A poco más de 1,000 kilómetros de la capital mexicana, Mazatlán es una ciudad enclavada en la costa del Pacífico, en el estado de Sinaloa. Una localidad con predilección por el béisbol en la que se construye un estadio de fútbol de 460 millones de pesos pese a no tener un equipo de Primera División.
Mazatlán no es una plaza de la Liga MX, de hecho, ni siquiera cuenta con un equipo del Ascenso MX -la segunda división del fútbol de México-. Aún así, ahí se edifica un estadio que será aún más grande que el Teodoro Mariscal, casa de los Venados de la Liga Mexicana del Pacífico de béisbol.
A solo 7 kilómetros de ese parque beisbolero este naciente estadio se convertirá en el más grande del puerto mazatleco, gracias a que el Gobierno del Estado de Sinaloa comenzó su edificación desde hace un par de años.
De acuerdo con una investigación del portal deportivo Mediotiempo, este inmueble tendrá un costo de 460 millones de pesos, una inversión que sobresale debido a la ausencia de un equipo de fútbol y que se suma a los 100 millones de pesos que gastó el mismo gobierno para remodelar el mencionado estadio de béisbol.
En junio del 2017, la administración encabezada por el gobernador priista Quirino Ordaz Coppel lanzó la licitación pública estatal número SOP-C-LP-EF-115-2017 para la construcción del estadio futbolero, la cual ganó la empresa Meprosa Construcciones, en conjunto con DUNN Arquitectura Ligera, compañía con experiencia en otros estadios como el Akron de Chivas, el Cuauhtémoc de Puebla y el Alfredo Harp Helú de los Diablos Rojos del México de béisbol.
La edificación comenzó con la confianza de que una vez concluida, algún equipo de la Liga MX o el Ascenso MX se interese en mudarse para el verano del 2020, como lo afirmó el gobernador el pasado 23 de marzo.
"Por supuesto que habrá un equipo de fútbol en Mazatlán, incluso déjenme comentar, hay equipos de Primera División interesados, pero el tema es el costo, que le entren empresarios, inversionistas. La bronca ahí es la 'lana', y tiene que ser empresario, y eso generaría una enorme difusión para Sinaloa", explicó.
De acuerdo con una publicación del medio local Ríodoce, en Sinaloa, la Auditoría Superior del Estado (ASE) realizó 4,084 recomendaciones y acciones, de las cuales 2.982 derivaron en promoción de responsabilidades administrativas y 696 en observaciones.
Esto, debido a la omisión de documentación comprobatoria en gastos, retenciones no entregadas, así como la inadecuada supervisión de la obra pública pagada por trabajos no ejecutados, o en exceso y mala calidad, presentes en la mayoría de las cuentas públicas auditadas en 2017 por el gobierno estatal, justo el año en que comenzó a edificarse el estadio.
En la remodelación del estadio de beisbol Teodoro Mariscal se invirtieron 100 millones de pesos, pero no se integró el expediente completo, al omitirse la bitácora de la obra, del suministro de materiales, programa de contratación de mano de obra, maquinaria, el análisis de los costos básicos unitarios del presupuesto, base, entre otros. La omisión fue subsanada en el transcurso de la auditoría.
En el mismo estadio se pagaron 273,000 pesos por trabajos que no se realizaron, consistentes en cancelería de aluminio y lockers en las instalaciones de la casa club que ocupan los equipos visitantes y locales.
El mismo portal Ríodoce, publicó que el gobierno del Estado y el ayuntamiento de Mazatlán habían destinado más de la mitad de los recursos públicos ejercidos en el municipio para embellecer el malecón, construir el estadio de futbol y remodelar el de beisbol hasta el año pasado.
De acuerdo a declaraciones del pasado 1 de febrero, José Vázquez Ávila, Presidente de la Liga Premier -así nombrada en México la tercera división- el estadio que se construye cerca de la localidad de Nuevo Cajeme fue pensado para el cambio de plaza del club Pacific FC, el cual hasta principios de este año se mudó de los Mochis a Mazatlán, teniendo como sede provisional el Teodoro Mariscal.
Según Mediotiempo, la obra, que según la convocatoria de la licitación contemplaba 427 días para su ejecución, sufrirá un retraso de 20 meses, por lo que se espera quede lista para mayo del 2020.
Pero las obras injustificadas en estadios de fútbol no es algo nuevo en México, tan solo en noviembre del 2015, el gobierno del estado de Puebla reinauguró el Cuauhtémoc tras una obra de remodelación que costó al erario público 700 millones de pesos.
Con un aumento en el aforo de más de 9.000 localidades, a pesar de que difícilmente el inmueble luce lleno.
El Estadio Olímpico de Tapachula fue remodelado en 2017 gracias a 20 millones de pesos que inyectó el gobierno del estado de Chiapas, pero luego de tres años, vio mudarse al equipo Cafetaleros al Estadio Víctor Manuel Reyna en Tuxtla Gutiérrez.
En abril del 2018, ante Leones Negros, Cafetaleros consiguió subir deportivamente, pero al no contar con la certificación, les fue negado el lugar en la Liga MX, situación que un año después orilló a la directiva cafetalera a mudarse a la que fuera casa de los extintos Jaguares.