Los altos niveles de contaminación de aire que se registraron este lunes en Melbourne, como consecuencia de los incendios forestales que azotan Australia, están afectando a la celebración del Abierto de Australia de tenis.
La tenista serbia Dalila Jakupovic se vio obligada a retirarse debido a un severo ataque de tos durante un partido de la fase previa del campeonato, antes de servir y cuando iba ganando el encuentro que disputaba en el Melbourne Park contra la suiza Stefanie Vogele.
Jakupovic, que durante el partido había solicitado asistencia médica por problemas respiratorios, cayó de rodillas al final del segundo set, no pudo retomar el juego y necesitó ayuda para abandonar la pista.
“Tenía mucho miedo de colapsar... no es saludable para nosotros”, dijo a los periodistas. “Me sorprendió, pensé que no íbamos a jugar hoy, pero no tuvimos muchas opciones”, agregó.
En el portal “AirVisual”, que mide la calidad del aire en el mundo, algunas zonas de Melbourne alcanzaron niveles de contaminación “arriesgados” con una concentración en el aire de hasta 361 partículas PM2.5, relacionadas con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, según la Organización Mundial de la Salud.
Mandy Minella, la número 140 mundial de Luxemburgo, también expresó su oposición en Twitter.
“Sorprendida de ver que los partidos de clasificación comenzaron en el Abierto de Australia, ¿qué pasa con la salud de todas las personas que tienen que trabajar allí ?, especialmente los niños”, se preguntó.
Otras tenistas, como la canadiense Eugenie Bouchard o la china Xiandi You, también se vieron afectadas por la pésima calidad del aire que registra Melbourne, apuntaron los medios locales.
El número uno del mundo Rafael Nadal y otras estrellas abandonaron las sesiones de práctica al aire libre y continuaron con el entrenamiento en el interior.
Novak Djokovic, presidente del consejo de jugadores de ATP, ya había dicho la semana pasada que el torneo podría retrasarse si los niveles de contaminación eran demasiado altos.
Australia vive la temporada de incendios forestales más larga de su historia moderna, en la que han muerto hasta la fecha un total de 27 personas y se ha calcinado una superficie equivalente a Irlanda. Desde que comenzaron en septiembre pasado, se calcula que mil millones de animales salvajes podrían habrían perecido por los fuegos.
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