Los presentes en el Mohegan Sun Arena de Connecticut, Estados Unidos, fueron testigos de un episodio insólito que se produjo en una de las peleas preliminares del Bellator 232 entre Devin Powell y Marcus Surin por la categoría de peso ligero.
Antes de la presentación estelar de Douglas Lima frente a Rory Macdonald, ambos luchadores se subieron a la jaula y fue el de Maine el que se llevó la victoria por sumisión con un movimiento espectacular. Sin embargo, la reacción de su rival fue lo que se llevó las miradas de todos.
Surin, que acababa de ser víctima de un estrangulamiento mediante una guillotina montada, atacó al árbitro después de que sonara la campana que marcaba el final del segundo round.
Devin Powell hacía su presentación en Bellator tras formar parte de la UFC (Ultimate Fight Championship) desde el 2017. El estadounidense se estrenó con una particular victoria después de acabar con su oponente al término del segundo asalto.
The Blueprint, llevó a su rival contra las rejas sin imaginar que sería tomado del cuello en el contraataque. Fue allí cuando Powell se acomodó y pasó sus brazos por alrededor de su cabeza para dominarlo.
Surin no pudo zafarse de la guillotina y su única salvación era que sonara la campana que marcara el final del round. Mientras estaba siendo sometido, sin embargo, le hizo una seña al árbitro Kevin MacDonald asegurando que podía continuar y no se iba a rendir.
Finalmente sonó la campana, pero lo que pasó después fue un síntoma de que Surin acababa de perder la batalla. El luchador de 38 años, completamente desorientado, se liberó de los brazos de Powell y automáticamente intentó derribar al árbitro sin escuchar la chicharra.
Mientras intentaba mantener el equilibrio, MacDonald decretó el final y Powell festejó. “Vi a alguien terminar una pelea así en PFL (Liga de Luchadores Profesionales) y pensé ‘Realmente quiero hacer eso’”, dijo acerca del movimiento que le dio el triunfo.
"Nunca había hecho eso (...) Se sentía súper profundo, así que seguí apretando, estaba tratando de poner mi lat (músculo de la espalda) en él, agregó. “(Cuando sonó el timbre) pensé ‘maldita sea’ y luego fue por el árbitro y me di cuenta de que lo hice, él estaba fuera”, concluyó.
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