“Yo soy tranquilo. Sí, estoy en la NBA, pero no pasa nada... Para mí es un trabajo. La gente puede pensar que es algo más, pero para mí esto es un trabajo. Así lo siento yo, y así me gusta que lo vean”.
Así se describió Pablo Prigioni, quien lejos de obnubilarse por esta gran oportunidad que se le presenta solo busca tratar de mejorar. La NBA, además de concentrar a los mejores del planeta, también es lujo, cámaras y fama; pero el cordobés prefiere no prestarse a ese juego…
En una charla con Infobae, el ganador de la medalla de bronce con la selección argentina en 2008, analizó su presente como asistente en los Minnesota Timberwolves, el del combinado nacional de cara a los Juegos Olímpicos de Tokyo y su paso como basquetbolista en la liga más importante del planeta.
MINNESOTA TIMBERWOLVES, SU NUEVA APUESTA:
Durante sus 24 presentaciones en la temporada 2014/2015 con la camiseta de los Houston Rockets, el base le dejó una gran impresión a Gersson Rosas, por ese entonces vicepresidente de operaciones del básquetbol en la franquicia texana.
Al convertirse en el presidente de operaciones en Minnesota, el colombiano no dudó en colocar a Prigioni como el asistente directo del entrenador Ryan Saunders en las situaciones de ataque del equipo.
En abril de 2018, durante su paso por los Nets, el ex hombre de la Selección se había convertido en el primer argentino en asistir a un cuerpo técnico estadounidense (lo encabezaba Kenny Atkinson). Allí realizó un gran trabajo. Por ejemplo, ayudó en el exponencial crecimiento de D’Angelo Russell. Sin embargo, dentro de su balanza, primó la familia.
Decidió alejarse de un prometedor proyecto (para esta temporada lograron los arribos de Kyrie Irving y Kevin Durant) para lanzarse en una nueva aventura.
“En Brooklyn estaba solo. Mi familia estaba en España por un tema de colegios. Queríamos que, sobre todo mi hija, terminara y viniera cuando iniciara el High school (sería el equivalente al secundario en Argentina). Fue duro estar todo un año sin ellos, nunca estuvimos tanto tiempo separados. El tema familiar tuvo mucho que ver en la decisión de aceptar este desafío. La ciudad nos cuadraba mucho más. Ellos se están adaptando bien a Minneapolis, es una gran ciudad, con distritos escolares muy buenos”, explicó.
Con respecto a este nuevo reto, esbozó: “Me siento muy bien, contento, ilusionado con un proyecto nuevo. Esto empezó con un cambio total en la institución. Con el General Manager, todo el staff técnico, el front office... Estamos muy contentos en la organización. Estamos cómodos, trabajando muy a gusto”.
A la hora de ser consultado sobre las diferencias que existen entre los Nets y los Timberwolves, remarcó: “Acá es un proyecto nuevo, renovado a partir de la llegada de mucha gente nueva en la organización. Tenemos potencial para crecer en los próximos años, pero comparado con Brooklyn, con la llegada de dos agentes libres de mucho peso, están mejor posicionados, especialmente el próximo año, cuando se recupere Durant. Más allá de los resultados, pesa mucho mi desarrollo como entrenador, las responsabilidades que tengo y el crecimiento. Apunto a crecer cada año en mi faceta de entrenador”.
"Me da la sensación de que acá estamos como estaba hace uno o dos años Brooklyn, que fue cuando ellos comenzaron su proyecto. Han ido creciendo año a año. Creo que nosotros estamos como en su primer año. Estamos en una fase inicial, y ahí se ven las diferencias. Ellos están como en un tercer año, pero nuestro punto de partida fue bueno”, analizó
Pese a que hoy se encuentran peleando por quedarse con un boleto a los playoffs, el ex Real Madrid y Tau Cerámica prefirió la cautela. El asistente de Ryan Saunders aseguró que lo principal no es clasificar a la postemporada, sino construir una base sólida de cara al futuro en una dura Conferencia Oeste.
