Apenas pasaron poco más de tres meses desde que la selección ecuatoriana finalizó una decepcionante Copa América que significó la salida de su director técnico, el colombiano Hernán Gómez, cuando ya resuena el nombre de otro extranjero, pero en este caso más extravagante, el alemán Jürgen Klinsmann, con la idea de cambiar completamente el rumbo y mientras, de manera mucho más terrenal, se apuesta a una renovación del plantel a partir de los éxitos de los juveniles a cargo del argentino Jorge Célico.
“Klinsmann no salió bien de la selección de los Estados Unidos y excluía a los jugadores de doble nacionalidad”, sostuvo días pasados en una entrevista radial Alex Aguinaga, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol ecuatoriano, quien se inclinó por una vía más accesible y a mano: “prefiero a Célico o a Paul Vélez, de gran trabajo en el Macará de nuestro país”.
Algunos creen que lo de Klinsmann es sólo una expresión de deseos porque en principio cobraría tres veces más que lo que la Federación Ecuatoriana le pagaba hasta julio al Bolillo Gómez. Otros dirigentes dan por cerrada la negociación con el alemán y hay unanimidad en que para el amistoso de noviembre ante Colombia, durante la próxima fecha FIFA, ya tiene que estar contratado el DT definitivo con miras al comienzo de la clasificación mundialista para Qatar 2022, que iniciará en marzo para el continente sudamericano.
Klinsmann generó un cambio de mentalidad en el fútbol alemán tras el fracaso en el Mundial de Francia 1998. Cuando poco tiempo más tarde, la Federación Alemana decidió apostar a un fútbol más lírico y estético, y el ex delantero del Inter y Tottenham asumió secundado por Joachim Löw: después de obtener el tercer puesto en el Mundial 2006, luego emigró a los Estados Unidos, donde consiguió clasificarse a octavos de final en Brasil 2014. En la última Copa del Mundo que se jugó en Sudamérica, el conjunto estadounidense logró clasificarse junto a Alemania a la próxima fase, en un grupo que completaban nada menos que Portugal y Ghana. Ya en la ronda de 16, su equipo fue eliminado por Bélgica (2-1).
“Lo que más le duele al hincha es la indisciplina”, sostuvo Aguinaga en esa misma entrevista radial. Y la referencia no fue casualidad, porque tras el último compromiso en la reciente Copa América de Brasil se hizo un escándalo debido a que una cantidad de jugadores aparecieron tomando unas cervezas en el piso 17 del hotel. Pero, más allá de que la Federación no informó nada oficialmente, todo indica que hubo una resolución por la que algunos quedaron relegados y no fueron citados nuevamente para los amistosos siguientes, entre ellos Alexander Domínguez, Arturo Mina, Gabriel Achiller y el ex Manchester United y actual jugador de Liga de Quito, Antonio Valencia.
Si a esto se le suma que un delantero de peso como Felipe Caicedo sostuvo que no volverá al equipo por la mala administración y los malos tratos -el punta de la Lazio italiana mostró un gran resentimiento con la dirigencia ecuatoriana (la anterior y la actual)-, prácticamente quedó como único referente del seleccionado Enner Valencia. Es más, aunque no se lo expresa públicamente, la dirigencia ecuatoriana habla puertas adentro de una etapa de transición que deberá terminar en un mes como máximo para encarar las próximas Eliminatorias en marzo.
Por eso los directivos confiaron en esta corta etapa en el argentino Jorge Célico, de gran trabajo con los juveniles: obtuvo el tercer puesto en el reciente Mundial Sub 20 de Polonia, ganó el título sudamericano de la categoría en Chile y ahora apunta al Preolímpico de Colombia de enero de 2020. Parte de esa base que impulsó el entrenador estará el domingo en Elche ante la selección argentina y ya integró el plantel en los dos amistosos de septiembre que terminaron en un par de triunfos ante Perú (1-0 en Estados Unidos) y ante Bolivia (3-0, como local). Para noviembre, hay fijado un solo compromiso, ante Colombia.
Un analista del fútbol ecuatoriano sostuvo a Infobae que los juveniles como Diego Palacios, Gonzalo Plata, el arquero Johan Padilla, Jackson Porozo, Jhon Espinoza, Mario Pineida, José Cifuentes, Leonardo Campana, Alexander Alvarado o Jhojan Julio, “son jugadores con hambre” y que lo que intenta el presidente de la FEF, Francisco Egas, es “un lavado de cara” en la selección mayor.
También en Ecuador se separa mucho a la selección de los desempeños de algunos clubes como Liga de Quito -llegó a cuartos de final de la Copa Libertadores, donde fue eliminado por Boca- o Independiente del Valle -finalista ante Colón de la Copa Sudamericana-, que, sostienen, tiene una estructura propia que funciona muy diferenciada del resto.
La selección que enfrentará a la Argentina tiene una mezcla de juveniles con jugadores del fútbol local, y otros que militan en el extranjero como Palacios y Jhegson Méndez -de la MLS de los Estados Unidos-, el ex Independiente Fernando Gaibor -hoy en el Al Wasl, de Emiratos Árabes Unidos-, Junior Sornoza -actualmente en Corinthians-, Jackson Porozo -jugador del Santos, de Brasil- o Erick Castillo -milita en el Santos Laguna de México-.
Con un esquema 4-1-4-1, Castillo fue el autor del gol ante Perú, mientras que Michael Estrada, Sornoza y Plata, convirtieron ante Bolivia.
“Cuando uno siente que lo atacan por todos lados, lo único que quiere es mostrar los dientes para que crean que manda, y eso es lo que le pasa a esta dirigencia del fútbol ecuatoriano”, insistió Aguinaga. Sin embargo, todos creen que ante la selección argentina, el equipo ecuatoriano puede cumplir un papel “decoroso”.
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