Mantenerse 19 temporadas sin interrupciones en la Fórmula 1 demuestra una perseverancia y profesionalismo fuera de lo común. El brasileño Rubens Barrichello puede hablar de eso. Pero también en su vida personal dio ejemplos de no rendirse, como el tumor en el cuello que le extirparon en 2018. A sus 47 años (nació el 23/05/1972) podría quedarse tranquilo corriendo solo en el StockCar, la categoría más importante de su país y disfrutando más de sus hijos, Eduardo (18 años) y Fernando (14), quienes también son pilotos y corren en los Estados Unidos. Sin embargo renovó sus desafíos y confirmó que también competirá en la Argentina, en el Súper TC 2000, una de las divisionales nacionales más relevantes.
En sus inicios algunos medios brasileños le adjudicaron el exagerado mote de “sucesor de Ayrton Senna”. Es cierto que el oriundo de San Pablo mostró su talento en las categorías promocionales donde fue campeón en la Fórmula Lotus Opel (1990) y en la Fórmula 3 Británica (1991). Luego en la Máxima fue ganador y obtuvo dos subcampeonatos. Aunque allí también debió cubrirle las espaldas al alemán Michael Schumacher en Ferrari. Más tarde cuando estuvo en el contundente Brawn GP, el mejor equipo de 2009, su compañero, el inglés Jenson Button, fue el que se quedó con la gloria.
Por ahora Rubinho es el piloto con más cantidad de carreras en la historia de la F1 con 323. Le sigue el finlandés Kimi Räikkönen con 315 y que es actual corredor de Alfa Romeo. En la Máxima, donde también corrió para los equipos Jordan, Stewart, Honda y Williams, logró 11 victorias (9 con Ferrari y 2 con Brawn GP), 68 podios, 14 poles positions y 17 récords de vuelta. Fue subcampeón en 2002 y 2004 y tercero en 2001 y 2009. Compitió allí hasta 2011 y en 2012 recaló en la IndyCar. En 2013 debutó en el StockCar donde fue campeón en 2014. Desde ese entonces se desempeña en su país donde es un referente.
Este lunes Rubinho fue presentado como piloto del equipo Toyota Gazoo Racing Argentina (TGRA). Fue en la sede central del Automóvil Club Argentino (ACA). Será el segundo brasileño que compita de forma permanente en el Súper TC 2000 luego de la presencia de Carlos “Cacá” Bueno en 2000, 2001 y 2007. En esta especialidad tendrá compañeros de la talla de Matías Rossi (fue campeón en las cuatro categorías argentinas más importantes), el experimentado Mariano Altuna y Julián Santero, alguien que dejó de ser una gran promesa y hoy es uno de los mejores volantes.
La llegada de Barrichello es un impacto del TGRA cuya expansión ya llegó a Brasil. La marca japonesa tendrá su participación en el StockCar y se busca afianzar una alianza entre las dos categorías. Mientras que la división brasileña se afirma como la mejor de su país, la argentina busca reivindicarse luego de sus dos peores años en sus cuatro décadas de existencia. En el mencionado evento Infobae pudo hablar en exclusiva con el piloto paulista.
— ¿Qué espera del automovilismo argentino?
— Me gusta todo lo impresionante que es el automovilismo argentino. Es el momento para poder correr en este país y más en esta categoría que es muy competitiva. Hay una migración de Rubinho para la Argentina y de Mati (Rossi) para Brasil donde correrá en el StockCar. Es un momento importante para Sudamérica para abrir los ojos y poder hacer algo en conjunto.
— ¿Con qué resultado se iría conforme en su primer año?
— Es una respuesta que quedará abierta porque al final yo vengo acá a ganar, aunque sé que tengo mucho que aprender. No estoy acá para ser un número. Quiero hacer las cosas bien. No tengo mucha experiencia con la tracción delantera, salvo mi paso por el Campeonato de Marcas en 2014 (categoría brasileña), pero no es similar al Súper TC 2000. Tengo certezas que el equipo es uno de los mejores. A partir de ahí, ir conociendo todo. Por ejemplo, iré a la primera carrera sin hacer pruebas. O por caso Rosario es una pista que no conozco, como la mayoría. De hecho la única en la que corrí en la Argentina es en Buenos Aires. Luego de las primeras carreras veré bien cómo estoy.
— ¿Qué lo motiva a querer correr en la Argentina?
— Es una chance única poder correr acá. Vengo a aprender. Como dije veo los Autódromos con mucha gente en la Argentina y me motiva mucho. Igual yo me motivo solo. Me gusta empezar el día yendo a entrenar. Cada día intento estar más rápido. Siempre estoy renaciendo. Es un orgullo estar acá.
— En primera instancia ¿qué diferencias hay entre el automovilismo argentino y el brasileño?
