Luego de ausentarse hace un año del Mundial de Rusia 2018, Estados Unidos dio una sacudida a su fútbol. La US Soccer asignó a Gregg Berhalter como nuevo entrenador y pese a que su proceso apenas inició, la presencia de una figura como Christian Pulisic, recién contratado por el Chelsea, amenaza las aspiraciones de México en la final de la Copa Oro 2019.
La decimoquinta edición del torneo organizado por la Concacaf ya tiene a sus finalistas tras la victoria que consiguió la selección de Estados Unidos por 3-1 frente a Jamaica en la revancha del partido por el título que jugaron en el 2017 ambos equipos, con triunfo también por 2-1 de las Barras y las Estrellas.
"Lo más importante es la satisfacción de ver cómo hicimos un gran fútbol durante los primeros 20 minutos de juego hasta que nos tocó irnos al vestuario por el aplazamiento del partido", comentó la joya del USA Team, Christian Pulisic, al término del partido ante Jamaica.
Los dos finalistas son nada menos que Estados Unidos y México -que el martes también ganó por 1-0 en la prórroga a la selección de Haití– las dos grandes potencias a nivel de selecciones en la Concacaf.
Estados Unidos y México jugarán su sexta final en la historia del torneo, con marca de 4-1 favorable al Tri, incluidos los dos últimos enfrentamientos en esta instancia que se dieron en las ediciones del 2009 y 2011.
Ahora, ocho años después, "El Clásico de la Concacaf" que todos deseaban -especialmente los directivos de la Confederación, quienes montan cada dos años un torneo con demasiados viajes y muchas sedes en las que se juegan partidos de grupos de muy pobre nivel- volvió a ser toda una realidad.
"Creo que se trata de una rivalidad deportiva grandiosa en la que todo puede pasar, pero estoy convencido que buscaremos de nuevo hacer nuestro mejor fútbol y luchar desde el inicio por el triunfo", destacó Pulisic.
Ninguno en su mejor nivel
Los organizadores preparan el torneo -que comenzó el pasado 15 de junio y finalizará el domingo, en el Soldier Field de Chicago– para que Estados Unidos, como país anfitrión principal, y México no se puedan encontrar a menos que sea en la final "deseada", donde definirán qué país está al frente del fútbol de la región.
Además, en la edición de este año, por primera vez hubo 16 equipos, lo que ha hecho que el nivel futbolístico haya sido todavía inferior al de las anteriores versiones de este torneo, que solo ha tenido en 2002 un campeón distinto a EEUU y México, cuando Canadá gestó la sorpresa.
Pero, así como el resto de los equipos, tampoco Estados Unidos y México han mostrado un buen nivel, aunque sí el suficiente para mantenerse superiores a sus rivales y hacer lo justo para llegar invictos a la gran final.
Estados Unidos frente a Curazao -la revelación del torneo- apenas pudo ganar por 1-0 en partido disputado en el Lincoln Financial Field, de Filadelfia, mientras que frente a Jamaica tampoco lució tan demoledor como años antes, cuando era un equipo vertical y letal.
El Team USA, que defiende el título de campeón, tratará de revalidarlo y de esa manera empatar con México el número de trofeos ganados en el torneo más importante de selecciones en la zona, con seis en su poder.
Para lograrlo, Berhalter intentará mejorar la fórmula que ha implementado durante este certamen, donde ha alternado diversos esquemas, siempre partiendo del 4-3-3, donde el tridente en medio campo con Pulisic, McKennie y Bradley es su principal fortaleza.
Bradley, acostumbrado a jugar como un 5 fijo, se muestra cómodo sin un acompañante en la recuperación de la pelota, por lo que su labor defensiva es primordial para dar proyección a McKennie y al ex jugador del Borussia Dortmund.
Con solo cinco jugadores provenientes del extranjero, US Soccer apostó por una base de futbolistas de su liga local, la MLS, cuyo exponencial crecimiento se ha apoyado en una fuerte inversión y en contratar a grandes figuras del fútbol europeo, en su mayoría en el ocaso de sus carreras, pero con lo suficiente para trascender y ayudar a desarrollar a jóvenes promesas del país norteamericano.
