La histórica goleada a manos del Cruz Azul tuvo sus consecuencias en el banquillo del América. Los cementeros golearon a las Águilas en la jornada 13 del torneo Apertura 2019, y los ánimos caldearon hasta el técnico Miguel Herrera, quien no pudo evitar utilizar la palabra ‘pu...’ para referirse al árbitro Marco Antonio Ortiz Nava.
La ofensa ocurrió al mismo tiempo que la Federación Mexicana de Futbol intentar erradicar los gritos discriminatorios en el futbol mexicano. La Comisión Disciplinaria podría multarlo hasta por 6 partidos, algo que nunca le había ocurrido en su trayectoria como entrenador.
En el “clásico joven”, celebrado la tarde-noche del sábado, el ‘Piojo’ Herrera salió expulsado del partido al minuto 82′.
Cuando caminaba por el túnel hacia la salida del estadio Azteca y los medios de comunicación le solicitaron una opinión sobre el 5-2 en contra, Herrera respondió que mejor le preguntaran al “pu... que viene atrás"; la persona que señaló era el silbante Marco Antonio Ortiz.
Según el reglamento, en su apartado ‘racismo y discriminación’, el estratega recibiría por lo menos cinco juegos de castigo por la ofensa al silbante que estuvo al cargo del encuentro de la fecha 13 del Apertura 2019, en la cancha del sábado, más uno por ser expulsado. Además, la Comisión Disciplinaria puede prohibirle la entrada al inmueble y e imponerle una multa económica.
En su trayectoria como entrenador, Herrera se ha ganado 34 expulsiones (dos de ellas en la Copa MX) desde que debutó en la Primera División en el Verano 2002, al mando del Atlante.
"No es justificación de lo sucedido después del partido. Fue mi frustración, me parece que me manejé de muy mala forma y quiero ofrecer una sincera disculpa a Marco Antonio Ortiz, el árbitro del partido, porque lo ofendí", explicó el técnico mundialista en un video publicado en redes sociales.
“No son los valores que representa mi forma de ser, mi familia y el club que represento, el América”, concluyó.
La razón por la que México podría quedar fuera de Qatar 2022
El grito homofóbico apareció en canchas mexicanas a principios de la década del 2000, pero se popularizó en el Preolímpico de 2004, cuando la Selección Mexicana buscaba el boleto a los Juegos Olímpicos de Atenas.
Desde entonces la Femexfut ha hecho diversos esfuerzos por desaparecerlo, pero no ha tenido mucho éxito.
Es así que la Federación en conjunto con la Liga MX tomaron la decisión de empezar a castigar a los clubes a partir de la Jornada 15 del Apertura 2019 con partidos a puerta cerrada en caso que su afición realice el incómodo grito.
“En el caso del proceso clasificatorio al Mundial de Qatar, los partidos empiezan a partir del segundo semestre de 2020, por lo que si no tenemos resuelto este problema, previo a los partidos eliminatorios de la Copa del Mundo de Qatar 2022, pondríamos en riesgo el ser castigados con la pérdida de puntos”, apuntó Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
Los aficionados mexicanos que usan el grito aseguran que es parte de una porra sin afán discriminatorio; que “puto”, usualmente un insulto a hombres homosexuales en México, se usa en este contexto como “cobarde” o “inepto”.
México por mucho tiempo ignoró el grito, pero en años recientes ha intentado erradicarlo. Chicharito también participó en una campaña pública para que se dejara de usar en 2016. Se han creado etiquetas en redes para crear conciencia sobre lo ofensivo del término. La federación también emitió “reglas de civilidad” en las que dice explícitamente: “Te pedimos que No grites ‘PUTO’ durante los encuentros”.
Sin embargo, sigue siendo uno de los cánticos comunes en partidos mexicanos: “¡Eeeeeeeeeeh…” cada vez que un portero rival está por sacar y “… puto!” en cuanto golpea el balón