El Príncipe Albert II explicó por qué Mónaco es una de las sedes de la Fórmula E

El principado europeo es líder mundial en sustentabilidad y aprovecha la carrera para mostrarle al mundo las claves de su éxito

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Desde que fue investido oficialmente como monarca del principado monegasco en 2005, Albert II de Mónaco comenzó a implementar una serie de medidas sustentables con múltiples objetivos: hacer un cambio hacia la eficiencia energética, aumentar la cantidad de áreas verdes y sobre todo cuidar del medio ambiente, principal recurso que solventa una de sus industrias más importantes, el turismo internacional.

Hay una normativa que obligará a todos los edificios públicos y privados de Mónaco a implementar tecnologías no contaminantes para funcionar. Además los hoteles tienen la posibilidad de recibir una certificación de cuidado ambiental y reciclaje.

Los restaurantes locales priorizan la comida orgánica cuya materia prima sea producida en la zona, y el gobierno da subsidios para incentivar la compra de vehículos eléctricos e híbridos.

Una serie de medidas que prueban ser efectivas desde lo económico y para cuidar el entorno, a tal punto que están comenzando a ser copiadas en varios países del mundo. La llegada de la Fórmula E en 2015 y su competencia en el circuito de Monte-Carlo cada dos años es también una manera más de que el estado de apenas 2 kilómetros cuadrados pueda dar un mensaje internacional de que va en serio con la sustentabilidad.

Mónaco es conocido en el automovilismo mundial por llevar 90 años organizando el Gran Premio de F1, pero ya son varios los que critican que la F1 sólo contamina y no da ninguna aplicabilidad de su tecnología a los autos de calle.

La Fórmula E no contamina y es un laboratorio para que las marcas puedan
experimentar para encontrar la manera de fabricar sus autos de calle de manera más efectiva y eficiente.

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