Un evento de magnitud mundial requiere una de una estructura a gran escala. El Mundial de Superbike es una de máximas categorías del motociclismo y en el Circuito El Villicum de San Juan hay una organización acorde a una cita que recibe competidores de todo el planeta, un evento que se transmite en directo en más de 100 países y donde cada detalle debe estar digitado para que el espectáculo sea garantizado. Infobae pudo recorrer los rincones que funcionan como engranajes para que la maquinaria de este acontecimiento deportivo no tenga fisuras, los recovecos que componen el impactante detrás de escena del Round Argentino del Superbike.
Dentro del Paddock de ‘El Villicum’, donde los aficionados tienen todas las comodidades gastronómicas y la posibilidad de asistir a distintas actividades y shows que forman parte de la experiencia del WorldSBK, hay un sector especial montado por la empresa Dorna. Este centro neurálgico es llamado TV Compound y es un área donde se encuentra toda la estructura audiovisual.
Esta firma que posee los derechos comerciales del MotoGP desde 1992 y que en 2013 sumó a su cartera a a la categoría Superbike, se asegura de que todo el planeta –su señal es replicada por más de 350 broadcasters en más de 100 países de cuatro continentes– pueda recibir en directo la pasión que se vive el fin de semana en el circuito sanjuanino donde también se lleva a cabo el World Supersport (World SSP) y las categorías latinoamericanas GP3 de las Américas y la Superbike Latinoamericana.
Es un trabajo exhaustivo que hacen en conjunto los camarógrafos en pista y los miembros del control con las distintas cámaras estratégicamente ubicadas, quienes tienen que retratar lo que sucede en el trazado de la forma más genuina posible. Un verdadero desafío porque en disciplinas como el fútbol o el baloncesto, por ejemplo, la mayoría de las cámaras van a la pelota. Pero en este caso hay casi 20 pilotos rodando a más de 300 kilómetros por hora. La prueba es monitoreada con extrema atención para que no quede ningún detalle sin mostrar y contar la historia con el mayor grado de autenticidad y emotividad.
Una vez que se cruza el umbral de los boxes para entrar en la pista, la música de ambiente que acompaña a la fiesta de los fanáticos es eclipsada por el rugir de los motores. La organización de la competencia cuida cada detalle y está pendiente de la seguridad de mecánicos y otros personajes, que si bien son ajenos a las carreras, circulan por esa zona porque forman parte del montaje.
Hay aficionados que durante el sábado pudieron experimentar la sensación de recorrer los 4,2 kilómetros de El Villacum a bordo del Safety Car, el coche encargado de neutralizar las carreras para agrupar a los participantes ante un incidente grave o por causas meteorológicas. En este caso se desliga de su función natural para ser el vehículo de una experiencia sorteada por la organización y que permitió a varios fanáticos subirse a bordo del Hyundai i30 Fastback N para transitar el trazado a máximas velocidades.
Tras tomar las medidas de seguridad necesarias, colocándose un casco reglamentario y abrochándose los cinturones de seguridad, cada aficionado pudo experimentar de primera mano lo que significa recorrer un circuito de talla mundial a velocidades similares a las que luego lo hicieron Álvaro Bautista, Jonathan Rea y Toprak Razgatlıoğlu, quienes conformaron el podio al término en la primera carrera del fin de semana. Aunque antes de iniciarse la competencia, también hubo tiempo para que varios seguidores del motociclismo que llegaron a San Juan puedan caminar por el Pit Lane para ver de cerca el trabajo en boxes. Mientras los mecánicos ponían a punto cada máquina, hubo quienes visualizaron de cerca el procedimiento como si fueran inspectores.
Este detrás de escena culmina justamente donde la magia sucede. La pista es el sector donde se genera el hechizo entre el público y los pilotos, que desde el primer instante en que se instalan en la grilla de salida hacen crecer la tensión en el ambiente. Cada uno ocupa su puesto. Sus colaboradores los escoltan, les hacen repasar los últimos conceptos. Los mecánicos dan el último vistazo. Ellos posan sobre sus motos mientras se concentran en lo que será la competencia.
Lo que siguió fue un cocktail con adelantamientos, derrapes, diferentes trazadas y situaciones de riesgo con Bautista, Rea, Razgatlıoğlu y Van der Mark como protagonistas. El piloto español mantuvo su ritmo constante en una pista resbaladiza y poco a poco fue sacando más diferencia sobre el campeón británico. Desde el borde de la pista ve claramente a todas las máquinas desplegar su potencial y el rugir de los motores es ensordecedor. Es la única ubicación que permite percibir la verdadera velocidad a la que compiten, se hace casi imperceptible para el ojo humano vislumbrar al competidor que pasa por delante.
A falta de 10 vueltas, Bautista ya encaminó su superioridad sobre Rea y logró su decimosexta victoria en el Mundial de Superbike, siendo su primera vez en la Argentina. El ídolo local ‘Tati’ Mercado completó la carrera en la novena posición, mejorando el panorama de una jornada en la que tuvo varios inconvenientes, sumados que no había participado de la clasificación por inconvenientes en su moto.
La acción todavía no termina y ‘El Villicum’ volverá a vibrar este domingo al ritmo de un Mundial de Superbike que se posiciona cada vez más como el evento ideal para el fanático del motociclismo. Incluso, desde las 7:30 a las 15:00 todavía pueden conseguirse accesos en el Centro de Acreditaciones de Albardón. La atmósfera en el Paddock es festiva, al igual que para el público que asiste a las gradas. La anteúltima jornada del WorldSBK todavía tiene muchos secretos por contar.
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