Pasó una nueva jornada del mejor básquet del mundo. Y como siempre sucede, la NBA ofrece buenos partidos y acciones espectaculares. Pero, para sorpresas de todos, el enfrentamiento entre los Houston Rockets y Los Ángeles Clippers dejó una postal nunca vista en la historia de la competencia.
Este miércoles por la noche, en el Toyota Center, Houston recibió a los Clippers, uno de los candidatos a luchar por el título de la NBA. Como ya sucedió en otras ocasiones, volvieron a verse las caras dos viejos conocidos: Austin Rivers, jugador de los Rockets, se enfrentó a Doc Rivers, su padre y entrenador de la franquicia angelina.
Más allá de la anécdota de que volvieron a cruzarse en un partido de temporada regular, la escena más extraña se produjo en el final del encuentro. Con su equipo abajo en el marcador por ocho puntos (88-96) y cuando restaban 1 minutos y 31 segundos en el tiempo del cuarto definitivo, el mayor de los Rivers le pidió minuto a los jueces, pero al darse cuenta que sólo le quedaba uno disponible, intentó cancelarlo. Los árbitros lo validaron y eso enojar al coach de los Clippers, que empezó a quejarse con la terna.
En ese tumulto, y mientras su padre intentaba explicarle lo sucedido a los árbitros apareció Austin, que empezó a hacer gesto con sus manos de una "T" -el movimiento que utilizan los jugadores de la NBA para reclamar falta técnica- hasta que logró que Doc sea expulsado del juego. Y una vez que logró su cometido, el escolta de Houston empezó a hacer ademanes con sus manos pidiéndole al público que festeje por lo sucedido en la cancha.
Es más, cuando su papá se despidió rumbo a los vestuarios, el basquetbolista volvió a repetir un gesto de despedida con su mano derecha que decía: “Llamame”.
El partido terminó con victoria para los locales: con una gran actuación de James Harden, que anotó 47 puntos -convirtió 7 de 13 tiros de tres puntos que intentó- Houston superó 102-93 a Los Ángeles y consiguió su octava victoria de la temporada. En los Clippers, el mejor fue Kawhi Leonard, que cerró con una planilla de 26 puntos y 12 rebotes en 41 minutos en cancha.
“Lo amo, es mi padre, pero en verdad disfruté el momento”, dijo Austin Rivers en diálogo con la prensa que se acercó al vestuario de los Rockets.
Antes de despedirse, y de hacer bromas con los periodistas sobre si se juntarán a comer para el Día de Acción de Gracias -una reunión familiar tradicional en los Estados Unidos-, el hijo le dejó un consejo a su papá. “Doc, debes mantener la calma”, mencionó entre risas el escolta que terminó el partido con 7 puntos y 4 rebotes.
El que se encargó de aclarar qué fue lo que sucedió con la expulsión de uno de los Rivers fue Tony Brothers, el jefe de la terna arbitral. “Le dimos opción a que se calme y recupere la compostura después de enojarse por haber pedido el tiempo muerto. No lo hizo, entró al campo e impidió que reanudáramos el partido, lo que costó la primera falta técnica. Luego, se mantuvo en la pista por lo que recibió la segunda y fue expulsado”, concluyó el árbitro principal.
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