El 2019 no es hasta el momento como Alexander Zverev y el mundo del tenis hubieran esperado. Las previsiones indicaban que el joven alemán iba a contar con la suficiente experiencia para dar el golpe en lo más alto del ranking pero padeció una serie de traspiés que pusieron en jaque el arranque del año.
Consultado por ese panorama, el tenista de 22 años no escondió los motivos que complicaron su estado emocional: "Siempre soy honestos con ustedes y tengo que confesar que estas últimas semanas no han sido fáciles para mí. Mis problemas personales creo que han afectado un poco a mi tenis".
El actual 3 del mundo advirtió: "Mi padre no ha podido viajar conmigo en estas últimas semanas porque fue internado en el hospital y eso es algo nuevo para mí. Espero que en los próximos días le den el alta y pueda volver".
"También mi relación sentimental con mi novia ha terminado", agregó el otro motivo en ese cóctel de emociones que lo desenfocaron.
Zverev jugó siete torneos en el 2019 y apenas pudo romper la línea de los octavos de final en uno: fue finalista en el ATP de Acapulco pero cayó ante Nick Kyrgios por 6-3 y 6.4. "Poco a poco me voy encontrando mejor y espero que el tenis me ayude a despejarme también un poco de estos malos momentos", destacó.
A horas de comenzar su participación en el ATP 250 de Múnich ante el argentino Juan Ignacio Londero (venció al local Maximilian Marterer por 6-4, 1-6 y 6-1), Sascha analizó que su temporada en polvo de ladrillo estuvo lejos de ser la planificada: "Estoy impotente por lo que me está pasando. Obviamente no he jugado de la forma que yo mismo quisiera en estas últimas semanas. Cuando salto a una pista a entrenar me encuentro muy bien, pero cuando llega el momento de jugar un partido oficial no sé qué es lo que me pasa que las cosas no fluyen como yo quisiera. Estoy seguro que esto es un pequeño bache que conseguiré superar a base de jugar partidos. Si consigo encarrilar varios partidos consecutivos con victoria, creo que volveré a mi nivel".
El alemán ganó el torneo de sus tierras las últimas dos ediciones (batió a Guido Pella y Philipp Kohlschreiber en las distintas finales) y ahora espera volver a reencontrarse con su mejor versión nuevamente en casa: "Para mí es genial poder estar aquí pero sé que no va a ser una semana fácil. Siempre es una gran sensación jugar en casa delante de todo tu público. Es cierto que te genera un poco de presión por el hecho de ser el máximo favorito pero el ver que has ganado aquí te genera mucha confianza".
Hay un dato extra en esta situación: si Zverev queda eliminado rápidamente de Múnich le cederá la tercera posición del ranking a Roger Federer.
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
"Así fue la peor doble falta de la historia del tenis"