La polémica arenga de un entrenador de tenis a una jugadora: "¿Me pongo la faldita y juego yo?"

El hecho ocurrió durante los octavos de fina de un torneo disputado en Bogotá, Colombia, e involucra a los españoles Germán Puentes y Sara Sorribes. La tenista iba perdiendo ante la rumana Ana Bogdan y tras el diálogo con su entrenador dio vuelta el partido y ganó 4-6, 6-4 y 6-4.

El video que muestra una especie de arenga del entrenador hacia su dirigida desató la polémica por el nivel de agresión que hay en las palabras elegidas por el ex jugador de 46 años para, aparentemente, motivar a la tenista. La grabación se volvió viral en las redes sociales y ha sumados miles de comentarios negativos.

Puentes se había enfadado porque Sorribes no había seguido sus indicaciones, había perdido el primer set y estaba abajo en el segundo. "¿Para que quieres la raqueta? ¿para jugar?", comenzó el entrenador: "Te he dicho lo que tenías que hacer, entras al segundo set y ¿qué haces?¿Para qué me quieres aquí?", insistió enfadado.

El monólogo siguió un largo tiempo ante el silencio de Sorribes: "¿Quieres que juegue yo? me pongo la faldita y juego yo. Llamamos a tu papá que venga a jugar también. Aquí la que tienes que jugar eres tú, la que tiene que trabajar eres tú. Basta de lloriqueos, de mirar para afuera y ponte a trabajar".

Tanta era la furia que tenía Puentes que incluso amenazó con renunciar a su cargo: "Hasta aquí nos trajo el río, se acabó. Si quieres seguir, te pones a jugar y ya está a nadie le importa el ridículo que estás haciendo (…) No necesitas gastar más dinero en entrenadores".

Al parecer, este reto funcionó porque Sorribes salió con otra actitud, ganó el set, el partido y jugará los cuatros de final ante Beatriz Haddad. Obviamente, ambos seguirán trabajando juntos.

La viralización del video ha generado el debate también sobre el tono que suelen utilizar los entrenadores cuando se dirigen hacia sus jugadores, no sólo en tenis sino en el resto de los deportes. Varios usuarios respaldaron a Puentes, mientras que otros sostienen que no es necesario maltratar de esta manera a una jugadora para motivarla.

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