El astro del seleccionado argentino brindó una entrevista en la que se refirió a la temporada con el Barcelona, su pasado y presente con la Albiceleste y la relevancia que le da a la Copa América que arrancará en 10 días en Brasil. Pero también reveló intimidades de la relación con sus hijos Thiago (6 años) y Mateo (3), los dos más grandes (el otro es Ciro, de 1).
En diálogo con TyC Sports, Lionel confesó que a Mateo le gusta usar todas las camisetas del Barcelona aunque su perfil provocador lo llevó a tener una actitud que hizo estallar de risa a su papá: "La última vez que estábamos pateando en casa él decía 'yo soy el Liverpool que les ganó a ustedes, eh. Vos sos el Barça y yo el Liverpool'. No se da cuenta todavía".
El pequeño Mateo, que desafía con la mirada a su padre cuando lo reta y lo pone en apuros, hizo lo mismo con el Valencia (derrotó al Barcelona en la final de la Copa del Rey) y también dice ser hincha del Real Madrid para enervar a su hermano mayor.
"'Te ganó el Valencia, eh. Yo soy del Valencia', dijo. O cuando hay un partido del Real Madrid en la tele, grita los goles. Thiago se calienta, Mateo grita 'gooool del Madrid' y lo mira al hermano a ver si dice algo. Lo hace calentar", sacó a relucir, entre risas.
El carácter de Mateo es similar al que tenía Lionel de pequeño, cuando su madre Celia tuvo que darle algún chancletazo por no hacer caso. "Yo me levantaba loco porque no quería ir a la escuela, me iba puteándola, diciéndole por qué yo tenía que ir y ella quedarse", rememoró. La lógica amenaza de su mamá por ese entonces era: "Mirá que no vas a fútbol".
LA RELACIÓN DE LIONEL CON SU PADRE JORGE
"Se habla más de él que de otros jugadores. Lo metieron en el medio de muchísimas cosas de las que no tenía nada que ver, igual que a mí, pero una cosa es que me pase a mí, que juego. La que sufre es la familia, yo por ahí me voy a España y no veo tanto", expresó Messi.
Y recordó con bronca: "Decían que con mi papá metíamos jugadores y armábamos la Selección, y es todo mentira".
A Leo le cuesta cada vez más dejar a su familia cuando las concentraciones son largas (en Barcelona no concentran el día anterior y viajan los mismos días de partido) y aseguró extrañarlos mucho, tal como le pasaba con su papá cuando era chico: "Se levantaba a las 4 de la mañana para ir a trabajar y volvía a las 9 de la noche para cenar. Hoy por suerte yo puedo disfrutar más tiempo de mis hijos; intento copiar la forma con la que me criaron a mí".
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