Por decisión de la Comisión de Arbitraje de la UEFA, el esloveno Damir Skomina será quien quien tenga el honor de impartir justicia en la finalísima de la Champions League entre Tottenham Hotspur y Liverpool. En el partido que se jugará en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid lo asistirán sus compatriotas Jure Praprotnik y Robert Vukan. Como cuarto estárá el español Antonio Mateu Lahoz y, como oficial principal del VAR (Asistencia Arbitral por Video), Danny Makelie, de Holanda.
El oriundo de Koper, de 42 años, es juez FIFA desde el 2002. En su currículum está el hecho de haber controlado la final de la Europa League entre el Ajax y Manchester en el 2017; también la Supercopa entre el Chelsea y Atlético Madrid de 2012. Además, participó como cuarto árbitro en la UEFA Champions League del 2013 en la definición entre el Borussia Dortmund y Bayern Múnich.
Skomina completó cuatro juegos en la Champions de la presente temporada, como así también dos partidos de la UEFA Europa League. El colegiado tiene una dilatada experiencia internacional, que incluye su trabajo en el Mundial de Rusia 2018. Posee las características de los árbitros de Europa central: se trata de un pragmático, amante de la continuidad del juego y de un fino sentido común, que lo diferencia sobre los ortodoxos disciplinarios que asumen esa táctica para el control del juego.
Su registro ostenta muy pocos expulsados: en los últimos 10 encuentros internacionales sacó apenas dos tarjetas rojas, haciendo prevalecer el diálogo sobre el protocolo. Con una media de 18 faltas físicas sancionadas por encuentro y compromiso por estar cerca de la jugada (corre unos 12 kilómetros por juego), representa un árbitro perfecto para este evento, donde se enfrentan dos equipos lineales y dinámicos, que apuestan por la continuidad de las acciones y el Fair Play.
Seguramente otro hubiera sido el nominado si no se enfrentaran equipos con las características de Tottenham y Liverpool. Si los pronósticos se cumplen y no hay jugadas que generen "apuros técnicos", el VAR no será protagonista y se verá un arbitraje a la altura del encuentro; dinámico, elegante y asertivo.
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