La medallista olímpica iraní Kimia Alizadeh aseguró, en un mensaje en Instagram, que ha huido de su país porque está harta de la opresión, de la injusticia y de la corrupción y solo desea el apoyo de sus seguidores y llevar una vida “segura, feliz y saludable” dedicada al taekwondo.
Alizadeh, medallista olímpica de su país con un bronce en Río 2016 y que cuenta con 384.000 seguidores en esa red social, según se indica en su perfil, acompañó su más reciente foto con un texto en persa en el que aseguró que es “una de las millones de mujeres oprimidas en Irán, (cuyas autoridades) durante años han jugado conmigo como han querido”.
“Me llevaron a donde quisieron. Me vestí como me dijeron. Repetí cada frase que ordenaron. Mis medallas las atribuyeron al velo obligatorio y lo atribuyeron a su manejo y sabiduría”.
El mensaje de la taekwondista se ha difundido en momentos de máxima tensión entre EEUU e Irán tras episodios como la muerte del general iraní Qasem Soleimaní en una operación estadounidense y el ataque con misiles por parte de la Guardia Revolucionaria de Irán, en represalia, a una base militar en Irak con presencia de tropas estadounidenses.
La deportista, que no indicó el lugar en el que se encuentra, aseguró que ni ella ni sus compañeros son importantes para las autoridades de su país, ya que consideró que se les trata como “herramientas de un régimen que quiere explotar políticamente el éxito deportivo y que humilla a mujeres como ella”.
Alizadeh negó haber huido por razones económicas o por una invitación desde Europa, mientras afirmó que ha dado “la espalda” al poder y a la riqueza: “Yo soy un ser humano y quiero permanecer en la órbita de la humanidad”.
“En sus mentes machistas ¡siempre pensaban que Kimia es una mujer y no tiene lengua! Mi espíritu perturbado no encaja en sus canales económicos sucios y sus estrechos lobbies políticos. Yo no tengo otro deseo, más que taekwondo, seguridad y una vida feliz y saludable”, agregó.
Tras asegurar que no quería progresar a base de “corrupción y mentiras”, ratificó su rechazo a la “hipocresía, mentira e injusticia”, lo que le lleva a aguantar “el sufrimiento y la dificultad de la tierra extraña”.
“Esta decisión -la de marcharse de su tierra- es aún más difícil que ganar el oro del olímpico”, finalizó Alizadeh, quien reafirmó su condición de iraní “dondequiera que esté” y expresó su confianza en el apoyo de sus seguidores: “No tengo más deseo que la confianza de ustedes”
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