El entrenador de Cruz Azul, el portugués Pedro Caixinha, se encuentra en el ojo del huracán tras la eliminación de su equipo ante América en los cuartos de final de la Liguilla del fútbol mexicano, ya que sus declaraciones tras el partido de vuelta podrían acarrearle una sanción económica.
Cuestionado sobre los aficionados que habían acudido a las instalaciones del equipo en La Noria, en el sur de la Ciudad de México, el técnico lusitano señaló con enojo que era gente "comprada".
"Esa afición que tú dices estaba comprada, para eso fue, aquí ustedes saben que un par de pesos pagan muertes, pues también pueden pagar para llevar unas mantas, para estar ahí. ¿Está claro o quieres que sea más frontal?", expresó Caixinha.
"Si supiera (quién los mandó), se los diría. Pero sólo sé eso. Es un poco raro que hayan llegado con cuatro o cinco cámaras de los medios de comunicación, ¿no? No soy muy inteligente pero soy un poco listo", agregó el estratega.
El conjunto cruzazulino había enfrentado el jueves pasado al campeón América en los cuartos de final de ida de la Liga MX, pero habían sufrido una dolorosa derrota por 3-1. El sábado, una decena de hinchas se acercó al club con un par de mantas, que rezaban: "Jugadores sin huevos" y "Ustedes manchan la historia".
Cruz Azul ya había perdido la final del torneo pasado –Apertura 2018– ante América, su clásico rival. Un año antes, también habían caído frente a las "águilas" en los cuartos de final del Clausura 2017. En 2013, nuevamente en una final liguera, la "máquina cementera" vio cómo América se llevaba el trofeo tras jugar con un hombre menos y dos goles abajo en el marcador en el partido de vuelta.
El equipo de Caixinha llegará en diciembre próximo a 22 años sin ganar una Liga. En las últimas cuatro décadas, apenas consiguieron dos, a pesar de ser el cuarto más ganador del fútbol mexicano y uno de los más populares y considerados "equipos grandes" del país.
Las declaraciones de Caixinha, por su parte, podrían acarrearle una sanción económica por parte de la Comisión disciplinaria de la Federación mexicana de fútbol, que persigue de oficio las faltas al reglamento de ética de la Liga mexicana.
La frase de Caixinha también fue muy criticada en el ambiente futbolístico mexicano y en redes sociales. México, un país sumido en la violencia, vio cómo la semana pasada un sicario agredió a una multitud en la ciudad de Cuernavaca, presuntamente a cambio de 5,000 pesos.
"Fueron muy exageradas, que hable de fútbol, lo que dijo está fuera de lo que debe ser el fútbol, esos temas los debe manejar otra persona", declaró al diario "El Universal" el ex presidente del Toluca, Rafael Lebrija, multicampeón como directivo de los "diablos rojos".
Más duro todavía fue Emilio Maurer, ex dueño del Puebla. "Si dice que 'por dos pesos aquí se mata', le juntamos 50 pesos y que se vaya a chingar a su madre de donde viene, no debemos permitir ese tipo de declaraciones de ninguna manera", señaló el polémico directivo.
Por su parte, el portal "Medio Tiempo" consultó a los responsables de las mantas, que respondieron al Caixinha. "No fuimos pagados", dijo uno de los organizadores. "Lo dijeron para zafarse, porque los focos estaban en ellos, fue para desviar la atención", añadió.
De acuerdo con los responsables, ninguno de ellos pertenece a la barra brava del equipo ni buscaban agredir a nadie. "Les exigimos, pero no nos metimos con sus familias ni los amenazamos", dijeron.
"No era nuestra intención que (Caixinha) se lo tomara personal, educadamente lo saludaría, ellos pueden hacer lo que quieran fuera de la cancha, pero adentro quiero que demuestren su trabajo", concluyó el aficionado.