Rafael Nadal sigue su camino en el Abierto de Australia. Con el objetivo de volver a llegar a la definición del primer Grand Slam de la temporada, pero con la intención que no se repita el final del 2019 -cayó en tres sets frente a Novak Djokovic- y lograr el que sería su título número 20 en los torneos grandes del circuito ATP, el español ya está en la tercera ronda del torneo.
En el duelo contra Federico Delbonis, por la ronda 2 del torneo que en Melbourne, el mallorquín fue contundente contra el argentino, ubicado en el puesto número 76 del ranking ATP: se quedó con el partido en tres sets con parciales de 6-3, 7-6 (4) y 6-1 para demostrar que su objetivo en el 2020 es mantenerse en la cima del tenis mundial.
Más allá del dominio que mostró el ganador de 19 torneos de Grand Slam, hubo una acción de juego de la que fue protagonista y que generó el mayor aplauso del público que se acercó hasta la Rod Laver Arena para presenciar el duelo entre dos viejos conocidos.
En el transcurso del tercer y último set, particularmente en el sexto game, y con Delbonis en el saque, una devolución del español se fue ancha e impactó de lleno en la cara de una de las alcanzapelotas que estaba ubicada al lado de la silla del umpire del juego. Al instante que Nadal vio que la pelota le pegó a la joven, se acercó para preguntarle si estaba bien y le dio un beso para disculparse por lo sucedido.
El partido siguió y, a los pocos minutos, Rafa sentenció el partido a su favor. Y una vez que pasaron los saludos de rigor con el tenista argentino y la árbitro del encuentro, el español se sacó su clásica vincha y se la regaló a la alcanzapelotas, que con una sonrisa le agradeció el gesto.
Rafa jugó a lo Nadal. Como ya había ocurrido en sus anteriores tres enfrentamientos, el número 1 del mundo no le dio opción a Delbonis. Lo dominó en todos los aspectos del juego -terminó con 33 tiros ganadores contra 22 del argentino y cometió 14 errores no forzados menos (29 contra 43)-, a pesar de sólo aprovechar tres de los 20 puntos de quiebres que tuvo a lo largo de las 2 horas y 30 minutos que duró el partido.
Además de control el juego, Nadal dejó un punto fascinante en su victoria. En los primeros games del segundo set y después de un peloteo de fondo, Delbonis jugó una pelota con slice que el español alcanzó a rescatar. Pero cuando parecía que el punto iba a quedar en manos del tenista nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, el mallorquín se estiró y, con un salto que mostró su capacidad atlética, definió con un revés en el aire.
En la próxima ronda, a Rafa lo espera un compatriota en lo que será la tercera ronda del Abierto australiano. Pablo Carreño Busta, preclasificado número 27, superó en cuatro sets al alemán Peter Gojowczyk y ahora se verá con la mejor raqueta de la actualidad.
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