recorrido por delante en la etapa de clasificación a la Copa Mundial de la FIFA de Rusia 2018. Una clasificación que finalmente llegaría de forma anticipada -fueron el quinto país en asegurar el boleto- y con actuaciones muy sólidas. Aunque ninguna tan firme y trascendente como la del debut ante Alemania.
A casi dos años de ese partido, el ‘Profe’ Osorio le explica a Infobae cuáles fueron las áreas en las que puso énfasis al momento de preparar el partido: “Contra Alemania, hicimos más hincapié en prepararnos atléticamente para competir contra ellos, con su juego aéreo y la disputa en el tercio medio de ellos. Y ya en lo táctico, explotar las incursiones ofensivas de (Joshua) Kimmich que dejaban muy desprotegido al equipo. Sobre todo si terminaban jugando con tres volantes que conocíamos muy bien, que eran más que jugadores mixtos un poco más de ataque, yo diría un 70-30%, más ofensivos que defensivos, y hasta 80-20%, y aprovechar ese espacio. En el primer tiempo tuvimos el gol y otras buenas transiciones de defensa-ataque con Hirving Lozano, Carlos Vela y con Javier (‘Chicharito’ Hernández).”
En aquel legendario partido que México ganó con gol de Hirving Lozano, el cuadro azteca expuso sus mejores argumentos para mandar a lona al vigente campeón del mundo. Jugó un primer tiempo estupendo y se dedicó a batallar en el segundo acto, donde cerró un partido en el que desbordó de determinación, osadía y fútbol.
“El juego nunca dejará de sorprenderlo a uno. Porque a los que creemos en esa secuencia de primero la estrategia, después la estructura, después los efectivos y por último el plan de acción, yo creo que el juego a veces le voltea a uno las cosas y, en un mal arranque de un partido, todo se va en contra de uno. Hay que tener entonces esa flexibilidad y esa capacidad de análisis para ajustarse a la parte aleatoria del juego, a lo que sorprende a todos, incluso a uno mismo. En eso creo que radica la complejidad y la belleza del juego. Por muy bien planificado que esté un partido siempre está lo inesperado”, reflexiona Osorio, que conoció el cielo y el infierno en su paso por México.
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