"La droga te arruina, te deja sin vida. La droga te saca la familia, te saca amigos, te saca plata. De a poco te va sacando todo. Atravesé momentos duros, pero ahora quiero jugar al fútbol y ser feliz".
Esas palabras le pertenecen a Brian Fernández, quien irrumpió como una joven promesa del fútbol argentino en Defensa y Justicia y rápidamente desembarcó en Racing. Su prometedor andar y sus goles lo convirtieron en tapa de los diarios y de los principales medios deportivos del país, pero su carrera tuvo un drástico e inesperado giro. A los 21 años, en mayo de 2015, dio positivo en dos controles antidoping (River, por el torneo local, y Guaraní, en la Copa Libertadores).
El santafesino quedó sumergido en "las tentaciones de la noche" y quedó a punto de perderlo todo; pero se levantó y resurgió como una especie de Ave Fénix. En diálogo con Infobae desde Estados Unidos, donde hoy brilla con la camiseta de los Portland Timbers de la MLS, el futbolista argentino habló sobre su cambio de vida radical.
Con la intención de alejarse de esas tentaciones, reinventarse y conseguir un futuro mejor para sus hijos, Brian entendió que lo mejor era emigrar. Primero se fue al Metz de Francia, donde no pudo adaptarse. Pero en Unión La Calera de Chile comenzó su carrera ascendente, la cual no se detuvo y hoy lo ubica como el segundo delantero argentino con más goles en lo que va del 2019 (a solo dos del candidato a Balón de Oro Lionel Messi).
Brian Fernández es uno de los máximos goleadores en lo que va del 2019
"La verdad, no me imaginaba este presente, no te voy a mentir. No tenía en la cabeza hacer los goles que vengo haciendo", con una sinceridad brutal, Fernández inició esta conversación telefónica. Pero rápidamente aclaró que el cambio que hizo dentro de su cabeza fue clave para vivir lo que actualmente le sucede en territorio estadounidense. "Tenía ganas de salir adelante, de ser alguien, de jugar al fútbol, de divertirme… Hoy me tomo todo con calma. Creo que mi predisposición fue buenísima, porque si no lo hacía yo, no lo hacía nadie. Todo está en uno, el querer cambiar o no", esbozó.
En Chile marcó 11 goles en 12 partidos, lo que le valió recalar en el Necaxa, donde se despachó con 18 goles en 32 presentaciones. En Estados Unidos, lejos de mermar su nivel a raíz de la barrera idiomática, lo prolongó: 14 conquistas en 18 encuentros.
"Estaba pasando un mal momento en Argentina, era un momento de mi vida muy malo. Me hacía mal a mí y a mi familia, a toda la gente me me quería. Me fui para no dañar más a nadie. Tenía que irme del país, era la única opción", relató el atacante.
Él sostiene que a su alrededor tenía mucha gente que le extendía una mano para ayudarlo, pero nunca los escuchó. "Me daba lo mismo", lamentó.
Durante la charla, mientras rememora ese duro pasado, expresa que "una nueva vida" apareció tras la rehabilitación que hizo en México. Brian recalcó en varias oportunidades que la única solución era marcharse lo más lejos posible. "Me fui en el momento justo, sinceramente. Fue una decisión difícil, porque tuve que dejar a mi hija. Hice una rehabilitación en Tijuana… Hice un montón de cosas que me dolieron, pero si no era así no estaríamos charlando ahora", afirmó.
"Ahora hago cosas que antes no hacía. Disfruto, viajo… Aprovecho mis ratos libres. Antes me iba a algún barrio con algunos amigos y tomaba una cerveza, iba a los bailes, sin importarme si me sacaban una foto. No era lo que me favorecía para mi trabajo, esas cosas no iban", rememoró.
Fernández hizo un click, un cambio de vida rotundo. "Ahora no salgo, no voy ni a las esquinas. Cuando tengo la posibilidad, me tomo un avión y me voy a conocer ciudades de Estados Unidos. Es algo que está buenísimo, es lo mejor que hay. Gracias a Dios puedo hacerlo, soy un agradecido". Durante esas escapadas turísticas lo acompañan su actual pareja, Araceli Fessia, y su hijo Milan.
También encontró como otra vía de escape la unión que reina dentro del plantel de los Portland Timbers, donde están sus compatriotas Diego Valeri, Sebastián Blanco y Tomás Conechny. "Trato de estar con ellos, juntarme en los cumpleaños. Si comparto una comida o una bebida, lo hago con ellos", comentó.
