El fútbol femenino en España ha sido noticia dos veces este año. En marzo batió el récord mundial de asistencia al reunir en la capital del país a más de 60.000 fans en el Wanda Metropolitano para ver el duelo entre el equipo local, el Atlético de Madrid, contra el FC Barcelona. Ocho meses después ha vuelto a las portadas por una huelga histórica que ha vaciado todos los estadios. ¿Qué ha sucedido para pasar en tan poco tiempo del entusiasmo a la frustración?
La clave se explica con un solo dato: más de la mitad de las 250 futbolistas de los 16 clubes de Primera en España no cobra un salario fijo. Todas ellas hacen lo mismo que sus compañeros masculinos: madrugan para entrenar duro, juegan cada fin de semana, participan en torneos internacionales como la Champions o la Copa de la Reina a nivel nacional... Todo igual, menos el salario.
“Desde niñas le dábamos patadas a un balón, soñando con algún día ser futbolistas. Mucha gente nos decía que era un deporte de chicos, nos insultaba. Aun así, luchamos por cumplir nuestros sueños. Nos esforzamos y con nuestros éxitos demostramos que también nosotras somos profesionales. Somos iguales que tú. Hoy las futbolistas decimos basta”.
Con estas palabras varias jugadoras de distintos equipos han grabado un vídeo para denunciar en redes sociales la desigualdad con el lema #ConvenioYa. Exigen un salario mínimo anual de 16.000 euros, derecho a vacaciones, cobertura en caso de lesión, un permiso de maternidad y que existan campañas para evitar el acoso y la discriminación.
Actualmente las estrellas femeninas en España pueden llegar a ganar 100.000 euros al año, y algunas de las mejor pagadas reciben unos 200.000 anuales, pero la gran mayoría está muy por debajo de esas cifras.
La imagen de los campos de fútbol vacíos durante el pasado fin de semana ha recorrido el planeta. Han recibido el apoyo de colegas como Andrés Iniesta y Antoine Griezmann. Su lucha viene de antes, al menos desde 2018, pero ahora las han empezado a tomar en serio. Es la primera vez que el fútbol femenino en España se para. Las dos partes enfrentadas, los sindicatos y la patronal, han acordado desbloquear la huelga hasta el 20 de diciembre para intentar buscar una solución.
“Son unas reivindicaciones justas que deben ser atendidas, ahora hay que ver de dónde saldrá el dinero. Nosotros siempre hemos intentado ser conciliadores, buscar puntos de encuentro”, dicen a Infobae desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el sindicato que está representando a las jugadoras junto a UGT y Futbolistas ON.
Muchos directivos se quejan de que apenas venden entradas y que no reciben grandes sumas por patrocinio, por lo que al final del año más que beneficios lo que consiguen es endeudarse un poco más. Algunos podrían desaparecer si no consiguen el dinero para el 20 de diciembre.
El enfrentamiento llega en el peor momento posible, justo cuando los medios españoles hablaban de “la gran explosión del fútbol femenino español” tras el éxito de convocatoria de algunos grandes partidos. En las portadas han empezado a aparecer, junto a Benzema y Luis Suárez, estrellas como la centrocampista del Barça Vicky Losada, que ha pasado por las ligas profesionales de Estados Unidos e Inglaterra.
“No ha sido fácil para ellas, pero saben que estaremos en todo momento a su lado, apoyando cualquier decisión que tomen. Sus reivindicaciones son necesarias si queremos que la igualdad empiece a ser efectiva y real, tanto en el mundo del fútbol como en la sociedad en general”, dice David Aganzo, presidente de AFE.
Al hablar con el otro lado en la mesa de negociación, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), la perspectiva es opuesta. Dicen que en los últimos cuatro años es cierto que la liga ha ido creciendo exponencialmente pero que las demandas “no se corresponden con la realidad”, que es “un acto de irresponsabilidad” pedir esas cifras ahora mismo.
En conversación con Infobae, el presidente de la patronal ACFF, Rubén Alcaine, no comprende por qué en los medios españoles durante estos últimos días se ha dicho que ya se alcanzó una solución.
“En España el espacio mediático se ha comido la realidad económica en el caso del fútbol femenino, nos hemos creído que estamos con un impulso de la leche y no es así. Los sindicatos piden unas cosas que a día de hoy los clubes no pueden pagar. Suena muy bien en la prensa reivindicar los derechos de las trabajadoras pero nosotros llegamos hasta donde podemos. Dicen que han ganado las jugadoras, que habrá el convenio que ellas querían. Aquí no ganan ni unas ni otros”.
Las cifras no les cuadran. Según sus cálculos, la división femenina de la liga de fútbol española supera los 5 millones de euros de déficit. Aseguran que ningún club cubre al final del año los gastos que invierten para su gestión. Su oferta, si logran alcanzar un acuerdo de financiación con la Federación, cubriría el 75 por ciento de lo que piden las jugadoras, un sueldo mínimo de 12.000 euros anuales.
