La revancha entre Andy Ruiz Jr. y Anthony Joshua se llevará a cabo en una sede poco común: Diriyah Arena, en Arabia Saudita. Si bien los eventos más relevantes del boxeo mundial suelen realizarse en Nueva York o en Las Vegas, ésta no es la primera vez que uno de los combates más esperados se efectúa fuera de los Estados Unidos. El caso más representativo sucedió en 1974, cuando Muhammad Ali y George Foreman se enfrentaron en Zaire, actual República del Congo.
Rumble in the Jungle fue como se le conoció a ese encontronazo épico entre aquel par de titanes del pugilismo, pero las razones por las cuales se trasladó aquel combate al país africano fueron meramente políticas. En ese entonces, el dictador Joseph-Désiré Mobutu necesitaba de un método para obtener legitimidad como mandatario del país y el deporte, de igual forma que en otras ocasiones, fue el medio ideal para lograrlo.
En su columna del portal 24 horas, el periodista Alberto Lati compartió que en aquellos días, Mobutu había lanzado una campaña de africanización a través de las actividades deportivas. Un ejemplo de esto fue que la selección de fútbol de Zaire mostró un leopardo en su uniforme para el Mundial del mismo año.
“Así que la Pelea en la jungla llegó a Kinshasa cuando más guiños pretendía enviar el tirano, cuando mayor necesidad tenía de que su autocracia fuera admitida por la comunidad internacional”, escribió Lati.
Una frase de El combate, un libro escrito por Norman Mailer, podría resumir esto. Rumble in the Jungle fue “una pelea entre dos negros en una nación negra organizada por negros y vista por el mundo entero: una victoria para el mobutismo”.
A pesar de esa situación, los peleadores se entregaron por completo. Ali llegaba repuesto del duro golpe que había significado su suspensión de los cuadriláteros por haberse negado a enlistarse en el ejército estadounidense para la guerra de Vietnam, mientras que Foreman era el campeón vigente de los pesos pesados.
En el mismo libro, Mailer narró la manera en que Foreman entrenaba previo a esta pelea. Con sus palabras mostró la potencia de los golpes que se impactaban sobre el saco sin piedad: “Si Ali deseaba ganar no tendría más remedio que recibir el mayor castigo de toda su vida”. Sin embargo, las acciones sobre el cuadrilátero terminaron por favorecer a Ali.
"Cuando quedaban veinte segundos para que terminara el asalto, Ali atacó. De acuerdo con su cálculo, producto de veinte años de boxeo, y con todo lo que había aprendido acerca de lo que se podía y de lo que no se podía hacer en el ring en cada momento, escogió precisamente ese instante como la ocasión adecuada y, recostado contra las cuerdas, lanzó a Foreman un derechazo y un izquierdazo y luego se liberó de las cuerdas para asestarle un izquierdazo y un derechazo.
"En este último golpe hizo intervenir otra vez el guante y el antebrazo, un golpe demoledor en la cabeza que lanzó a Foreman hacia delante haciendo eses. Cuando pasó al lado de Ali, éste le pegó en un lado de la mandíbula derecha (...). Por primera vez en todo el combate, ponía a Foreman al borde del ring. Ali lo castigó con una combinación de golpes tan rápidos como los del primer asalto, pero más fuertes y más seguidos.
“(...) Luego, un tremendo proyectil exactamente del tamaño de un puño dentro de un guante penetró hasta el centro mismo de la mente de Foreman, el mejor golpe de esa noche sorprendente, el golpe que Ali había guardado durante toda su trayectoria personal”.
A 45 años, durante un diálogo con el sitio The Sun, Foreman recordó: “Todos temían por Muhammad Ali. Todos. Así que pensé en salir y noquearlo en uno o dos rounds para que se lastimara". Pero su estrategia no funcionó por un simple factor que no tuvieron en cuenta, Ali era demasiado fuerte.
De esta forma, el octavo asalto marcó la caída de Foreman. “Dije que ganaría y gané. Dije además cómo lo haría y lo hice. Pronostiqué que el animal caería solo, y así fue: les aseguro que el golpe de derecha fue bueno, pero no muy potente. Es que él tenía la derrota por nocaut en el alma y yo el triunfo en la sangre", declaró a gritos Ali en conferencia de prensa después del combate.
Este encontronazo, enmarcado en la polémica ocasionada por la política en Zaire, resultó ser la vuelta a la gloria para Ali. Cabe recordar que después de la suspensión, Ali perdió su invicto ante Joe Frazier en 1971 y si bien le ganó en la revancha a inicios de 1974, el rugido que lanzó contra Foreman en Zaire representó su retorno triunfal a lo más alto del boxeo mundial.
Ruiz vs. Joshua: la primera disputa de un título mundial en Medio Oriente
Clash on the Dunes es como ha sido bautizado la pelea que sostendrán el mexicano-estadounidense, Andy Ruiz Jr., en contra del británico, Anthony Joshua. El nombre apela a que se trata de un choque en Arabia Saudita. La motivación para llevar al boxeo a un destino poco común, una vez más, es político.
De acuerdo con el análisis realizado por Alberto Lati, “el príncipe heredero se encuentra trabajando a destajo para cambiar la percepción mundial de su reino y el deporte desempeña un papel primordial para esa tarea”. Destaca que en este territorio se han llevado a cabo partidos de fútbol internacional o de tenis. Cabe recordar que el año pasado se llevaría a cabo el juego entre Rafael Nadal y Novak Djokovic, pero se canceló por una lesión del español.
Si bien los políticos esperan que la percepción de la nación cambie, es importante mencionar que en el mismo país en donde Ruiz y Joshua intercambiarán golpes, también se ejecutan a personas en plazas públicas.
A pesar de este contexto, este 7 de diciembre, los púgiles se mantendrán concentrados en su estrategia sobre el cuadrilátero de Arabia Saudita, por lo que la primera pelea en un país de Medio Oriente podría convertirse en el escenario para que Anthony Joshua vuelva a la gloria al retomar el título unificado de los pesos completos o la plataforma en donde Ruiz consagre su carrera boxística.
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