Marcelo Alberto Bielsa es uno de los personajes más singulares del fútbol moderno. Tras fracasar como jugador en su natal Argentina, el nacido en la ciudad de Rosario se elevó a la élite como director técnico: ha sido elogiado por figuras como Pep Guardiola, entre otros, por su peculiar forma de comportarse, apegado a una estricta ética personal, combinada con un estilo de juego que imprime a sus equipos, cuyas principales características son la intensidad y el desenfado.
Sin embargo, entre los primeros pasos de Bielsa como entrenador y su ascenso al seleccionado argentino, su fracaso en el Mundial de Corea y Japón 2002 y su resurrección con la selección chilena y el Athletic de Bilbao, hay una etapa de su carrera que suele quedar relegada en su biografía: su paso por el fútbol mexicano a mediados de la década de los 90 del siglo pasado.
Tras un exitoso debut como entrenador de Newell’s Old Boys de Rosario, donde fue campeón del fútbol argentino y finalista de la Copa Libertadores en 1992, Bielsa desembarcó en el fútbol mexicano, su primera experiencia fuera de su país natal, de la mano del Atlas de Guadalajara, uno de los clubes con mayor tradición.
“Usted es el presupuesto”
Bielsa fue contactado por la directiva del Atlas a mediados de 1992. El entonces presidente del club rojinegro, Fernando Acosta, había realizado una gira por Brasil y Argentina en busca de un técnico “formador de jóvenes” que pudiera compensar la carencia económica de Atlas para competir contra las potencias de la Liga mexicana.
“El que nos llenó el ojo fue Marcelo”, relató Acosta a Infobae México. La negociación fue veloz, “en dos días, en dos reuniones de dos o tres horas cada una, hubo un acuerdo”, añadió el ex presidente atlista, que citó la “meticulosidad” del argentino como la razón principal para que el acuerdo llegara a buen puerto.
“Ya sabía bastante de Atlas, pero quiso saber por qué lo buscábamos”, explicó Acosta, que recuerda que en el departamento de Rosario donde se entrevistó con Bielsa, las paredes estaban llenas “de archiveros, VHS, videos de jugadores y equipos de todo el mundo”.
Tras el acuerdo para que Bielsa asumiera la dirección general deportiva del club, el argentino llegó a México para encabezar un proyecto amplio que no implicaba en un primer momento el de la dirección técnica, sino “toda la institución, todos los clubes deportivos”, de acuerdo con Acosta.
“Bielsa se encargó de organizar las fuerzas básicas, la búsqueda de prospectos. Acordamos que buscara jóvenes de entre 15 y 17 años, para que en poco tiempo pudieran incorporarse al primer equipo”, señaló Acosta.
Sin embargo, y a pesar de que otra leyenda de Newell’s, Mario Zanabria, fue el encargado en un primer momento del equipo profesional, Bielsa tomó posteriormente las riendas del primer equipo.
“Sobre la marcha, por problemas internos del club, asumió las riendas del equipo. Su proyecto era innovador: hasta el día de hoy sigue teniendo repercusión en Atlas y su método se extendió a otros clubes famosos por sus inferiores, como Chivas y Pachuca", explicó Arturo Santillanes, periodista con base en Guadalajara, a Infobae México. “Fue un trabajo de detección muy bueno, recuerdo que Atlas empezó a abrir escuelas y visorías en todo el país”, añadió.
Con Bielsa, Atlas descubrió a jugadores que, con el paso del tiempo, se consagrarían como ídolos en el fútbol mexicano e incluso internacional, nombres conocidos hoy en día por los aficionados de la Liga MX: Rafa Márquez, Pavel Pardo, Jared Borgetti, Oswaldo Sánchez, Juan Pablo Rodríguez, Miguel Zepeda, entre otros.
Acosta recordó que Bielsa le preguntó por el presupuesto que tenía el club para conseguir refuerzos. “No hay. Usted es el presupuesto”, le respondió el presidente del club, que asegura que en ese entonces el argentino llegó a México con uno de los mejores salarios para un técnico del fútbol local.
El método Atlas
Atlas buscó a Bielsa para “regresar a los principios del club”, de acuerdo con Acosta: formar jugadores y encontrar potenciales figuras bajo un sistema diseñado por el técnico. En México, uno de los apodos del club rojinegro es el de la Academia.
“Para localizar jugadores, estableció un sistema de búsqueda como en Newell’s: tres o cuatro grupos de personas elegidas por Bielsa recorrían el país y encontraron a la camada que en 1999 iba a llevar al Atlas a la final de la Liga mexicana”, resaltó Acosta. El legado del estratega argentino no recayó en títulos, sino en una escuela.
“Su legado más importante es la detección de jugadores y sobre todo el diseño de lo que tenía que tener un jugador: la edad, el físico, las actitudes y las aptitudes necesarias”, explicó Acosta. “Fue una labor muy completa de él, dejó muy buenos frutos”, concluyó.
Acosta cuenta una anécdota que retrata a Bielsa. Cuando comenzaba la temporada 1993-1994, el argentino le dijo al entonces presidente del club que, a pesar de haber fichado a Eduardo Berizzo y posteriormente a Ricardo Lunari, no podía comprometerse a clasificar a la Liguilla. “Lo entiendo”, le contestó el directivo.
