El presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a hacerse presente en una pista de hockey sobre hielo, uno de sus deportes favoritos. El mandatario participó de un partido que ya se está convirtiendo en un evento tradicional en las fechas cercanas a la navidad.
Con la número 11 en la espalda, el dirigente de 67 años saltó a la pista de hielo instalada en la Plaza Roja de Moscú, uno de los espacios más importantes de la ciudad. Junto a él, también estuvieron otros políticos como el ministro de defensa y algunos empresarios, además de ex jugadores profesionales.
Esta fue la octava edición del evento con el que Vladimir Putin y sus hombres intentan fomentar el interés por el deporte amateur.
Según detalló el periodista Bloomberg Scott Rose, presente en el encuentro, el equipo de Putin estaba integrado también por el ministro de Defensa, Shoigu, y estrellas de hockey rusos ya retiradas como Pavel Bure, Valeri Kamensky, Sergei Fedorov y Alexei Kasatonov.
Del lado de enfrente, el gobernador de la región de Moscú Andrey Yuryevich Vorobyov comandaba el plantel en el que también estaba Alexey Dyumin, ex jefe de seguridad de Putin, y otros políticos.
El presidente convirtió más de la mitad de los goles de su equipo en un resultado final que reflejó la superioridad de los de Putin por 8-5.
Contra Polonia y persiguiendo opositores
En lo que respecta a sus políticas, Putin relanzó este martes la guerra verbal contra Polonia, acusándola de haber concluido una “alianza” con Hitler y haber actuado en forma “antisemita” en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
Hablando ante oficiales de alto rango del ministerio ruso de Defensa, Putin aseguró haber tenido acceso a archivos recuperados en Europa por el ejército rojo después de 1945 que demostró que varios países, entre ellos Polonia, tuvieron colusión con el dictador nazi.
“Ellos (los polacos) concluyeron específicamente una alianza con Hitler. Está claro en los documentos de los archivos”, señaló Putin , que dijo sentirse “insultado por la manera en la que Hitler y Polonia discutieron la cuestión judicial”.
Además, en menos de 48 horas envió a la cárcel a su rival político más relevante, Alexei Navalny, y confinó en un cuartel militar del Ártico a Ruslan Shaveddinov, uno de los colaboradores más cercanos del líder opositor: estará incomunicado por un año y estará acompañado por un militar en todo momento. La excusa es que debe cumplir el servicio militar obligatorio, mientras que aún no se conocen los cargos con los que fue detenido a Navalny en esta oportunidad.
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