El histórico boxeador Muhammad Ali, que falleció el 3 de junio del 2016, continúa dando de qué hablar. A poco más de tres años de su muerte, fue Rahaman Ali el que reveló una anécdota que vivió junto a su hermano mayor cuando ya estaba en lo más alto del boxeo mundial.
En el libro autobiográfico “Mi hermano, Muhammad Ali”, Rahaman expresó con palabras la fascinación que tenía Cassius Clay por la Familia Real británica y la admiración que le despertaban las figuras del príncipe Carlos y su padre, el duque de Edimburgo, a quienes veía como “caballeros”.
En ese contexto, el menor de los Ali aseguró que su hermano soñaba con protagonizar una pelea en el Palacio de Buckingham y que quería que la Reina lo viera pelear desde la primera fila.
"Mi hermano adoraba absolutamente a sus fanáticos en el Reino Unido (...) Cada vez que arribaba a la ciudad, lo esperaban con los brazos abiertos. Muhammad solía bromear acerca de querer ir al Palacio de Buckingham: ‘El rey necesita estar en el Palacio y yo soy el rey’. Siempre que Muhammad visitaba Inglaterra, siempre pensaba en visitar a la Reina”, relató Rahaman en su autobiografía.
"Él veneraba al monarca británico, a quien había conocido varias veces. De hecho, una vez reveló en privado que le encantaría boxear en el Palacio de Buckingham. “Él dijo ‘¿Te imaginas a Muhammad Ali boxeando en vivo, no en el Madison Square Garden sino en el Palacio de Buckingham?’”, recordó su hermano, al mismo tiempo que reconocía que era algo prácticamente imposible.
“Tener el ringside allí era un sueño para él, pero mi hermano obviamente se dio cuenta de que eso sería prácticamente imposible", consideró.
“Él me dijo: ‘Me gustaría haberla invitado (a la Reina) a la primera fila para que vea una de mis peleas. Toda la familia real’. Sé que en realidad no funciona de esa manera: ni siquiera se consigue que los presidentes estadounidenses se pongan en primera fila normalmente”, concluyó Rahaman.
En el mismo libro, además de hablar acerca de las amenazas que recibieron tanto él como su familia, contó la anécdota de cuando Muhammad arrojó su medalla de oro olímpica de los Juegos de Roma de 1960 al río Ohio.
Tal como comentó Rahaman, de 75 años, su hermano se quedó “disgustado y enojado” después de que le negaron la entrada a un restaurante de su ciudad natal por su color de piel.
“Cuando llegamos al Second Street Bridge, mi hermano arrojó su amada medalla al río.Traté de detenerlo, pero mi hermano dijo ‘No, Rocky, estoy herido. Me han faltado mucho el respeto. Me duele’”.
“Esa fue la última vez que ambos pusimos nuestros ojos en la medalla olímpica. Lo presencié con mis propios ojos”, sentenció.
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