Charles Leclerc ya había dado muestras de dominio en la curva 130R del Circuito de Suzuka cuando en la vuelta 13 pasó a Kimmi Raikkonen, pero lo que realizó sobre el final de la competencia está dando vueltas al mundo y desató un extenso debate. El piloto monegasco de 21 años giró con su mano izquierda sobre el volante y la derecha cruzada por encima de la cabina para sostener el espejo retrovisor del lado zurdo.
¿Valiente o irresponsable? El mundo de la Fórmula 1 ya puso sobre la mesa ese debate, que también incluye otros ítems como la absoluta facilidad de manejo que tienen los monoplazas actuales y que le quitan espectacularidad a la competencia.
"La única pieza que veía dentro del coche era el espejo, por eso trataba de sujetarlo, para evitar que se soltara y golpeara a alguien. No podía ver ninguna parte del coche más. Sabía que tenía daños en el alerón delantero porque lo sentía, pero no pensé que fuera a perder piezas. Gracias a Dios nadie salió herido”, explicó el conductor de Ferrari cuando le consultaron por la sanción que le realizaron por “continuar rodando en condiciones inseguras tras el incidente en la vuelta 1”. A partir de esa situación fue que su espejo quedó maltrecho y lo obligó a llevar a cabo este osado accionar.
Todo estuvo emparentado a que Leclerc se tocó con Max Verstappen en la largada y dejó fuera de competencia al holandés. “Cometí un error. Fui el responsable”, reconoció el ganador del Gran Premio de Bélgica y el de Italia en esta temporada.
La imagen de lo hecho por una de las máximas promesas del automovilismo mundial dio la vuelta al planeta y sembró una serie de discusiones. Martin Brundle, comentarista de las carreras y ex piloto, escribió en sus redes: “Aunque admiro la precisión y la confianza para conducir con una sola mano mientras intenta hacer un bricolaje al mismo tiempo, que la legendaria curva 130R se haya convertido en una recta me entristece”.
El foco está puesto en la temeraria actitud de Charles, pero también en cómo un sector legendario del GP de Japón perdió su mística con los años a raíz de la tecnología que facilita el trabajo de los conductores. “¿Por qué no quitan la dirección asistida si es tan fácil? A esa velocidad, con esos neumáticos y esa fuerza descendente, todavía debería ser un desafío y claramente no lo es”, se preguntó en redes el piloto de IndyCar y ex F-1 (Marussia Team en 2013 y 2014) Max Chilton.
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