Fernando Segal toma un respiro y alza ligeramente las cejas cuando tiene que hablar de su paso por la Federación Mexicana de Tenis, que dirigió entre 2009 y 2016, apenas unos años después de estar al frente del tenis en Argentina (1996-2001). Durante su gestión poco pudo hacer para cambiar la realidad del deporte blanco en el país azteca, donde ahora, desde otra trinchera espera completar su obra.
Son más de las 12 del día del viernes 17 de mayo en la Ciudad de México. Fernando y otros ponentes han debatido por horas durante el primer Workshop Segal Institute Leaders in Tennis celebrado en el Deportivo Mundet y el calor no cede terreno, como tampoco lo hacen las contundentes palabras de quien, presume, ayudó a sentar las bases de lo que es hoy un deporte rentable en su natal país.
"En la Federación Mexicana yo lo primero que tenía que hacer era abandonar el pasado", dice el argentino durante su ponencia. "Todavía hay gente que llega hablando de que en 1962 Pelón Osuna ganó con Palafox la final de Wimbledon; pero hay modelos de funcionamiento que siguen llevando de hace 30 años, el primer concepto que hay que cambiar es que esto es una industria".
A Segal, sus detractores le acuñan deshonrosas derrotas del equipo mexicano de Copa Davis a lo largo de sus siete años de gestión, como contra Bahamas, una pequeña isla caribeña. Empero, él atañe su trastabillado andar a la idiosincrasia del mexicano y la política local, que frenan el desarrollo de jóvenes talentos y se aferran a procesos arcaicos. Casi tanto como al dinero.
"Yo el tiempo que estuve ahí adentro no pelee, me he comportado como un caballero. Para afuera he recibido misiles de todos lados, yo no conté muchas historias de muchos dirigentes, de muchos que aportaban dinero y otros que se quedaban con dinero. Creo que hay que sanear, recuperar confianza y capacitarse", ventila en el simposio.
Fue así que dejó la Federación, con algunos proyectos consumados y otros completamente borrados apenas desocupó su escritorio, contrario a su proceso como director nacional de Tenis de la AAT de Argentina, cuando se respetaron muchas de sus iniciativas para dar seguimiento al trabajo realizado cuando terminó su gestión.
"Yo participé en el Programa Nacional de Argentina donde sacamos una gran camada de jugadores en la Asociación. Hoy se mantiene el programa de desarrollo que fundamos en 1996 y creo que lo fundamental es la continuidad", responde a Infobae México después de su ponencia, al ser cuestionado sobre cómo desarrollar en México tenistas con la calidad de Juan Martín Del Potro o Diego Schwartzman.
"Yo dejé de ser director de desarrollo en 2001, sin embargo el concepto que fundamos en el '96 se mantuvo. Es algo muy importante en México, aquí muchos elementos políticos hacen que se cambien. Lo más importante del tenis argentino es que tiene sólidas estructuras, mucha cultura y mucha gente que sabe de tenis y sostiene un proceso a lo largo de los años, es no tener tantos avatares políticos pues en México cada seis años volvés a empezar, los argentinos trabajan bien en equipo, en la mesa discutíamos cómo mejorar el tenis argentino", añade.
Es así que ahora, ya alejado de la Federación, implementa diferentes metodologías que ha impulsado a través de su Academia (IDTC) para devolver a México a los primeros planos en el deporte blanco. Pues tan solo el último mexicano en colarse al Top 100 del ranking mundial de la ATP, fue Luis Enrique Herrera cuando ocupó el puesto 94 el 4 de octubre de 1993.
"Primero cambiaría la filosofía, se tiene mucho potencial al haber cientos de millones de personas pero hay que cambiar el paradigma. Es fundamental trabajar en equipo, si viene un mexicano a un torneo, se saludan y se va el otro mexicano a otra mesa. Los españoles se sientan todos juntos, los franceses se sientan todos juntos, los argentinos igual, pero nuestros jugadores mexicanos y entrenadores no comparten, son cuestiones filosóficas, deberíamos estar en el mismo barco", puntualiza.
Fue apenas la primera edición de una serie de eventos que llegarán a diversas partes del continente como Argentina, Estados Unidos y Brasil. Por lo pronto, fueron 28 clubes de tenis en México que se reunieron con Segal y un grupo de expertos para tratar de recomponer el camino de este deporte en territorio azteca.