La vida de Óscar de la Hoya se desarrolló entre golpes tanto dentro como fuera del cuadrilátero. Desde pequeño mostró sus dotes con los puños y esto se materializó con múltiples reconocimientos, incluso desde tempranas etapas de su carrera, la cual llegó a lo más alto en donde también se tambaleó.
De la Hoya nació un 4 de febrero de 1973 en el este de Los Angeles, Estados Unidos, y en esa ciudad donde se crió, la influencia de su abuelo y padre fueron de suma importancia para generar interés en el deporte de los puños, pues ellos también fueron boxeadores. “Ellos me hicieron una persona muy fuerte”, describió en una entrevista para Fox Sports.
Sin embargo, desde el inicio de su carrera vivió complicados momentos. Como novato ganó el título de Golden Boy. A sus 17 años, se entrenaba para ser parte del equipo estadounidense de boxeo que competiría en los Juegos Olímpicos de 1992, pero al mismo tiempo su madre sostenía un duelo con el cáncer y antes de emprender su viaje, ella le pidió que regresara a casa con una medalla.
Acerca de este complicado pasaje de su vida, De la Hoya habló en su libro Un sueño americano. A través de las páginas, el ex boxeador narra la desgarradora experiencia que vivió, las dificultades por las que atravesó para un día llevar el oro olímpico a la tumba de su progenitora.
Después de la obtención de la medalla de oro en Barcelona, De la Hoya comenzó a ganar combates de manera profesional. Aunque tuvo encontronazos complicados como el de octubre de 1993 en contra de Narciso Valenzuela, sus fuerzas no flaquearon e incluso obtuvo la victoria contra el que para muchos es el mejor boxeador de la historia de México: Julio César Chávez.
El Golden Boy llegó a esta pelea con 21 duelos ganados y la percepción de que la gente lo quería. Esa noche en que enfrentó al Gran Campeón Mexicano, “fue casi perfecta” para De la Hoya. “Sentía como si estuviera flotando dentro del cuadrilátero”, comentó el angelino. Esto se vería reflejado en cada uno de los asaltos aunque no fueron muchos, pues ganó en el cuarto por nocaut técnico.
Después de dos años, la revancha volvió a tener el mismo resultado. Acerca de este tipo de combates complejos, la postura de De la Hoya fue valiente. No se achicaba ante los retos más difíciles. “Siempre quería pelear con los mejores, así es como te ganas el respeto”, mencionó en la entrevista con el canal deportivo.
Antes de estas peleas, el Niño de Oro tenía el respaldo de una buena parte de los aficionados mexicanos, pero después de vencer al ídolo nacional comenzó a recibir ataques de la afición. Incluso fue blanco de amenazas de muerte si es que no quitaba el escudo mexicano de su indumentaria, pero nunca dio su brazo a torcer.
A partir de entonces, su carrera fue en ascenso. Ganó importantes encontronazos, los cuales le significaron grandes sumas de dinero para su vida. No obstante, entre los billetes y la fama, el desequilibrio llegó. La facilidad con la que obtenía las cosas le ayudaron para tener acceso a las drogas e incluso fue ingresado de urgencia a un hospital por una sobredosis de cocaína en 2009.
Por otra parte, otra de las crisis personales que vivió estuvo relacionada con su matrimonio, pues confesó ante los medios sobre sus infidelidades a la puertorriqueña Milly Corretjer en más de una ocasión.
Un par de las derrotas más importantes de su carrera fue en contra de Floyd Mayweather Jr. (misma que muchos aficionados consideraron le fue robada) y de Manny Pacquiao, en 2008, la cual puso fin a su brillante carrera en la cual se coronó como campeón del mundo en seis distintas categorías.
Además del boxeo, De la Hoya incursionó en la industria del espectáculo como cantante e incluso publicó un disco con canciones de distintos géneros los cuales van desde el bolero, hasta las baladas. Su álbum discográfico se ganó el reconocimiento de la audiencia e incluso fue nominado a los Grammy en la categoría de mejor álbum pop latino.
En la actualidad, De la Hoya es promotor boxístico, ha trabajado con Canelo Álvarez y recientemente ha acaparado la atención de los medios junto a Julio César Chávez, pues anunciaron un tercer combate entre ambos, sólo que en esta ocasión será de exhibición.
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