Del 9 al 26 de enero, la elite del handball mundial se encuentra paralizada, ya que en Austria, Noruega y Suecia se disputa el Campeonato Europeo de Balonmano masculino. Aunque ya se dieron algunos batacazos, como las eliminaciones en primera ronda de Francia y Dinamarca, una extraña jugada no para de recorrer el mundo.
Joan Cañellas, lateral izquierdo de la selección española y hombre clave del SC Pick Szeged de Hungría, fue el protagonista de una extraña y atípica situación en la victoria por 37 a 28 ante Bielorrusia, que accedió a Segunda Fase tras ser segundo de Croacia en el Grupo A (dejaron en el camino a Montenegro y Serbia).
El hombre de los “Hispano” buscó anotar un gol para su equipo con un lanzamiento desde los 9 metros sobre la marca de Aliaksandr Padshyvalau cuando el cotejo iba igualado en 7 a los 13 minutos de la primera parte. Tras un pique, sucedió algo pocas veces visto en un partido de handball. La pelota quedó, literalmente, pegada en la intersección entre el palo y el travesaño. El arquero Viachaslau Saldatsenka, tras mirar para todos lados creyendo que había sido abatido, se encontró con esta inesperada sorpresa.
Sin embargo, esta llamativa jugada tiene una explicación lógica. Varios deportistas están abusando del uso de la resina (también llamado “pega”, dentro del ambiente del handball argentino), una mezcla que se utiliza para lograr una mejor adherencia de la pelota a la hora de jugar.
España, que es dirigida por el ex director técnico de la selección argentina entre 2004 y 2005 Jordi Ribera, es uno de los principales candidatos al título. Los Ibéricos, que vienen de ganar el Campeonato Europeo de 2018, lideraron el Grupo C con puntaje ideal (vencieron a Alemania, Holanda y Letonia). Luego, en la Segunda Fase, se impusieron ante República Checa, Austria y Bielorrusia, lo que les permitió asegurarse un pasaje a las semifinales. Esta tarde se disputarán el primer puesto de su zona ante Croacia.
LEA MÁS EN INFOBAE DEPORTES