Millones de fanáticos de Liverpool y Tottenham Hotspur en todo el mundo quedarán cautivados por la final de la Champions League este sábado en Madrid, pero dos multimillonarios en el otro lado del Atlántico son los que más tienen en juego en este partido.
John Henry, el principal propietario de Fenway Sports Group, que también es dueño del equipo de béisbol Boston Red Sox, respalda monetariamente al Liverpool desde 2010.
Joe Lewis, un comerciante de divisas radicado en Bahamas, es dueño del Tottenham desde principios de siglo a través del holding ENIC. Cada una de sus participaciones se valúa en cerca de US$1.000 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg.
Si bien el club ganador cobrará 4 millones de euros adicionales (US$4,5 millones), la recompensa mayor es el aumento resultante del valor de los equipos.
"Ayuda a tu situación con los patrocinadores, al valor de tu club y a tu lugar en el orden mundial", comentó Dan Jones, analista de Deloitte. "Mientras mejor se desempeñe un club en la cancha, mayor es su valor".
Ambos propietarios ya se han beneficiado de sus inversiones. Fenway Sports pagó unos US$500 millones para adquirir el Liverpool en 2010. El club tenía un valor empresarial que bordeaba los US$2.400 millones a principios de este año, según cálculos de KPMG. Lewis construyó su participación de manera más gradual, uniéndose a Daniel Levy para comprar el 27% a cambio de unos 22 millones de libras (US$27,7 millones) en 2001. Actualmente el dúo posee el 86% a través de ENIC y KPMG estima el valor del club en US$1.900 millones.
Un vocero de Tavistock declinó opinar, mientras que representantes de Fenway, Liverpool y Tottenham no respondieron a solicitudes de comentarios.
Liverpool, entrenado por el alemán Jurgen Klopp, es el favorito para vencer a los Spurs luego de terminar muy por delante de ellos en la Premier League de Inglaterra. Una victoria coronaría al Liverpool como campeón de Europa por sexta vez, mientras que Tottenham busca levantar por primera vez el máximo trofeo continental.
La casa de apuestas británica SkyBet tiene como favorito al equipo de Klopp. Una apuesta exitosa de US$11 por el Liverpool daría un premio de US$10 en comparación con la ganancia de US$33 si se apuesta lo mismo con éxito por el Tottenham.
Las escuadras son potencias más equivalentes en el aspecto comercial.
Tottenham registró ingresos récord de 381 millones de libras en el año finalizado el 30 de junio de 2018, con ganancias retenidas que se triplicaron con creces a 113 millones de libras, la temporada más rentable en la historia del fútbol de clubes, según Jones. Los ingresos de Liverpool alcanzaron 455 millones de libras durante los 12 meses concluidos en mayo de 2018, con 106 millones de libras en ganancias.
Ambos multimillonarios tuvieron comienzos modestos. Tras la muerte de su padre en 1975, Henry se hizo cargo de la granja de soja de la familia en Arkansas a la edad de 26 años. La compra de contratos de futuros para protegerse contra los precios volátiles de los cultivos lo llevó a construir un modelo matemático para beneficiarse de estas operaciones. Fundó la firma de inversiones John W. Henry & Co. en 1981.
Lewis, de 82 años y nacido sobre un pub en el este de Londres, también se hizo cargo del negocio de su padre y lo convirtió en una colección de restaurantes temáticos, aprovechando su éxito para financiar otras empresas. En la época en que Henry estableció su empresa, Lewis comenzó a centrarse en el comercio, lo que incluyó apuestas contra la libra británica en 1992, al igual que George Soros. Tavistock Group lleva el nombre de la empresa de catering de su padre y tiene una cartera de más de 200 firmas en todo el mundo.
Sus clubes han sido administrados de manera relativamente frugal, al menos para lo que se considera normal en los equipos deportivos, y son conocidos por acuerdos astutos en el mercado de transferencias. Tal disciplina no les ha impedido superar a equipos mucho más ricos, como ocurrió con la victoria del Liverpool contra el gigante español Barcelona en semifinales.
Los ingresos procedentes de la venta por parte del Liverpool del mediocampista brasileño Philippe Coutinho al Barcelona la temporada pasada se destinaron para adquirir al defensor Virgil van Dijk y al portero Alisson Becker, ambos jugadores clave en la temporada actual. Liverpool ha gastado un promedio neto de 42 millones de libras anuales en transferencias de jugadores desde que se convirtió en parte de Fenway Sports en 2010, mucho menos que sus rivales Manchester United y Manchester City. El desembolso neto del Tottenham promedia solo 3,9 millones de libras durante el mismo período.
La disciplina de los Spurs se extiende a su plantilla, que es la menos costosa entre los seis equipos más grandes de la liga inglesa, según Sporting Intelligence. En cambio, el club ha costeado la construcción de un estadio con capacidad para 62.000 personas en el norte de Londres, con lo cual su deuda ha subido a unos 460 millones de libras.
Liverpool ha tomado un camino diferente con Henry, de 69 años, quien desechó planes para construir un nuevo estadio y optó por remodelar Anfield. Eso dejó su balance relativamente libre de deudas con solo 55 millones de libras en préstamos bancarios, aunque también debe 100 millones de libras a su compañía matriz, según su informe anual de 2018.
"En el aspecto comercial, ambos están en una situación tremendamente buena", declaró Jones de Deloitte. "Ambos clubes probablemente sienten que lo que les falta es un trofeo y el hecho de competir por el más grande es un aliciente adicional".
Fuente: Bloomberg