Cada 1 de julio, los fanáticos del béisbol celebran irónicamente el "Bobby Bonilla Day". Se trata de un festejo simbólico de un suceso real que se ubica entre los más surrealistas del deporte mundial: no juega en las Grandes Ligas (MLB, de sus siglas en inglés) desde el 2001 pero los New York Mets le pagan más de un millón de dólares cada año.
Bonilla, quien ahora tiene 56 años, jugó por última vez como profesional hace 18 años, cuando jugaba en los Saint Louis Cardinals. Pero la franquicia que aún le paga son los New York Mets, donde jugó entre 1992 y 1995, y después en 1999.
Los Mets le pagan USD 1.193.248,20 cada año a Bonilla y lo harán hasta 2035, cuando cumpla 72 años. Esto se debe una cláusula contractual del ex pelotero de oriundo del Bronx que se activó cuando el equipo decidió dejarlo libre en el año 2000, cuando aún le debían USD 5,9 millones por su última temporada. El pelotero y su agente, Dennis Gilbert, negociaron que esa deuda sea liquidada en cuotas a partir de 2011, con un interés anual del 8%.
Resulta difícil comprender por qué el equipo accedió a pagar casi cinco veces la cantidad original del contrato. Pero según informó la CNN, en aquel momento Fred Wilpon, propietario de los Mets, participaba del esquema Ponzi de Bernie Madoff, una de las estafas más grandes la historia, y creía que iba a obtener enormes ganancias y superaría con creces el costo diferido del contrato de Bonilla. Algo que jamás sucedió.
Es por eso que Bonilla recibe (y recibirá) cada 1 de julio más de un millones de dólares hasta alcanzar una ganancia total de 29,8 millones como compensación de una temporada en la que ni siquiera jugó con los Mets.
Bobby Bonilla actualmente vive en Florida y disfruta de los beneficios del contrato más "loco" o "increíble" de la historia. No obstante, y a pesar de haber resguardado económicamente gran parte de su vida, sigue ligado al mundo del béisbol: trabaja dentro de la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) desde hace casi 20 años.
Dentro de la asociación, el ex jugador de origen puertorriqueño realiza clínicas en diferente ciudades y actividades con niños y jóvenes que sueñan con juega béisbol profesional. Además, en 1992 creó con su entonces esposa Madiglia una asociación benéfica llamada Bobby and Millie Bonilla Public School Fund. Este fondo beneficia a diferentes escuelas públicas.
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