Este lunes, General Díaz y Guaireña FC se enfrentaron por la jornada seis de la Primera División de Paraguay y el marcador final fue 1 a 1. Los goles los marcaron Gustavo Manuel Serdán Colman, en contra, y Diego Roberto Vera Cabrera, sobre el final de la etapa inicial.
Pero lo más curioso del encuentro fue el tanto que abrió el partido. A los 15 minutos, el arquero del conjunto local fue artífice de una jugada pocas veces vistas, al recibir el pase atrás de su compañero, Campuzano . El portero dominó para despejar de zurda, pero prefirió acomodarse para su pierna hábil, sin embargo fue atorado por un delantero rival.
Serdán creyó que con su enganche iba a ser suficiente para sacarse de encima la marca, pero el número 7 lo presionó y entonces optó por correr con la pelota en velocidad de izquierda a derecha paralelo a la línea de gol, aguantando la marca con el cuerpo. Fue en ese recorrido que ante el apuro y la desesperación se tropezó con la pelota y la metió accidentalmente en su propio arco.
Ese tanto significó el 1 a 0 para Guaireña FC, que a pesar de encontrarse con esa victoria parcial, no pudo quedarse con los tres puntos y terminó llevándose un empate que le permite estar séptimo en la tabla. El viernes se enfrentará ante Libertad, líder del torneo con 16 unidades.
Por su parte, General Díaz se ubica 11°, solo por encima de 12 de octubre, con un empate y cinco derrotas en seis fechas. En la próxima, deberá medirse ante Cerro Porteño, uno de los candidatos al título.
El gol en contra de Serdán es sin dudas uno de los más ridículos de 2020, junto con el de Ezequiel Unsain, arquero argentino de Defensa y Justicia. El 1 de febrero, en una salida desde el arco para su equipo ante Atlético Tucumán, el joven acomodó la pelota y decidió salir jugando por lo bajo, con un compañero ubicado a pocos metros a su derecha. El defensor se la devolvió con un toque suave, pero el arquero se vio presionado por Javier Toledo y falló en el control. Así, terminó metiendo el balón dentro de su propio arco. Nada pudo hacer para evitar la caída de su valla, cuando aún no se habían cumplido ni siquiera siete minutos de juego.
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