A Juan Guillermo Cuadrado lo derribaron en el borde del área y cuando transcurría el primer minuto de tiempo de descuento (de tres otorgados por el árbitro). Juventus tenía la última posibilidad de igualarle la final de la Supercopa de Italia a Lazio, que ganaba 2-1. Paulo Dybala tomó la pelota casi inmediatamente después de la sanción, la besó y la ubicó con toda la gestualidad de hacerse cargo del tiro libre. Pero Cristiano Ronaldo, la gran figura del plantel, también se posicionó con ánimo de ejecutar la falta, aunque a la expectativa, en un segundo plano.
El delantero argentino, de 26 años, tomó la decisión de probar de zurda, pero su intento dio en la barrera. Ante la desazón, Dybala no buscó el rebote y allí se originó el contragolpe del conjunto romano, que terminó en la falta de Rodrigo Betancur en el minuto 93: expulsión y tiro libre peligrosísimo, pero para la valla defendida por Szczesny. Danilo Cataldi pateó de manera inmejorable y el 3-1 decretó el título para la Lazio en Arabia Saudita.
La determinación de Dybala de quedarse con el último remate relegando a Cristiano generó polémica en las redes sociales. “En los momentos importantes los tiros libres en la Juventus los debe patear Cristiano Ronaldo, a Dybala la barrera se le hace enorme”, escribió el usuario Mel Flores en Twitter. “Y Cristiano siendo muy generoso con Dybala, dos tiros libres le dejó al argentino y los desperdició”, agregó Franco Saint.
Dybala ya se había hecho cargo de un tiro libre en el primer tiempo: su remate tomó mejor el efecto y pasó junto al palo derecho del arco custodiado por el guardameta Strakosha. El gol de la Juve llegó justamente por una combinación entre los dos protagonistas: CR7 se quitó a su marcador con una finta y remató cruzado; tras el rebote del arquero, la Joya empujó a la red. Entre ambos tienen una muy buena relación, pero la jugada del epílogo los enfrentó.
Ronaldo quedó muy afectado tras la derrota. Su gesto adusto resultó lapidario luego de perder su primera final mano a mano luego de 12 victorias consecutivas. Y en el instante de la recepción de la medalla por el segundo puesto... La recibió, hizo el ademán de colgársela, pero enseguida se la quitó. Un gesto que se transformó en viral: algunos fanáticos en las redes sociales lo tomaron como un ejemplo de su competitividad; otros, como una falta de respeto con sus colegas del Lazio.
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