“El objetivo es construir un sistema de juego distinto al que había el último año. Tener una identidad y saber a lo que juega el equipo en ambos lados de la pista. También el crecimiento de algunos jóvenes, como Andrew Wiggins y Karl Anthony Towns, que tienen 24 años. Tenemos a un rookie como Jarrett Culver y a un chico de segundo año como Josh Okagie. Tenemos muchos jóvenes. Estamos enfocados en su desarrollo. Más allá del récord con el que terminemos la temporada, la prioridad es construir, no saltearse ningún escalón. Queremos construir un equipo que pueda ganar de manera sostenible en los próximos años, no en este”, argumentó.
¿Y los playoffs? “Honestamente, no hablamos de eso. Ni entre los entrenadores, ni con el front office ni con los jugadores. Nos centramos en desarrollar nuestra manera de jugar y en que los chicos mejoren y que eso impacte en el grupo y la manera de jugar. Luego veremos si estamos con posibilidades. No es nuestro objetivo ahora mismo”, respondió
Este cambio de dirección que tomó Pablo hizo que pasara a tener un rol más importante. “Soy uno de los 3 asistentes que se sientan adelante, junto al primer entrenador. Soy el coordinador del ataque, el que asiste al entrenador en esa parte del juego”.
Otra de sus funciones es seguir y preocuparse por el desarrollo individual de los “guards” del equipo como Kelan Martin, Jordan McLaughlin, Shabazz Napier, Jaylen Nowell y Josh Okogie, sumado a Treveon Graham, a quien conoció en su paso por los Nets.
“No me detengo a pensar en que soy el único argentino en la NBA”, sostuvo el ex estratega del Baskonia, club en el que se convirtió en ídolo de los aficionados.
Aunque por el momento ningún albiceleste se encuentra dentro del roster de las distintas franquicias del torneo, Prigioni confía en que tarde o temprano se producirá el desembarco de algún compatriota. “Nos malacostumbramos. Hubo un momento en que hubo unos cuantos, pero ninguno en el último tiempo. Hay chicos con potencial, pero por distintas razones no están. Muchos tienen buenas oportunidades en Europa, también puede que ningún equipo se haya animado a apostar fuertemente en ellos. Creo que hay que tener paciencia. Tarde o temprano vamos a tener jugadores argentinos en la liga. Ojalá sea pronto, pero no tengo dudas de que va a suceder”, confesó.
“Tanto Facundo (Campazzo) como Nico (Laprovittola) tienen potencial NBA. Tranquilamente podrían jugar acá, pero Real Madrid no tiene nada que envidiarle a los equipos de la NBA”, argumentó.
Al ser consultado puntualmente por el ex Peñarol de Mar del Plata, agregó: “Es su deseo también, pero a veces juegan otros componentes, otros condimentos, y el jugador no puede hacer mucho. Pero nunca es tarde, y lo digo por experiencia. Yo llegué con 35 años y estuve 4 temporadas. Ellos tienen que seguir creciendo. Pero están tranquilos, saben que tienen potencial”.
EL SUBCAMPEONATO EN EL MUNDIAL DE CHINA Y LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE TOKYO 2020:
Con un importante recambio y con Luis Scola como bastión para transmitir el legado de la Generación Dorada, los dirigidos por Sergio Hernández dieron el golpe en la Copa del Mundo.
“A la Selección la vi muy bien, fantástica. Cuando todos pensábamos, y me incluyo, que cuando llegaran los rivales con más potencia física, como Francia o Serbia, se podía complicar, ahí fue cuando apareció el mejor juego del equipo. Jugaron con un hambre y despliegue impresionantes”, analizó. Luego, agregó: “Fue un placer verlos jugar y competir. El ADN argentino salió en los momentos más importantes. Llegaron a una final del mundo es una cosa difícil de asimilar. Estoy muy feliz por ellos, los conozco mucho y son chicos fabulosos".
Prigioni, que supo brillar con la camiseta albiceleste, afirmó que encuentra varios puntos en común entre la famosa Generación Dorada y los actuales subcampeones del mundo.
“El hambre, el deseo, el juego en conjunto, el amor por la camiseta, por competir”, fueron los aspectos que destacó; aunque rápidamente hizo una salvedad. “A esto hay que sumarle el talento, porque con eso solo no se gana. Todas esas cualidades son las que son equiparables a los anteriores equipos de Argentina”, sentenció.
