Se trata de un tema tabú, muy poco abordado en el deporte. Sin embargo, la consagración de Estados Unidos en el Mundial de Fútbol Femenino de Francia 2019 dio el pie para sacarlo a la luz: las jugadoras del plantel son parte de un programa que estudia la influencia de la menstruación en su desempeño y las profesionales del cuerpo médico desarrollan estrategias para minimizar los impactos y potenciar las capacidades de cada una.
La inglesa Dawn Scott es parte del cuerpo de trabajo de la selección estadounidense desde el año 2010 y se especializa en la parte física. Ella fue quien notó que la menstruación de las jugadoras, en relación a la influencia en el rendimiento deportivo, la salud y el riesgo de lesiones, era una cuestión invisibilizada.
En 2016 empezó a monitorear los ciclos de cada una de las futbolistas del equipo y en 2018 decidió intensificar el estudio convocando a la doctora Georgie Bruinvels, quien ya venía trabajando sobre cómo optimizar el desempeño de las atletas mujeres. "Históricamente, las jugadoras no hablaban de su período con entrenadores y otros miembros del staff", dijo Bruinvels en una entrevista concedida al diario británico The Telegraph.
El estudio que emprendieron las especialistas tiene por objetivo minimizar el impacto de los síntomas que tienen las jugadoras en las diferentes etapas de sus respectivos ciclos menstruales. Sus registros dejaron en claro que en las fases pre menstruales y propiamente durante el período es el momento más desfavorable para la práctica deportiva debido a la caída hormonal que se produce en ese momento.
Sin embargo, Scott y Bruinvels desarrollaron una estrategia para disminuir la influencia negativa de esta cuestión biológica. Este plan incluye cambios en la dieta, en los hábitos del sueño, en los estilos de vida y en las cargas de entrenamiento de cada jugadora. "No hay evidencia de que alguien no pueda rendir al máximo en cualquier momento del ciclo si se es proactiva en cada paso", sostuvo la médica en declaraciones al medio británico. Incluso, comentó que Rose Lavelle, una de las figuras de la final y autora del segundo gol de EEUU, estaba en ese día su fase pre-menstrual y su período comenzó un día después.
"La educación es la clave", repiten las desarrolladoras del programa, que buscan generar un cambio de conciencia, sobre todo, entre los entrenadores varones. Tampoco quieren que se convierta en una cuestión solemne: durante el Mundial, las jugadoras de Estados Unidos bromeaban entre ellas respecto de sus períodos o de las fases en las que estaba cada una en ese momento y lo que eso les causaba.
Aunque no fue determinante, Scott y Bruinvels creen que el programa que monitorea los ciclos menstruales de las futbolistas fue un factor que tuvo un peso significativo en la consagración de las dirigidas por Jill Ellis en Francia 2019.
"Queremos terminar con el tabú alrededor de este tema, tanto en el nivel profesional como entre las jóvenes. Ellas tienen que sentirse cómodas hablando de estos con sus entrenadores", planteó Scott, que busca que cada vez más equipos apliquen programas de este tipo.
SEGUÍ LEYENDO: