La futbolista Esmeralda Verdugo Romo aclaró la situación que vivió junto a Lucero Cuevas, el pasado 20 de diciembre, cuando fueron víctimas de un secuestro exprés y no fue un berrinche, como se había difundido en diversos medios.
En su momento, Excélsior informó que dos jugadores de 22 y 25 años fueron secuestradas por algunas horas, informó la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. El América denunció el caso ante la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía Antisecuestros activó el protocolo correspondiente.
En aquel momento tanto las víctimas como la familia decidieron no realizar una denuncia formal.
Para aclarar el caso, la jugadora escribió en su cuenta de Instagram lo siguiente: “Estuve secuestrada, junto con Lucero (Cuevas), llegando a nuestra casa no quisimos poner demanda por miedo a las amenazas contra nuestras familias que nos hicieron”.
Dicha situación fue lo que llevó que ambas jugadoras dejaran la Ciudad de México, y pidieron su baja en América y se unieron a la franquicia de los Xolos de Tijuana.
Las jugadoras no habían hecho declaraciones sobre lo que habían vivido. Lucero se limitó a decir que su salida de América fue por un tema personal, aunque no dio más detalles.
“Siempre voy a estar agradecida con América por todo lo que me dio y por haber sido campeona. Nunca he tenido problemas con alguien de la institución, mi salida fue por un asunto personal muy fuerte”, indicó Cuevas para Fox Sports, el pasado 3 de enero.
Lo que ocasionó que Esmeralda aclarara el tema en su redes sociales fue consecuencia de que Récord publicó que lo sucedido con las jugadoras no se había tratado de un secuestro sino de un berrinche.
Esmeralda, de 25 años, añadió que las sometieron a una prueba de polígrafo, con el fin de descartar que el hecho era un caso de extorsión para el club.
“Nos dijeron que todo salió bien en las pruebas, que siempre dijimos la verdad, y que se trató de un secuestro exprés, y que no era directo contra el club. Nosotras cometimos el error de pararnos en la carretera en una zona de descanso y ahí nos levantaron”, escribió la ahora jugador de los Xolos.
Añadió que no fue nada fácil, para ella, que después de vivir un secuestro se sometiera a una prueba de polígrafo, con el fin de verificar la veracidad de sus declaraciones por parte del club, y aclaró que no tenía ningún problema con la institución por querer verificar que no había ningún peligro hacía el club.
La decisión de que ahora ella y Lucero ahora sean parte de la organización de Tijuana no fue parte de un berriche. Ellas solicitaron al representativo capitalino que las dieran a préstamos para que pudieran sentirse segura.
Además, Esmeralda aclaró que no tenía problemas con Leonardo Cuellar, entrenador de América, y que la institución facilitó la salida de ambas futbolistas, asimismo agradeció el apoyo recibido.
Si hubiera sido un berrinche, como dice en estas notas, hubiera afectado a nuestras carreras futbolísticas. Un equipo no hubiera recibido a jugadoras con este tipo de problemas de disciplina
En octubre, Leonardo Cuellar, entrenador de las Águilas, dio a conocer que Lucero y Esmeralda incurrieron en indisciplinas, no dio a conocer las sanciones, y que eran temas que se manejaron de forma interna.
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