La relación entre el Atlético de Madrid y los futbolistas mexicanos ha sido sobre todo benéfica para ambos, y este miércoles se extendió el vínculo entre ambos con el anuncio del fichaje del mediocampista Héctor Herrera con el club "colchonero".
Sin embargo, algunas experiencias también han tenido sus momentos negativos. Pero el club rojiblanco confía en que el ex Porto, a quien consideraron un elemento consagrado, pueda demostrar el liderazgo que lo hicieron uno de los referentes del vestuario y de la afición del equipo lusitano.
Hugo Sánchez
El primer mexicano que llegó al equipo del Manzanares fue Hugo Sánchez Márquez. El delantero había brillado en Pumas de la Liga mexicana durante cinco temporadas y para 1981, cuando firmó con el Atleti con 23 años, ya era considerado una de las grandes joyas del fútbol local.
Sánchez se había convertido en un gran goleador en México, donde consiguió el campeonato liguero en su última temporada con los universitarios, el segundo de su naciente carrera.
En el Atlético de Madrid el inicio no fue sencillo. El mexicano fue maltratado incluso por los hinchas de su propio equipo, que lo llamaban "indio" de manera despectiva. Sin embargo, a fuerza de actuaciones, el delantero cambió la percepción de manera radical.
En su primera temporada en el fútbol europeo (1981-1982) consiguió 12 goles, pero en la segunda explotó: hizo 22 tantos en menos de 40 partidos. La tercera volvió a sumar un buen número, 19 anotaciones. Pero en su último año en el Vicente Calderón, el mexicano mandó 29 veces el balón a la red, consiguiendo el primero de muchos "Pichichis", o campeonatos de goleo, que acumularía en la Liga española.
Sin embargo, a pesar del gran rendimiento de Sánchez en el club madrileño, su relación con la hinchada se rompió para siempre cuando fichó en 1985 con el Real Madrid, el gran rival de ciudad del Atlético, donde el delantero forjó su leyenda, sumó 4 "Pichichis" más (incluido el récord de 38 goles en una temporada que solamente rompieron Leonel Messi y Cristiano Ronaldo) e incontables títulos, incluidas cinco ligas.
Cuando el Atlético inauguró su nuevo estadio, el Wanda Metropolitano, en 2017, el club le dedicó al mexicano una de las placas que se encuentran en la explanada que da acceso al recinto, pero un grupo de ultras (barras) decidieron mancillarlo por considerarlo un "traidor".
"Yo en su momento dije que el Atlético será siempre grande, y es (un club orgulloso), pero yo me fui en 1985 porque tenía hambre de títulos y en aquella época era difícil que ellos me dieran esas oportunidades", declaró Sánchez al diario español ABC.
"Hay que entender que cada uno tiene grandes ilusiones y yo quería títulos. En el Atlético gané una Copa del Rey y un 'Pichichi', pero deseaba más, quien tenga ambición en la vida lo entenderá", agregó el delantero.
Luis García Postigo
Tras la gran experiencia que vivieron con Hugo Sánchez, más allá del final, los colchoneros apostaron nuevamente por uno de los delanteros más prometedores del fútbol mexicano, que se equiparaba en ese momento con el "Pentapichichi": Luis García, que también llegaba procedente de los Pumas.
Las expectativas eran altas y las comparaciones entre delanteros mexicanos comenzaron incluso antes de que García, que había debutado con 17 años en la Liga mexicana, aterrizara en el aeropuerto de Barajas.
Su breve paso por el Atleti fue, a diferencia del de Sánchez, de más a menos. Llegó en 1992 a un equipo que venía de ganar la Copa del Rey y contaba en su plantel con jugadores consagrados como el alemán Bernd Schuster y el portugués Paolo Futre, así como al legendario entrenador español Luis Aragonés.
García tuvo un debut de ensueño, con un doblete en la primera jornada de la Liga ante el Tenerife. Aquella temporada fue el goleador del equipo, con 17 tantos en Liga, récord para el primer año de un mexicano en Europa en ese entonces.
"Jamás me sentí extraño en el Atlético, siempre fui uno más", explicó el delantero mexicano. Sin embargo, a pesar de que en su segunda temporada volvió a ser el mejor anotador (11 tantos), el equipo se desplomó. Si un año antes había estado a un triunfo de ganar la Liga, en la 1993-1994 el equipo cayó al duodécimo puesto, en una zona intrascendente del campeonato.
García, además se enganchó en una pelea con Jesús Gil y Gil, el controversial y polémico presidente del equipo. Eso provocó que el jugador saliera en el verano de 1994 rumbo a la Real Sociedad, donde su rendimiento cayó y, un año después, volvería al fútbol mexicano.
A pesar del final, García aceptaría tiempo después que estaba claro que había una "relación maravillosa" entre el Atlético de Madrid y México.
Raúl Jiménez
El fútbol mexicano no tuvo a un representante nacional en el Atlético de Madrid durante 20 años desde la tormentosa salida de Luis García. Fue hasta la temporada 2014-2015 cuando llegó el tercero al Manzanares y, nuevamente, fue un delantero.
Raúl Jiménez, canterano del América mexicano, fichó con el club que ya entonces dirigía el argentino Diego "Cholo" Simeone. Sin embargo, su desempeño se quedó muy por debajo de lo esperado.
El delantero de 28 años nunca jugó como titular y apenas convirtió un gol en 28 partidos donde ingresó de cambio, en muchas ocasiones apenas para disputar los minutos adicionados por el árbitro.
Un año después, Jiménez pasó al Benfica de Portugal, donde tampoco tuvo muchos minutos de juego. Fue hasta el Wolverhampton, de la Liga inglesa, donde el delantero explotó por fin la última temporada (2018-2019): anotó 17 goles y dio siete asistencias en 42 partidos jugados.
Kenti Robles
La mexicana Kenti Robles fue la primera mexicana en llegar al club español y con ello rompió la "tradición" del Atlético de fichar a delanteros, ya que la también seleccionada mexicana se desempeña como defensa.
Robles, de amplia experiencia en el fútbol español, llegó en 2015 al equipo madrileño tras haber jugado para el Espanyol (entre 2009-2011 y luego entre 2014-20915) y para el Barcelona (2011-2014).
Robles es la que tiene el mejor palmarés con el Atleti entre los mexicanos que han jugado ahí: ganó tres Ligas y una Copa de la Reina en Manzanares. En su carrera, la defensora suma 10 trofeos: seis títulos ligueros y cuatro copas, y podría sumar más en el futuro.
Javier Aguirre
Aunque no llegó al Atlético como jugador, Aguirre sí lo hizo como director técnico. Después de encabezar el proyecto del humilde Osasuna, que irrumpió con fuerza en el fútbol español en 2002, fichó con los capitalinos en 2006, donde estuvo durante dos años y medio.
Entonces, el Atlético acumulaba varios años sin clasificarse a la Champions League. Con Aguirre al mando, culminaron en la cuarta plaza en la temporada 2007-2008 y llegaron a la fase preliminar el torneo continental. En la siguiente temporada, Aguirre fue despedido en febrero de 2009 tras una racha de malos resultados.
"Soy el primero en entender que yo formo parte fundamental del problema en que está el equipo, el problema de funcionamiento, el problema de resultado y yo también acepto dar un paso al costado", dijo tras su salida.