Pulisic, la esperanza de EUU
Pero con tan solo 20 años de edad, Pulisic es la pieza angular del proyecto de Berhalter. El mediocampista fue recién fichado por el Chelsea a cambio de 60 millones de euros abonados a las arcas del Borussia Dortmund.
Por los pies de Pulisic pasarán buena parte de las aspiraciones del Team USA en esta final de Copa Oro ante México. El nacido en Hershey, Pennsylvania, es líder de asistencias del torneo con tres de ellas, además de ser el máximo anotador del equipo estadounidense con tres anotaciones, las mismas que el centrodelantero de su equipo, Gyasi Zardes.
Al mediocampista de origen croata se le recriminaba falta de personalidad con su selección y justo explotó ese el liderazgo que se le pedía en los momentos más importantes de esta Copa Oro.
En el choque de cuartos de final ante la sorpresiva selección de Curazao, Pulisic hizo la jugada que desequilibró el partido enganchando rivales por una banda y sacando un centro medido para que Weston McKennie anotara el único tanto del compromiso para sentenciar el trabado desarrollo del juego.
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Mientras que ante Jamaica marcó dos goles, un tiro libre al poste y una jugada digna de ver cientos de veces por la banda sirvieron para que se gestara la final soñada ante México.
"Era el gran objetivo cuando llegamos al torneo, el defender nuestro título de campeones. Sabíamos que el partido ante Jamaica nos tenía que servir de referencia sobre el verdadero nivel futbolístico que podríamos ofrecer de cara a la final", valoró Pulisic. "El inicio del encuentro fue excepcional".
México, a evitar primera crisis con Martino
La selección mexicana, en su nuevo proyecto bajo la dirección de Gerardo "Tata" Martino, buscará ante el Team USA recuperar la dinastía dentro de la Concacaf y evitar tener la primera crisis grave con el argentino al mando, toda vez que el único resultado que sirve es el de ser campeón.
"Es un buen equipo, ya hemos empezado la preparación, viendo sus partidos los últimos días. Tienen buenos jugadores, son un gran equipo y presionan bastante. Dicho eso, también son vulnerables y esperamos hacerles daño", dijo el entrenador estadounidense, quien fue parte del histórico triunfo en el Mundial de Corea-Japón 2002 ante el Tri como futbolista.
México ya fue campeón frente a Estados Unidos en este certamen en las ediciones 1993 (4-0), 1998 (1-0), 2009 (5-0) y 2011 (4-2), y lo perdió también frente a las Barras y las Estrellas en el 2007 (1-2).
Lo que significa que por estadísticas, el próximo domingo, México será el favorito a consolidar su hegemonía dentro de la Concacaf, algo que solo se lo podrá impedir el equipo de Estados Unidos, que también busca el mismo premio.
"Tenemos que jugar bien defensivamente, controlar el centro del campo, donde México es muy peligroso, te pueden superar tus espaldas en cualquier momento, de ahí que tenemos que ser todo lo rápidos que podamos si queremos llevarnos un resultado positivo", mencionó Cristian Roldán, jugador del Seattle Sounders de la liga de fútbol estadounidense.
Tras la victoria de la selección estadounidense del miércoles por la noche ante Jamaica, se cumplió la petición de Rodolfo Pizarro, atacante mexicano que no ocultó sus ganas por enfrentar en el partido por el título a EEUU y no a Jamaica, con el argumento de que sería un partido mucho más atractivo y menos cerrado contra el vecino del Norte de México.
"Creo que me gustaría jugar contra Estados Unidos, sería un mejor partido. No sé, siento que Jamaica es más de estar encerrado atrás, igual que todos los equipos centroamericanos", dijo el jugador de Rayados del Monterrey tras la victoria sobre Haití el martes pasado.
El balance de victorias en partidos entre selecciones mayores de estos dos países, desde el primero disputado en 1934, siempre se ha mantenido inclinado hacia México, pero desde la primera década del 2000 la selección estadounidense ha recortado distancias. Es así que el historial de un total de 68 enfrentamientos muestra 34 triunfos para México, 19 para Estados Unidos y 15 empates.
En plena reconstrucción tras no poder asistir al pasado Mundial de 2018, Estados Unidos intentará dar un nuevo rumbo a su fútbol, y qué mejor que comenzarlo dejando a su odiado rival sin título de Copa Oro y lejos de la Copa Confederaciones por primera vez desde 2009.