Lionel Messi no pudo este jueves darle el boleto de clasificación a su equipo ante el Athletic de Bilbao y el Barcelona se despidió de la Copa del Rey en cuartos de final al perder 1 a 0 en San Mamés. El argentino fue el mejor del conjunto azulgrana que se quedó sin nada, a pesar de haber creado varias situaciones de gol.
Desde el primer minuto se notó que éste no era un partido más para el argentino que en la semana había protagonizado un cruce con el director deportivo de la institución catalana, Éric Abidal. El capitán quiso demostrar esta noche lo desequilibrante que puede ser dentro del terreno de juego y por qué debe ser respetado por la dirigencia, peor sus esfuerzos no se reflejaron en el marcador.
A los 4 minutos, La Pulga protagonizó una apilada fenomenal como en sus épocas de juvenil. Tras dejar cuatro rivales en el camino le sirvió el balón a Ansu Fati, quien no pudo dominar de la mejor manera y terminó quedándose sin ángulo para rematar.
Messi siguió buscando en cada acción y rara vez tocó el balón hacia los costados, sino que en primera instancia generalmente buscó encarar y correr hacia adelante. Fue así que recibió varias infracciones, pero la mayoría de ellas lejos del área porque en muchas ocasiones bajó hasta el círculo central para recibir el balón y así iniciar las acciones.
Pero no sólo fue protagonista en el ataque, sino que en defensa también estuvo muy presente. Incluso, casi sobre el final de la primera parte, recibió una tarjeta amarilla por una infracción sobre Raúl García cuando intentaba recuperar la pelota.
En el complemento, su actitud se mantuvo igual. Se convirtió en el cerebro y creador de cada uno de los ataques del Barcelona, así anuló completamente las funciones de Ivan Rakitic y Frankie De Jong, ambos de bajo nivel. Así fue que asistió a De Jong para que defina a gol a los 11 minutos de la segunda mitad, pero el ex Ajax quiso dejar en el camino al rival y terminó ahogándose en su propia maniobra.
Pero sobre el final, Messi tuvo la posibilidad de definir como no lo hicieron sus compañeros y tuvo un mano a mano con Unai Simón, tras pase de Arthur, pero de manera insólita no pudo gritar el 1 a 0.
Cuando parecía que todo se encaminaba al tiempo extra, el Athletic Bilbao puso el 1 a 0 con un centro para Iñaki Williams, que anticipó a Sergio Busquets, quien había pasado a ocupar el puesto de defensor central por la lesión de Gerard Pique. El tanto no le dio tiempo al Barcelona para reaccionar, ya que quedaban solo minutos para que finalice el encuentro.
Tras el pitazo final, las cámaras de la televisación captaron el instante en el que el rosarino miró hacia el cielo, lanzó un insulto y luego desquitó su bronca apretando la cinta de capitán.
De esta manera, el Barcelona se despidió en cuartos de final de la Copa del Rey, un certamen en cuyas últimas seis ediciones siempre había llegado a la final y había ganado cuatro de ellas. Los dos objetivos que tiene por delante el equipo de Quique Setién son ahora La Liga, en donde está segundo a tres puntos del líder, Real Madrid, y la Champions League, en donde se enfrentará en octavos ante el Napoli.
La eliminación del conjunto catalán no fue la única sorpresa de este jueves porque la Real Sociedad venció 4-3 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y dejó fuera de la competencia al cuadro conducido por Zinedine Zidane.
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