Este logro tuvo al inoxidable Luis Scola como uno de los principales protagonistas. “Jugó un torneo fantástico. Por ahí se esperaba que cuando le tocara enfrentar a rivales más duros físicamente le iba a costar, pero encontró la manera de competir, sumar y contagiarse de la energía de los más jóvenes. Su presencia fue sumamente importante para esta transición. Fue clave en esa unión para que los más jóvenes vivan esta gran experiencia. Les dio algo invaluable para lo que se viene”, comentó.
El próximo objetivo para el equipo del Oveja serán los Juegos Olímpicos, donde la vara estará mucho más alta debido a lo realizado en China este año: “Los veo bien de cara a Tokyo, aunque ahora tendrán más presión, habrá más ojos mirándolos. Antes del Mundial muchos pensaban que no tenían tanto potencial como para llegar a ese lugar, y ahora se les va a demandar más. Será un lindo desafío competir con ese factor”.
“Cuando ves que se ponen la camiseta y ves que juegan con ese deseo y garra, el aficionado argentino sabe que da igual el resultado. Sabés que van a dar todo para llegar a lo más alto. Se disfruta viendo a la Selección de básquet”, concluyó.
El cordobés, en 31 presentaciones con la remera de la Selección, entre los mundiales de Turquía 2010 y España 2014, Juego Olímpico de 2008 (ganó la medalla de Bronce) y el Preolímpico de Mar del Plata en 2011 (fue campeón), aportó 253 puntos.
Su capacidad para conducir quedaron en evidencia en Turquía y Londres, ya que fue el mejor asistidor en ambas competencias con 6.4 y 6.5 de promedio, respectivamente.
SU DESEMBARCO A LA NBA CON 35 AÑOS Y LA GRACIOSA ANÉCDOTA CON SPIKE LEE:
Tras brillar en Real Madrid y Tau Cerámica, la NBA golpeó a la puerta de Pablo Prigioni. Con su cabeza dominó el juego en Europa -ahora sus dotes de estratega se aprecian del otro lado del campo-, pero a diferencia de la mayoría de los basquetbolistas a él no lo movilizaba desembarcar a la mejor liga del planeta.
En cierto punto creía que su estilo y forma de jugar no encajaban en la “espectacularidad” que pregona el torneo estadounidense, pero allí aparecieron Luifa Scola (Houston Rockets, Phoenix Suns, Indiana Pacers, Toronto Raptors y Brooklyn Nets), el Chapu Nocioni (Chicago Bulls, Sacramento Kings y Philadelphia 76ers) y Manu Ginóbili (San Antonio Spurs) para alentarlo a animarse a esta nueva aventura.
El cordobés hizo historia, al convertirse en el rookie (debutante) más longevo en la historia de la NBA. Su estreno fue el 2 de noviembre de 2012, con la camiseta de los míticos New York Knicks, entidad en la que estuvo hasta 2015.
“No pensaba mucho en que era un debutante de 35 años. Yo lo veía como que era un equipo nuevo y una liga nueva. Traté de ser útil en el equipo para jugar el mejor baloncesto que fuera capaz. Ése era mi pensamiento en mi primer año. Quería ser parte de la rotación. No me servía ir al banco, para eso me quedaba en Europa. Ése fue mi mérito. En cada equipo traté de ser útil, ser parte de la rotación y estar en la pista”, esbozó.
En Estados Unidos existe la tradición de obligar a los rookies a realizar algunas “novatadas”, como comprar donas para el desayuno de las principales figuras o cargar los bolsos de sus compañeros. “Al principio me quisieron hacer algunas de esas cosas, pero mis compañeros me apoyaron. Le dijeron al entrenador ‘Pablo no lo hace, ya es grande para esto’”, confesó. Y luego, agregó: “Tuve suerte. Yo venía de disputar los Juegos Olímpicos de Londres y con la Selección había enfrentado a jugadores como Carmelo Anthony y Tyson Chandler, que después fueron mis compañeros y me respaldaron”.
¿Es cierto que le dijiste al entrenador Mike Woodson que no eras un chico de 20 años para hacer esas cosas y que si había un problema te volvías a Europa, que tu sueño no era la NBA? “Si, le dije eso”, soltó entre risas con una inconfundible tonada cordobesa. “Quedó como una anécdota. Le dije que no pasaba nada, que me volvía a mi casa. Y ahí me dijo que no, que no tenía que llevar nada y que no me fuera”.
