Esta semana Kirill Tereshin fue noticia por haber debutado en una pelea de artes marciales mixtas (MMA) en su intento por poner aprueba sus enormes y artificiales bíceps que lo habían popularizado en las redes sociales. Su rival fue el experimentado bloguero y luchador Oleg Mongol, veinte años mayor. Ambos se enfrentaron en un gimnasio de Abakan (Jakarasia, Rusia) pero Popeye no pasó del primer round.
Sin embargo, este combate no fue su primera incursión en el deporte. En mayo de este mismo año, el ruso había probado suerte enfrentando al campeón mundial de bofetadas Vasily Kamotsky.
Este granjero se coronó en el marco de el festival de fisicoculturismo Siberian Power Show en marzo de 2019. Allí, el granjero que había llegado al lugar como aficionado, eliminó a todos sus oponentes hasta coronarse como el mejor y ganar los USD 560 que había de premio.
“Popeye” y el “Tyson” de las bofetadas se vieron las caras en mayo y, como era de imaginarse, el campeón ganó el combate. El gigante de casi 160 kilos necesitó de solo un golpe para dejar a Tereshin en el sentado en el suelo y obtener el triunfo.
Tereshin fue noticia también en julio de este año, cuando pidió ayuda a través de un video que publicó en sus redes sociales. “Aquí en Moscú, donde no fui examinado, dicen que no se puede lidiar con esto. Hice una solicitud a Alemania e Israel, dicen que me pueden ayudar allí, pero es muy costoso. Necesito recaudar dinero a través de la televisión. Quiero deshacerme de estos (en referencia a sus brazos) y pedir ayuda. Nadie pudo evitarlo, yo soy el culpable de esto, y sobre el futuro… Dios sabe lo que sucederá después”, comentó.
Para tener esos bíceps, se inyectó Synthol una sustancia compuesta el 85% de aceite, 7,5% de lidocaína y 7,5% del alcohol que prácticamente deforma el cuerpo y pone en riesgo la salud de la persona que la consuma.
Con las bofetadas y las artes marciales mixtas ya descartadas, habrá que esperar para saber cuál será el próximo deporte en el que incursionará “Popeye”.
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