La muerte de Kobe Bryant conmovió al mundo deportivo. El accidente aéreo generó una sensación de tristeza generalizada que traspasó las fronteras. Estrellas internacionales se abrazaron al dolor que dejó la pérdida de la leyenda de la NBA y el tenista Nick Kyrgios no fue la excepción.
Antes de salir a la cancha para enfrentar a Rafael Nadal en el Abierto de Australia, el singlista se vistió con la camiseta número 8 de los Ángeles Lakers para homenajear a la figura del básquet que falleció el domingo en un accidente aéreo cuando se trasladaba en helicóptero.
Kyrgios hizo el precalentamiento con la mítica camiseta de Kobe Bryant, considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Antes del ingreso de los protagonistas a la pista de Melbourne, los organizadores del torneo proyectaron en la pantalla gigante del estadio un breve filme en homenaje a Bryant.
Kyrgios es un fanático de básquet, deporte que practicó a un alto nivel antes de dedicarse al tenis. Además, el tenista local también portó un brazalete protector justo debajo el codo, como lo hacía el legendario jugador de Chicago Bulls Michael Jordan.
El partido entre Kyrgios y Nadal fue válido por los octavos de final del primer Grand Slam del año y el mallorquín se impuso por 6-3, 3-6, 7-6 (8/6) y 7-6 (7/4) para avanzar a la siguiente instancia, donde se medirá ante Dominic Thiem, quien eliminó a Gael Monfils en tres sets (6-2, 6-4 y 6-4).
Una vez consumada la victoria, Rafa también recordó al legendario jugador de Los Lakers con una gorra de la franquicia norteamericana. “¿Qué puedo decir? Me desperté esta mañana con esta terrible noticia. Estoy super triste. Ha sido uno de los mejores deportistas de la historia, por eso pido una gran ronda de aplausos para recordarlo”, dijo el español-
“No pasé mucho tiempo con él, pero lo conocí. Tengo un amigo muy cercano que jugaba con él. Pau Gasol estuvo mucho tiempo con él. Ha sido una gran inspiración para el deporte. Creo que su recuerdo permanecerá dentro de nuestros corazones”, concluyó.
Nacido el 23 de agosto de 1978 en Filadelfia e hijo del ex NBA Joe Bryant, fue un ejemplo de amor propio y competitividad. En la actualidad continúa siendo el cuarto máximo anotador de la historia de la NBA, solo superado por Lebron James, Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone.
Con sus 196 centímetros llegó a la NBA en 1996, seleccionado en el draft por Charlotte Hornets en la posición 13. Sin embargo, su deseo era participar en una franquicia más fuerte: tuvo el guiño de Jerry West, entonces manager de LA, quien lo veía como un prospecto por el que apostar. En consecuencia, hizo un movimiento de mercado (traspasó a Vlade Divac) y Bryant desembarcó en los Lakers, donde jugó 20 años, con su estilo espectacular, atlético, aunque muchas veces egoísta.
Se trató de un basquetbolista especial, que rompió el molde del prototipo NBA. Cuando él tenía seis años, su padre se mudó a Italia para continuar con su carrera, por lo que también se transformó en un cultor del básquetbol FIBA -lo que explica su buena sintonía con Manu Ginóbili-, además de haber aprendido a hablar con fluidez en italiano y español. Se reveló como un fanático del fútbol, deporte que practicó, al punto que supo señalar que si hubiera continuado residiendo en Europa, podría haber terminado siendo futbolista. Admirador de Lionel Messi (con quien llegó a filmar un comercial de una línea aérea) y de Ronaldinho, respaldaba en las redes sociales al AC Milan y al Barcelona.
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