- Cuando en 2017 corrimos acá con el StockCar pude ganar en Buenos Aires. Tal vez la diferencia esté en el público donde los argentinos tienen una pasión muy grande por el automovilismo. Es impresionante el calor de la gente. Recuerdo que cuando corrí acá en la F-1 los cuatro años las tribunas estaban llenas y solo en 1998 corrió un argentino (Esteban Tuero).
— ¿Cómo ve actualmente a la Fórmula 1?
— Así como se habló muy mal de la categoría por tantos años, en los últimos dos fue competitiva. Más en 2019 con mucha emoción por los sobrepasos. Seguro que necesitamos un sudamericano para volver recuperar la pasión de toda la región.
— ¿Lewis Hamilton es el mejor?
— Hay muchos nombres impresionantes en la F-1, como los ingresos de Max Verstappen o Charles Leclerc. Pero sí, pienso que hoy Hamilton es el mejor.
— ¿Sebastian Vettel o Max Verstappen podrían ganar o ser campeones con Mercedes?
— Es una pregunta polémica. Es difícil porque estaría afirmando una situación de la cual no tengo certezas. No se puede saber si tal o cual piloto podrían rendir lo mismo sobre otro auto.
— ¿Por qué Brasil no tiene un piloto en la F1?
— Es un momento para que la Confederación Brasileña de Automovilismo (CBA) piense bien el tema. Ellos imaginaron que era algo que nunca iba a pasar, pero ocurrió. Debería haber siempre un piloto brasileño en la categoría. Ya pasaron dos años sin uno de los nuestros en la F-1. Tampoco tenemos una categoría escuela con autos de fórmula para que los chicos puedan desarrollarse y promoverlos. Hace falta más apoyo de las instituciones y empresas.
Durante seis temporadas Barrichello compartió equipo con Schumacher en Ferrari. Fue un claro piloto número dos detrás del Kaiser quien arrasó con cinco campeonatos consecutivos. Pero hubo algunos abusos de la Scuderia como en el GP de Austria de 2002, cuando a esa altura ya se sabía que el germano iba a ser otra vez campeón y le ordenaron al brasileño, quien iba ganando, cederle su lugar. Rubens le entregó victoria, pero a metros de cruzar la línea de llegada. Fue un papelón donde Schumi luego lo subió a su compañero al primer escalón del podio mientras sonaba de fondo el himno alemán…
Es posible que aquel episodio haya sido una revelación. Barrichello sabía que tenía un auto para ganar o ser campeón, pero en Ferrari no pudo hacerlo. Muchos años más tarde reconoció que el ambiente en Maranello no era el mejor. En noviembre de 2019 en el podcast oficial de la F1 “Beyond The Grid”, al ser consultado sobre su relación con Schumi dijo que “él nunca fue solidario. Nunca estuvo allí para ofrecer su ayuda, así que yo nunca le pregunté nada. Hay compañeros de equipo a los que podés ir y preguntarle, pero podías ver que Michael era diferente. Muchas veces terminábamos una reunión donde estábamos los dos y a continuación comenzaban otra sólo con él, sentía que el equipo era suyo”.
— ¿Sintió que Michael Schumacher le escondía información?
— Nunca quise decir eso.
— ¿Pero cómo era su relación con él en Ferrari?
— Amigable. Tranquila dentro del equipo. Seguro que había cosas que no me gustaban, pero eso es como todas las personas. Todos tenemos alguna cosa que al otro no llegue a gustarle.
— ¿Y qué era lo que no le gustaba de él?
— Algunas cosas que yo como persona no las haría, pero prefiero no hablar del tema. Lo bueno de la vida es que al fin de cuentas se puede convivir en un lugar a pesar de las diferencias.
— Más allá de estar en Ferrari, ¿sentía que corría a la sombra de Schumacher?
— Estoy acá para hablar de Toyota y mi llegada al automovilismo argentino, no para hablar de Schumacher...
— Cambiando de tema, ¿Cómo hizo para recuperarse de su problema de salud?
— Mi familia, lo más importante en mi vida, fue clave. Pero también el automovilismo me ayudó. Estando internado sentía las ganas de volver a subirme a un auto de carrera. Y desde aquél momento, cada vez que manejo lo tomo como una nueva chance que me da la vida. Tuve un derrame cerebral, casi me muero, pero me extirparon un tumor y pude recuperarme. Estaba tan contento que situaciones como estas te sirven para aprender. Todo lo que vino después fue como un renacer todos los días.
— ¿Y cuál fue el mayor aprendizaje que le dejó esa experiencia?
— Que toda la vida es una motivación. Tenés que pasar por lo peor para intentar lo mejor. Para mi todas las dificultades te generan un aprendizaje y una vez que lo lográs esa sonrisa por la satisfacción que sentís vale mucho más. Lo más importante es que vale la pena luchar y más cuando se trata de tu propia vida.
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