Diez años han pasado desde el ataque que cambió la vida de Salvador Cabañas, pues un día como hoy pero de 2010, el futbolista paraguayo se desplomó en el baño de un bar al recibir un disparo en la cabeza.
Era la madrugada del lunes 25 de enero de ese año, cuando el jugador que en ese momento se encontraba en las filas del equipo del América, ingresó al sanitario del Bar Bar, ubicado en avenida Insurgentes, en la Ciudad de México.
Los videos del lugar revelaron que detrás de la estrella delantera del equipo de las Águilas, ingresó su presunto agresor, quien cambió para siempre la vida de Cabañas.
Cerca de las 6:00 horas, trabajadores del lugar hallaron al futbolista tirado en el lugar con un disparo en la sien. Autoridades determinaron que fue agredido con un arma de fuego calibre .38.
El día de la tragedia, Cabañas acudió al lugar en compañía de su esposa y un amigo. Segundos después, en la puerta del inmueble, fue recibido José Jorge Balderas Garza, mejor conocido como el “JJ”, quien fue señalado como el presunto agresor.
Según las investigaciones, fue el propio Salvador Cabañas quien identificó a Balderas Garza como su agresor, luego de tener una discusión en el baño del bar.
El “JJ” fue vinculado con el cártel de los Beltrán Leyva, una organización delictiva establecida en Sinaloa y fungía como operador de Édgar Valdez Villareal, “La Barbie”.
El proyectil que se alojó en el lóbulo izquierdo del cerebro dejó a Cabañas en coma aproximadamente 10 días y en marzo de ese mismo año inició con su rehabilitación.
Cuatro meses después volvió a su casa con una cicatriz y con la idea de continuar sus sueños, pero nada volvió a ser igual.
Homenajes, juegos y cantos en su honor sólo lograron agudizar el dolor. En 2014 regresó al fútbol y se colocó la camiseta del Club Deportivo Tanabí, en su país natal; sin embargo, 10 días después anunció su retiro.
A 10 años de la agresión, poco se sabe del caso, pero el año pasado se anunció que un Juez Federal sentenció a Balderas Garza, a 20 años de prisión y a pagar una multa de 500 días por el delito de delincuencia organizada.
El “JJ” fue capturado en una lujosa zona de Bosques de las Lomas, en un operativo encabezado por elementos de la Policía Federal el 18 de enero de 2011, por su presunta participación en la organización de los Beltrán Leyva.
En 2019, Chava, como le dicen de cariño, regresó a México y se integró al equipo de fútbol de los Cafetaleros de Chiapas, donde ayuda con algunos entrenamientos.
Además inauguró una escuela en honor al deporte que lo apuntaló como estrella, en Cuemanco, en la Ciudad de México.
El grupo entrena a jóvenes que pueden ser colocados en equipos de Primera División. Además busca que se alejen de los vicios.
En 2014 dividió su vida entre la panadería familiar, que él mismo mandó a construir y los entrenamientos para el club 12 de Octubre en Paraguay.
El jugador compartió que cuando ocurrió la agresión tenía un precontrato por más de USD 1,000,000 para una transferencia al Manchester United u otro club de Europa.
En el América le habían doblado su salario, le ofrecieron un departamento en Acapulco y uno más en Cancún.
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