Sucedió a los 26 minutos del primer tiempo en la victoria de Livingston 2-0 ante Celtic, por la Liga de Escocia. Ryan Christie, futbolista de del conjunto verdiblanco, fue a disputar un balón con exceso de vehemencia ante Scott Robinson, integrante del equipo ganador. Y, al hacerlo, derrapó e impactó con la suela de los botines en la pierna de su adversario, provocándole un profundo dolor y dejándolo tendido en el césped durante varios minutos.
Inmediatamente, ante la consecuencia de su golpe, el mediocampista, de 24 años, se acercó al árbitro y aceptó mansamente la tarjeta roja y ofreció inmediatas disculpas. La patada fue criticada por los especialistas en Escocia. “No es un jugador agresivo, pero se trató de un golpe serio. Puso en peligro la salud de su oponente. Fue una patada impactante, horrenda”, describió Andy Walker, gloria del fútbol escocés.
Robinson, autor del primer gol del encuentro, continuó en el campo de juego y recién fue reemplazado en la segunda parte, a 14 minutos del final, por Tevi Steve Lawson. En Escocia especulan con que Christie será sancionado con una fecha de suspensión. Sin embargo, el peor castigo por su golpe llegó en el mundo virtual. Porque los fanáticos del Celtic comenzaron a insultarlo y amenazarlo en su cuenta de Twitter por la fatídica jugada, pero sobre todo por dejar a su equipo con diez hombres en el amanecer del encuentro, abriéndole la puerta a la derrota. Es más, el tropiezo de los Verdiblancos permitió que Rangers le arrebatara el primer lugar en la cima de la tabla de posiciones.
“Tonto, tonto, Christie”, escribió un aficionado. “Estúpido”, agregó otro. Algunos hablaron de “patada brutal”, pero no intencional. El clima que se generó en torno a su cuenta en redes sociales lo llevó a tomar una decisión drástica: la dio de baja.
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