“Era verdad que mi sueño no era la NBA. Yo estaba contento en Europa, por momentos pensaba que mi juego no era para la NBA. Cuando se dio la posibilidad no estaba convencido, pero hablé con Manu (Ginóbili), Chapu (Nocioni) y Luis (Scola) y me alentaron a que probara. ¡Menos mal que les hice caso! Fue un broche muy bonito para mi carrera jugar minutos importantes y disputar playoffs”, comentó.
En sus primeros juegos en la liga estadounidense vivió una divertida anécdota que tiene como protagonista a Spike Lee, el famoso director de cine de películas como La hora 25 (25th Hour), Malcolm X, Haz lo correcto (Do the Right Thing) y El Infiltrado del KKKlan (BlacKkKlansman).
El nominado al Oscar por mejor película y mejor director en 2019 es un ferviente fanático de los Knicks y no pudo soportar ver que el argentino lucía unas zapatillas con colores similares a los de los Lakers. “Estaba esperando un modelo nuevo, y por dos partidos usé unas que no me hacían daño en los pies y que eran cómodas. Pero tenían púrpura y violeta, y me dijo que eso era de los Lakers, que no las podía usar. Yo le expliqué que estaban por traerme las nuevas en dos partidos, pero al otro ya me trajo unas zapatillas naranjas y azules. Me dijo ‘estas tenes que usar’”, rememoró entre risas.
“Es muy fanático, siempre estaba en primera fila. Siempre fue muy cordial conmigo, siempre me hablaba. Buena gente, una persona linda de tratar”, concluyó.
OTRAS FRASES DESTACADAS DE PABLO PRIGIONI:
“Tuve la posibilidad de jugar con D’Angelo Russell en mi último año en los Clippers. Es un chico excelente. Desarrollamos una buena relación el año pasado. Es un chico muy entrenable, que le gusta mantener el diálogo, quería mejorar. Disfruté el trabajar con él. El año pasado hizo una temporada fabulosa. Cuando entrenás a alguien, y que te dedique esas palabras, es de lo que se trata al final: tratar de ayudar a alguien. Aprecio mucho sus palabras. Tengo una gran relación con él pese a que ahora esté en Golden State Warriors”.
“Los dos tuvieron un crecimiento brutal. La mayoría dice de Facundo Campazzo, pero Nico Laprovittola fue el MVP de la liga. No se queda atrás. Esa es una gran parte del éxito de la Selección. Los dos se complementan muy bien, están llegando a unos niveles máximos en su carrera. La Selección y su equipo (el Real Madrid) aprovechan de ellos. Están jugando un baloncesto exquisito, dominando con sus calidades. Facundo con su calidad, mentalidad y pasando el balón de manera increíble. Nicolás también, con su pick and roll y su tiro. Son jugadores distintos que se disfrutan”.
“Manu Ginóbili es el mejor jugador de la historia de Argentina. Es nada más ni nada menos que eso. Es un jugador total. Físicamente superior a los demás, mentalmente superior a los demás, con un espíritu superior a los demás, con una inteligencia superior a los demás. Están sus logros que lo avalan. Una persona muy equilibrada, que siempre estuvo, más allá de su estatus. Su saber estar con sus compañeros y con sus entrenadores en todo momento. Es un ejemplo en muchos aspectos. Un compañero de equipo que te hacía dar el máximo, y te demandaba mucho. Fue un placer haberlo conocido y disfrutado”.
“Siento el respeto de jugadores, entrenadores, General Managers y árbitros. Eso me da satisfacción. Debo haber mostrado ser un buen profesional, un jugador que competía más allá de mi edad, que ayudaba al equipo. Pensaba primero en el equipo y no en lo personal. Creo que eso lo hice bien. Siento mucho respeto de la liga en general. Eso es muy agradable”.
“Me sorprendió lo de Carmelo Anthony. Es un jugador fantástico. Desde su salida de New York, con paso en Oklahoma y luego un paso corto por Houston, parece que un poco le echaron culpa por un mal momento de Houston, de manera inmerecida. Creo que eso afectó para que los demás equipos quieran apostar por él. No merecía estar tanto tiempo fuera. Creo que tenía cosas para aportar, y ahora lo está demostrando en Portland Trail Blazers”.
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