“El fútbol femenino en España a día de hoy es una apuesta, no un negocio. A mí me encantaría garantizar unas mejores condiciones pero no podemos aceptar que eso conduzca a las desaparición de los clubes más modestos, que se verían obligados a descender a Segunda División por no cubrir las fichas de sus jugadoras”, dice Alcaine.
Distintas fuentes consultadas coinciden en que la creación de la asociación de clubes en 2015 llegó en un momento crucial para el fútbol femenino en España, que desde entonces no ha parado de crecer.
“Era el impulso que necesitaba este deporte, destinamos dinero para profesionalizar las estructuras y que sea un poquito más autosuficiente. A partir de ahí entró Iberdrola -el gigante empresarial de la energía, que actualmente pone nombre a la Liga- y alcanzamos con Mediapro -uno de los grandes grupos audiovisuales en Europa, con sede en Barcelona- que gestiona un contrato de televisión que garantizó una inyección económica, gracias al cual los aficionados han podido ver partidos de calidad desde casa”, apuntan desde la ACFF.
Precisamente en el dinero que generan los derechos de retransmisión está la solución, o el problema, según desde qué perspectiva se mire. La asociación de clubes otorgó la adjudicación a Mediapro, contando con el apoyo de los 13 conjuntos asociados, todos los que juegan la Liga menos el Barcelona, el Athletic de Bilbao y el Tacón, que para la próxima temporada se convertirá en la escuadra femenina del Real Madrid.
Esto ha chocado con los intereses de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el máximo organismo de poder del deporte rey en el país, que quiere controlar los derechos de televisión de la liga femenina.
La solución pasa, según la asociación de clubes, por aceptar la oferta de la federación pero respetando a su vez los derechos ya contratados por Mediapro, que se aseguraría la retransmisión de dos partidos de primera a la semana.
Con la inyección de dinero por parte de la RFEF, de acuerdo a los cálculos de Rubén Alcaine, los equipos podrían alcanzar para el 20 de diciembre los 360.000 euros que necesitaría cada uno para cubrir las fichas de 22 jugadoras con un sueldo mínimo de 12.000 euros más los seguros sociales, que es la oferta que han puesto sobre la mesa desde la patronal.
“Estoy convencido de que las jugadoras lo van a aceptar, van a entender que es una forma de garantizar nuestra supervivencia y de que el fútbol femenino siga creciendo en España. Esto es algo que no vamos a arreglar en un año ni en dos pero la masa salarial sigue creciendo, esta temporada un 30 por ciento más respecto a la anterior, y la pasada un 44 por ciento. Hace falta un poquito de paciencia”, pide el presidente de la asociación de clubes.
Es una propuesta similar a la que defendía Maddi Torre de la Real Sociedad, la única jugadora que no se sumó el pasado fin de semana a la huelga y se presentó vestida para jugar en el campo. “Firmar un convenio colectivo con unos números que todos los clubes puedan cumplir en la inmediatez. A partir de ahí, empezar a negociar de cara al año que viene. Pero con un convenio colectivo ya establecido. Es mi humilde opinión”, dice en su cuenta de Twitter.
La liga femenina fue reconocida por la federación española en 1980 y desde entonces se ha celebrado cada año. Es similar a la de los chicos, ambas comparten varios equipos, hay históricos como el Athletic - el que más campeonatos femeninos ha ganado-, el Barça, Atlético, Valencia, Sevilla, Betis, Espanyol y, a partir de la próxima temporada, el Real Madrid.
Las diferencias entre ellas y ellos son abismales pero la desigualdad salarial no es exclusiva de España. Ni siquiera las ligas femeninas que están a la vanguardia en todo el mundo como las de Francia, Inglaterra o Estados Unidos se pueden comparar con las de sus colegas masculinos.
La futbolista que más cobra del mundo gana en un año por contrato lo que Leo Messi en un día. Ada Hederberg, delantera noruega de 23 años que juega en el Olympique de Lyon francés, cobra cerca de 400,000 euros anuales.
La tendencia comienza a cambiar, especialmente después del interés que generó el Mundial de Francia este año, recibiendo una cobertura mediática sin precedentes. Megan Rapinoe, una de las estrellas de la selección estadounidense que conquistó el torneo, ha encabezado una lucha por la igualdad con el lema #EqualPay.
En España, futbolistas que se han comprometido públicamente con la huelga como Ana Romero del Betis, Erika Vázquéz del Bilbao o Sara Serrat del Sevilla, insisten en permanecer unidas, piensan que no es justo que una profesión que ocupa gran parte de sus vidas, como cualquier trabajo normal, no esté reconocida.
La liga ha vuelto a reanudarse este fin de semana, en espera de llegar a un acuerdo económico para el 20 de diciembre. Mientras, los estadios grandes cada vez reciben más aficionados, los nombres de las jugadoras comienzan a ser conocidos y ya no es raro ver en España a una niña jugando al fútbol junto a los chicos, como una más.
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