El ciclista mexicano Miguel Arroyo, también conocido como el “Halcón de Huamantla”, falleció la noche de este jueves a los 53 años de edad a causa de un paro respiratorio mientras era sometido a una cirugía en el estado de Puebla.
Originario de Tlaxcala, Arroyo fue una de las figuras más importantes en el ciclismo para México, pues fue el encargado de poner al país en la máxima órbita de la disciplina, principalmente en la década de los 90, cuando participó en el prestigioso Tour de Francia en un par de ocasiones, así como en el Giro de Italia.
Su nombre se ubica entre los máximos exponentes de este deporte, ya que él fue uno de los dos únicos mexicanos que logró participar en esta carrera de relevancia mundial, al lado de Raúl Alcalá. Su importancia para la disciplina fue tanta que incluso en Tlaxcala se realiza una competencia con su nombre, la “Clásica Miguel Arroyo”.
Arroyo tuvo su debut en 1987, cuando hizo su aparición en la ruta ciclista Maya-Caribe. Un año después realizó su presentación en el plano internacional en Bélgica, bajo el apoyo del equipo ADR, el cual estaba respaldado por los entrenadores Otto Jácome y Greg LeMond, quienes vieron en el Halcón grandes capacidades.
En el palmarés de este ciclista se encuentra haber ocupado el lugar número 48 en su primera participación del Tour de Francia en 1994. Durante una entrevista con un canal de YouTube especializado en temas de ciclismo, Arroyo narró su experiencia en esa carrera, a la cual describió como un “evento enorme”.
Aunque su lugar en el equipo era de gregario, aquellos que ayudan a los líderes de equipo a conseguir la victoria, “miles de gentes están viéndote a nivel mundial y personalmente representa mucho, porque los resultados que tengas en esta carrera se van a difundir en muchos países. Por otra parte, llevar la representación de México me hacía sentir muy orgulloso, porque millones mexicanos estaban pendientes de mi labor”.
A lo largo de su carrera también consiguió primeras posiciones en la Vuelta a México 1998, en la Vuelta a Costa Rica 1999 y en el Campeonato de México en Ruta 2000, misma que volvió a correr un año después aunque llegó en segundo lugar.
Para el 2001 se despidió de las dos ruedas de manera profesional, sin embargo, lo hizo de una de las mejores formas posibles, pues ganó el primer lugar en la Vuelta Ciclista a Mazatlán. A partir de entonces, el pedalista se dedicó al entrenamiento de jóvenes deportistas en su disciplina entre los que destacan sus hijos Miguel y Fernando.
Su importancia tanto en el ciclismo como en el desarrollo de nuevos talentos fue reconocido por las autoridades de su natal Tlaxcala, ya que para el 2012 le entregaron el Premio Estatal de Deportes en el rubro de entrenador.
A través de las redes sociales, algunas personas lamentaron el fallecimiento del destacado ciclista. Uno de los comentario más relevantes fue el de su compañero en carreras, Raúl Alcalá: “Muy triste la partida de mi gran amigo, Miguel Arroyo. Un abrazo para su esposa e hijos, a quienes estimo profundamente”.
El comentarista deportivo, David Faitelson, quien narró algunas de sus carreras también escribió algunas palabras: “Qué tristeza enterarme de la muerte de un amigo y fantástico ciclista con el que compartimos muchos kilómetros de carretera”.
Otras personas también expresaron su sentir respecto a este hecho. “Nadie antes de Miguel Arroyo le dio tanta gloria ni prestigio al ciclismo de Tlaxcala. Descansa en paz, mi querido ‘Halcón’, ya estás en los más alto del firmamento, como siempre ha sido”, comentó un usuario más.
MÁS SOBRE OTROS TEMAS