Una de las jugadas más inverosímiles del fin de semana tuvo lugar en el estadio Poljud de Split, Croacia. El líder Hajduk derrotaba 1-0 como local al Slaven Belupo con un tanto del brasileño Jairo cuando en el minuto 73 lo que parecía el empate del visitante derivó en el 2-0 definitivo.
El arquero del conjunto de Split, Josip Posavec, quisó salir jugando rápido con un saque con las manos al ras del campo pero el balón le cayó a un adversario que no dudó en rematar aprovechando que había quedado desacomodado. El guardameta corrió hasta su valla y llegó a impedir el 1-1 con una volada extraordinaria, pero movió la red y confundió a todos.
Mientras la mayoría de los jugadores del Slaven Belupo celebraban la igualdad, el árbitro dejó que el juego prosiguiera y el dueño de casa no perdonó de contragolpe.
En escasos segundos, a la vez que dos futbolistas visitantes se abrazaban en la mitad de cancha por la conquista, un tercero le protestaba al juez y el portero Antonio Jezina se había acercado hasta el banco de suplentes desentendiéndose completamente del juego, el Hajduk avanzó con el balón y anotó el segundo tanto a través de Josip Juranovic.
La increíble ilusión óptica por la red del arco moviéndose le jugó una mala pasada al equipo de la ciudad de Koprivnica, que con este resultado se mantiene en el último puesto de la tabla.
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