Se puede decir orgullo mexicano. Hace casi un año exactamente la FIFA seleccionó el gol de tijera del mediocampista Manuel Negrete como el mejor en la historia de los mundiales varoniles.
El ex jugador de los Pumas de la UNAM logró ese golazo en la Copa del Mundo de México 1986, considerado por muchos como una obra de arte, aunque para otros no lo fue tanto. La anotación venció incluso a la de Pelé en el Mundial de Suecia 1958.
No lo decidieron los expertos, tampoco los periodistas ni el mundo del fútbol, sino fueron los aficionados los que ponderaron otorgarle aquel reconocimiento al hoy alcalde de Coyoacán a través de una votación abierta a todo el mundo.
Negrete logró el histórico tanto durante el encuentro de octavos de final contra Bulgaria jugado en el Estadio Azteca. Al minuto 34′, Rafael Amador inició la jugada que terminaría en la espectacular volea de Manuel tras armar una pared con Javier Aguirre.
Un año después la FIFA volvió a premiar a México, pero ahora en la rama femenil. El gol de Mónica Ocampo en la fase de grupos del Mundial de 2011 contra Inglaterra ganó la votación para ser nombrado como el más bello de todos los tiempos en los Mundiales.
Lo de la jugadora del Pachuca también fue algo notable. Tomó la pelota en tres cuartos del territorio rival, amagó con conducir hacia su costado izquierdo, pero al final recortó hacia el centro y disparó desde fuera del área para vencer a la portera inglesa y meter el esférico en el ángulo izquierdo.
El misil de la mexicana fue premiado como tal mediante una votación abierta a todo el público alrededor del todo el mundo. La metodología de la votación en el gol de la delantera fue la misma que en la de Negrete.
Muchos han cuestionado ambas designaciones, argumentando en el primer caso que los goles de Pelé o Éder son más bellos y, en el segundo, que goles como los de Mónica se ven muy seguido en las Copas del Mundo varoniles. Es verdad. Ese tipo de anotaciones son muy comunes, pero lo que aquí se premia es que el hombre tiene mayor capacidad física que la mujer, por lo que tiene aún mayor mérito lo de Ocampo.