No obstante, el santafesino, que se trazó como objetivo para esta torneo llegar a los 18 goles (está a 4 de alcanzar su meta -10 por el torneo local y 4 por Copa-), siente tristeza por llevar más de un año y medio sin poder ver a su hija Delfina. "Hablo todos los días con ella por videollamada, pero no es lo mismo", comentó con dolor. "Es muy difícil, es lo único que me desespera, pero tengo que entender que lo que estoy haciendo es para que el día de mañana a ella no le falte nada. Darle todo lo que necesita, lo que yo no pude tener en mi infancia", agregó.
Pese a sus grandes actuaciones en Chile, México y Estados Unidos, Brian Fernández considera que en su país no le perdonan su pasado. "Arrepentirme de lo que hice no tiene sentido. Las cosas ya están hechas. Pero en Argentina me crucificaron muchísimo. Algunos no entienden cuando pasan estas cosas porque nunca las vivieron y se les hace muy fácil juzgar", arremetió.
"Hay mucha gente mala, son gente que no tiene nada para hacer más que decir cosas que no van, o barbaridades. Esas personas no piensan que uno tiene una familia, hijos. Antes de dar un consejo, aliento o ayudar, tratan de herir", recalcó.
SU VIDA EN PORTLAND TIMBERS Y SU ANÉCDOTA CON ZLATAN IBRAHIMOVIC:
El conjunto de Oregon es el actual subcampeón de la MLS, pero su inicio esta temporada llenó de interrogantes a todos los aficionados. Sin embargo, la directiva se movió con rapidez para conseguir la pieza que le faltaba para pujar por regresar a los primeros planos en Estados Unidos.
El jugador a incorporar era Brian Fernández, algo que el director técnico venezolano Giovanni Savarese tuvo muy en claro. "El entrenador me llamó y me dijo que necesitaba a un futbolista de mi estilo. Me comentó que el equipo no estaba funcionando y que mi manera de jugar los podía ayudar. Que él me llame influyó en mi decisión. Insistió por mí. Eso fue importante", develó.
Pese al duro golpe que fue quedar eliminado en semifinales de la US Open Cup a manos de Minnesota United, el delantero tiene en claro cuál es la nueva meta del plantel: "Queremos clasificar a los playoffs y terminar lo más arriba posible". Los Leñadores, con 37 puntos en 26 presentaciones, aparecen en el octavo puesto de la Conferencia Oeste, a uno de ingresar a la zona de clasificación a la siguiente ronda.
Aunque reconoce que en un futuro le gustaría volver a Argentina para defender la camiseta de Racing, donde le quedó "una asignatura pendiente", o en Colón, club del que es hincha, sostiene que su deseo es continuar en la "ciudad de los árboles", como el propio protagonista la define. "Mi idea es estar muchos años en este equipo, estoy muy cómodo. Aquí es muy tranquilo, nadie me molesta. Salís a comer y te brindan todo", comentó con felicidad.
La presencia de varios latinoamericanos ayudó a su rápida adaptación, pero una de las claves fue el apoyo que le brindó el capitán Diego Valeri, con quien comparte habitación en las concentraciones. "Me llevo muy bien, vamos a todos lados juntos. Le vivo haciendo bromas. Hablamos de la vida y de su experiencia. Es bueno aprender de él, o de los otros grandes jugadores que tenemos".
Además de destacar el nivel que adquirió el torneo en el último tiempo con el arribo de grandes figuras como Wayne Rooney, Carlos Vela, Nanni, Josef Martínez, el Pity Martínez, Bradley Wright Phillips, Bojan, Bastian Schweinsteiger y Nicolás Lodeiro, entre otros, sostiene que "nunca me hubiese imaginado jugar contra Zlatan Ibrahimovic", con quien tuvo un encontronazo.
La foto del sueco señalándolo en la mitad del campo rápidamente se convirtió en viral, ¿pero qué fue lo que sucedió?
"En una jugada yo no quise tirarla afuera y se me acercó. Me preguntó por qué no quise. Y como fue casi la misma jugada que después terminó en un gol se molestó. Me dijo que no hagamos eso, que no era justo", confesó. No obstante, rápidamente aclaró: "Igualmente terminó todo bien. Me saludó y me dijo cosas buenas después del partido".
Pese a tenerle admiración, el marco de una goleada de su equipo por 4 a 0 por sobre Los Ángeles Galaxy de Guillermo Barros Schelotto no lo ayudó a intentar quedarse con la remera del ex Barcelona, Juventus, Inter, PSG y Manchester United. "No quise cambiar la camiseta porque no sé si era el momento. Yo me moría por pedírsela".
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