Cuando culminó la temporada, donde Atlas avanzó a las finales y quedó eliminado en la primera ronda, Bielsa le recordó aquella conversación a Acosta con un reproche. “¿Por qué no me presionó para conseguir la clasificación?”, cuestionó el argentino. “Porque la presión que usted se pone solo me bastaba”, reviró el presidente.
Santillanes, por su parte, resaltó que Bielsa “es un tipo que ha dejado su sello y su estilo como formador y como técnico en todos los equipos por los que pasó, incluido México”. “Ya traía una escuela cuando vino al país y la dejó aquí”, añadió.
Dejó tan buen sabor de boca que, cuando Acosta repitió en la presidencia del club entre 2007 y 2009, intentó repetir aquellos días con el fichaje de Claudio Vivas, quien ha sido un brazo derecho de Bielsa en clubes como el Athletic de Bilbao. Sin embargo, un problema personal le truncó su proyecto a los pocos meses de haber llegado a Guadalajara.
Su salto al América
Tras dos años en Guadalajara, Bielsa pasó a los banquillos del América en 1995, uno de los clubes más populares y ganadores del país, donde tampoco consiguió títulos y de donde salió después de apenas un año, enfrentado legalmente al club, del cual consiguió un finiquito después de que el caso llegara a los juzgados.
En América también promovió a jugadores jóvenes y les brindó oportunidades a quienes consideró valiosos. Entre ellos, Germán Villa, a quien ficharía en su breve paso por los banquillos del Espanyol de Barcelona. Sin embargo, el club, plagado de estrellas, nunca hizo click con los métodos minuciosos y exigentes del rosarino.
“El paso de Bielsa por México fue como un viaje al futuro. Quizá el fútbol sea muy ingrato con lo que logró en México en cuanto a títulos o victorias, pero la huella quedó en el desarrollo de futbolistas”, explicó a Infobae México el periodista Diego Mancera.
“Él, como profesor, pudo aprender y corroborar sus métodos para potenciar a los jóvenes. Su nombre sonó en 2015 cuando la Federación Mexicana de Fútbol buscaba un sustituto para Miguel Herrera. Y el perfil más cercano fue Juan Carlos Osorio, otro estudioso de la táctica fija y del desarrollo de jóvenes”, detalló Mancera, que sigue de cerca el fútbol mexicano.
Tras su experiencia en Norteamérica, Bielsa regresaría a su país para dirigir a Vélez Sársfield, donde consiguió ganar la Liga argentina. Después de su efímera aventura en el club periquito, cumpliría uno de sus grandes sueños: la dirección técnica de la selección argentina. Tras ser eliminado en la primera ronda del Mundial 2002, el argentino se tomó un tiempo y volvió a dirigir en 2007 a la selección chilena.
El coqueteo con la selección mexicana
Desde su paso por el fútbol mexicano, Bielsa ha tenido escarceos con la Federación mexicana de fútbol (Femexfut), que en diferentes ocasiones lo ha considerado para dirigir a la selección mayor e incluso encabezar un proyecto aún más amplio, coordinando todas las divisiones del tricolor, como propuso en su momento la directiva del Pachuca.
“México ha tenido dos oportunidades muy claras para fichar a Bielsa y no lo hizo. Y tuvo una tercera posibilidad (en 2018), pero es difícil de convencer a las personas que en definitiva toman las decisiones dentro del fútbol mexicano, es difícil pensar que teniendo a un hombre como Bielsa, con visión, estructura y un altísimo nivel moral, que potencia todo lo que genera y hace, a nivel de selecciones y clubes, hemos dejado escapar de haber ido por un hombre así”, expresó en su momento Andrés Fassi, vicepresidente de los Tuzos.
En 2017, Bielsa aclaró un rumor que lo relacionó con el conjunto azteca en 2015, justo cuando Bielsa renunció intempestivamente al Olympique de Marsella apenas tras una fecha dirigida en el inicio de la temporada, lo que levantó suspicacias en el mundo futbolístico. El estratega sudamericano negó cualquier acercamiento.
“El presidente de la Federación de México sí me llamó, y se enojó que yo no atendí el llamado”, explicó un par de años después el argentino, cuando ya dirigía al Lille francés. “No le atendí el llamado justamente para que no hubiera la más mínima posibilidad de que alguien pudiera vincular mi salida de Marsella con otra opción de trabajo", añadió.
Fue el colombiano Juan Carlos Osorio quien asumió como técnico del Tri en 2015 y dirigió hasta el Mundial de 2018, donde México volvió a quedarse eliminado por séptima ocasión en los octavos de final del torneo. Después de un periodo de transición, este 2019 asumió un compatriota de Bielsa en los banquillos mexicanos y uno de sus alumnos de la época de Newell’s: Gerardo “Tata” Martino, que tiene contrato hasta el Mundial de Qatar 2022.
“Bielsa fue el mejor técnico que tuve”, señaló Martino a la revista El Gráfico en 2007, cuando daba sus primeros pasos como entrenador de un seleccionado en Paraguay. “Reunía todo: conocimiento táctico, cercanía humana con el jugador y ética profesional”, elogió.
Sin embargo, la reunión de Bielsa y México se pospuso indefinidamente y se ha enfriado en los últimos años. Hoy en día, Bielsa dirige al Leed United, de la segunda división inglesa, a donde llegó en 2018.
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