“Negrita hermosa”. Con ese escueto mensaje, Romina Sala, la hermana de Emiliano, el delantero que perdió la vida cuando el avión en el que viajaba cayó en el Canal de la Mancha, acompañó la foto de Nala que publicó en las redes sociales. No es la primera vez que comparte una imagen de la perra que conmovió a todos por las fotos en la que se la veía esperando el regreso del futbolista, pero esta vez fue especial, a un año de la muerte del punta que había sido transferido desde el Nantes de Francia al Cardiff de Gales en 17 millones de euros.
Emiliano había adoptado a su compañera en septiembre de 2015, cuando ya era adulta. Y ella lo ayudaba a sobrellevar la distancia con su familia, que más allá de las visitas ocasionales reside en Progreso, localidad de la provincia de Santa Fe. Las escapadas al Loire River, Paimboeuf, Pornic, Saint Nazaire o Fromentine, donde él solía pescar, eran los hobbies predilectos de la pareja. Durante el verano, cuando los compromisos de pretemporada no exigían extensos viajes, ambos emprendían las visitas al río sin los límites del reloj. Así, mientras él tiraba la caña en busca de una buena presa, ella se divertía chapoteando en la orilla.
Tras la tragedia, donde perdió la vida Emiliano y desapareció el piloto David Ibbotson, la familia del futbolista trajo a Nala a vivir a la Argentina. “Nala, su fiel compañera, ahora es la nuestra (nunca pensamos en darla en adopción)”, advirtió la hermana del jugador, con la decisión tomada. Recibió cobijo en la casa donde viven la mamá y Darío, el hermano de Emiliano. Allí, todo está enmarcado con el recuerdo del futbolista. Cuadros, camisetas, fotos… en cada rincón hay una imagen que marca la presencia del goleador, que la abriga. Son pocas las veces que la exhiben con paseos nocturnos. La vida de Nala es de las puertas hacia adentro. Aunque algunas veces le dan el gusto de salir a recorrer las calles de Progreso.
La perrita tiene una debilidad: se entregó al amor de Augusto, el sobrino de su amo, el hijo de Romina, quien a lo largo de estos largos y duros 12 meses se encargó de publicar las travesuras en conjunto. El niño que disfruta de las tardes santafesinas con su Nalita, que a falta de río, aprovecha la pileta de la casa de Mercedes Taffarel, la mamá de Emiliano, para evocar aquellos chapuzones con su amigo que ya no está.
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