La alianza improbable de dos futboleros: Macri le abrirá la puerta a Evo Morales para que Bolivia se sume al Mundial 2030

La Conmebol da luz verde a que Bolivia sea parte de la candidatura si los presidentes de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile se ponen de acuerdo

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Evo Morales y Macri volverán a estar cara a cara el próximo 22, una oportunidad ideal para hablar del Mundial 2030.
Evo Morales y Macri volverán a estar cara a cara el próximo 22, una oportunidad ideal para hablar del Mundial 2030.

Están muy lejos en lo ideológico, pero los une el fútbol: el presidente Mauricio Macri está dispuesto a abrirle el camino a Evo Morales para que avance con una idea que muy pocos veían posible, la de llevar en 2030 el Mundial de fútbol a Bolivia.

"La Argentina está a favor de Bolivia. Pero tienen que trabajar fuertemente ambos países y las Cancillerías. Y por parte de la Conmebol no hay ninguna objeción", dijo a Infobae un hombre fundamental de una candidatura que, hasta hoy, une a la Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Y todo indica que también a Bolivia en breve.

"De parte de la Conmebol no hay ningún inconveniente", confirmó a Infobae el presidente del ente que rige el fútbol sudamericano, Alejandro Domínguez. "Pero es algo que depende de los cuatro presidentes", añadió.

Con la apertura de Argentina y la Conmebol a que Bolivia se sume, falta por confirmar el método para llevarlo a cabo. Parece difícil que se dé nuevamente lo que sucedió a la hora de sumar a Paraguay a una candidatura que inicialmente unía solo a la Argentina y el Uruguay, Macri apeló al hecho consumado, porque el presidente argentino cerró el acuerdo directamente con su entonces homólogo, Horacio Cartes, y Domínguez, del que es buen amigo.

Tabaré Vázquez, el presidente uruguayo, se enteró tarde. Tan tarde que se molestó, y mucho, con su colega argentino. La candidatura conjunta estuvo a punto de naufragar, pero con el paso de las semanas la crisis se calmó y Paraguay se sumó de lleno al trabajo. Luego se incorporó Chile, esta vez con el visto bueno de Vázquez desde el principio.

El argumento de los argentinos, donde el empresario y ex administrador de Racing Fernando Marín juega un papel clave, es siempre el mismo: cuantos más países y entusiasmo se muestre, mejor. En eso coincide Domínguez, que tiene entre ceja y ceja llevar el Mundial a Sudamérica a exactos cien años de la primera Copa del Mundo, la que se celebró en 1930 en Uruguay.

Con el respaldo de la historia, sin embargo, no alcanza. Las federaciones británicas analizan presentar una candidatura, y detrás de ella iría todo el poder (y los votos) de la UEFA. Ni hablar si se confirma la candidatura conjunta de España y Marruecos, un Mundial del Mediterráneo que sería el primero bi-continental en la historia. Entre Europa y África suman casi la mitad de los votos de las federaciones que en 2022 deberán decidir la sede de 2030.

Y China es una incógnita, aunque la certeza es que tarde o temprano hará sentir su poder y querrá llevar la Copa del Mundo a casa. No en vano es el país más poblado y la segunda economía del planeta.

No hay antecedentes de un Mundial jugado en cinco países. El de 2002 marcó una innovación con Corea de Sur y Japón como sedes. El entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo que "nunca más" apelaría a ese formato, pero en junio de 2018 la FIFA de Gianni Infantino le dio el Mundial de 2026 a Estados Unidos, México y Canadá. Para el de 2022, que se jugará en Qatar, existe la posibilidad de que se sumen dos países más del Golfo Pérsico. El antecedente más extremo está en Europa, que el año próximo disputará una Eurocopa en 12 ciudades de 12 países, el mismo año en el que Argentina y Colombia se repartirán la sede de la Copa América.

Después de Macri, Evo Morales es uno de los presidentes más interesados en el fútbol. Además de jugarlo, no pierde oportunidad de dar puntapié inicial
Después de Macri, Evo Morales es uno de los presidentes más interesados en el fútbol. Además de jugarlo, no pierde oportunidad de dar puntapié inicial

Bolivia tiene muy escasa historia en los Mundiales. Apenas estuvo en tres Copas del Mundo, perdió cinco de los seis partidos que jugó, empató uno, recibió 20 goles y solo anotó uno. Pero Morales es uno de los presidentes más futboleros del mundo -en eso compite cabeza a cabeza con Macri-, y está obstinado en sumar a su país al eventual Mundial sudamericano.

Si lo logra, será con límites. La frase que circula entre los que respaldan la incorporación de Bolivia es bastante gráfica: "¿Qué daño le hace al Mundial sumar un par de partidos en Santa Cruz?". Así, la idea de Morales de llevar el Mundial a su país tiene límites: los argentinos ven razonable que Santa Cruz de la Sierra sea sede, porque se trata de una ciudad de clima tropical y baja altura. Llevar el Mundial al estadio Hernando Siles, a casi 3.600 metros de altura, es una quimera, por más que Morales siempre haya hecho campaña con ello hasta plantear el asunto en la sede de la mismísima FIFA. Imposible, porque implicaría una desventaja competitiva clarísima para los equipos que pasen por allí.

Jugar en Santa Cruz, en cambio, no es diferente a hacerlo en Asunción, una de las sedes de la candidatura cuatripartita. Morales ya mandó a su ministro de Deportes, Tito Montaño, a la cumbre del Deporte de la que fue sede Punta del Este en febrero. El ministro boliviano abrumó a sus colegas con una presentación muy bien fundamentada acerca de por qué su país debe sumarse, y ofreció dos sedes: Santa Cruz y Cochabamba. Tanto fue el entusiasmo, que tras la reunión Marín dejó una frase que llamó la atención: "Bolivia es el nuevo hermano de la candidatura".

Montaño avanza en ese camino. "El presidente del Paraguay (Mario Abdo Benítez) hizo recientemente público acá en Bolivia que está a favor de que nos sumemos", dijo el ministro boliviano a Infobae. "Tenemos optimismo, porque entendemos que lo que se pretende es una candidatura de Sudamérica".

El gobierno boliviano está esperando que los representantes de Buenos Aires, Montevideo, Asunción y Santiago cumplan con el compromiso adquirido en Punta del Este: involucrar a sus respectivos presidentes y darle una respuesta clara a La Paz.

Por eso es que mucho se juega en la reunión que Macri tendrá el 22 de este mes con Morales. Atrás queda lo sucedido en octubre del año pasado, cuando el presidente boliviano visitó Buenos Aires sin verse con su colega argentino. Las tensiones por la reciprocidad en la atención médica a ciudadanos de ambos países y la discusión por el precio del gas se pueden aplacar con fútbol.

"Creo que Evo puede convencer al presidente", dijo a Infobae uno de los hombres fuertes del 2030. "Y durante la visita es probable que organicen un partido para jugar ellos".

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