La confesión de un futbolista inglés que se cansó del racismo: "No veo la hora de retirarme"

Danny Rose había contado antes del Mundial de Rusia que sufría depresión y ahora se mostró harto por los insultos que recibió en un amistoso entre Inglaterra y Montenegro

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Danny Rose, futbolista de la
Danny Rose, futbolista de la selección de Inglaterra

El 25 de marzo Inglaterra goleó como visitante 5-1 a Montenegro en un duelo correspondiente al torneo clasificatorio para la Eurocopa 2020 durante el cual parte de la parcialidad local se dedicó a insultar a uno de los futbolistas rivales, Danny Rose.

El lateral izquierdo de 28 años tuvo que tolerar cómo el público lo discriminaba por su color de piel durante los 90 minutos algo que, según contó, no es la primera vez que sucede. Sin embargo, no fueron las denigraciones lo que más le molestaron, sino que su desazón proviene del castigo que la UEFA le impondrá a la federación de Montenegro.

El organismo deberá decidir la sanción el 16 de mayo, pero la misma será, cuanto mucho, una multa de USD 56 mil, un partido sin público y la clausura de parte del estadio.

"Cuando la multa a un país por este motivo equivale a lo que yo me gasto en salir una noche en Londres, ¿qué se puede esperar?", le dijo Rose a la BBC en una artículo publicado esta semana en la que agregó: "Lo que yo veo es que tengo cinco o seis años más en el fútbol y no veo la hora de retirarme, de ver qué pasa afuera, del otro lado del fútbol".

Rose se hartó del racismo
Rose se hartó del racismo en el fútbol (Reuters)

Tras aquel partido, el entrenador de MontenegroLjubiša Tumbaković, aseguró que él no escucho ningún tipo de insulto racista, apreciación opuesta a la de Gareth Southgate, técnico de Inglaterra: "No había la menor duda que habían ocurrido. Es inaceptable".

Rose explotó de furia no sólo con la UEFA, sino con el ambiente del fútbol en el que según él, deben tolerarse este tipo de situaciones de forma cotidiana: "Al ver cómo se hacen las cosas en este deporte ahora mismo, la única opción que queda es seguir adelante. Hay mucha política en esto".

El futbolista de la Premier League se mostró molesto con la diferencia que existen en el tipo de castigos y dejó en claro que los actos discriminatorios deberían ser sancionados con mayor severidad: "A mi técnico en el Tottenham (Mauricio Pochettino) lo expulsan por dos juegos por confrontar a Mike Dean (árbitro) frente al Burnley, pero a un país lo penalizan con una multa ínfima por ser racista. Es un poco una farsa".

Rose ya había sido noticia en la previa del Mundial de Rusia por haber revelado que sufría depresión, algo común en los atletas de alto rendimiento pero que se mantiene como tabú por verse como una especie de debilidad. "No se lo he dicho ni a mi madre ni a mi padre, y ellos probablemente se vayan a enfadar al leerlo, pero me lo guardé para mí hasta ahora", había declarado en una entrevista publicada por The Independent.

Rose se desempeña como lateral
Rose se desempeña como lateral por izquierda en el Tottenham de la Premier League (Reuters)

El jugador del Tottenham explicó entonces que a la presión con la que convive por el simple hecho de ser un futbolista de elite tuvo que sumarle varias situaciones personales: "Mi madre fue víctima de insultos racistas en Doncaster (ciudad natal de Rose). Ella estaba muy enfadada y contrariada, y después, alguien llegó a la casa y casi le disparó a mi hermano en la cara". Todo esto sumado al suicidio de su tío.

Esto llevó a Rose a iniciar un tratamiento psiquiátrico y durante unos meses tomó medicamentos para controlar sus emociones: "Me enfadaba mucho, muy rápidamente. No quería trabajar ni hacer mi rehabilitación…".

Este episodio de discriminación sucedido en marzo se suma al ocurrido hace algunos días cuando el futbolista de la Juventus  cuando Moise Kean, gran promesa de líder de la Serie A de Italia, fue víctima del racismo en Cagliari.

El joven nacido en 2000 en Vercelli (Piamonte) y de origen marfileño fue víctima de una ola de insultos durante el partido y cuando marcó el 2 a 0 se plantó frente al público. El hecho tomó mayor trascendencia cunado su compañero Leonardo Bonucci no lo defendió: "Kean sabe que cuando marca, se tiene que concentrar en celebrarlo con sus compañeros. Sabe que podría haber hecho algo diferente a lo que hizo. Creo que la culpa es 50-50, porque Moise no debería haber hecho lo que hizo, y la "Curva" (afición) no debería haber reaccionado como lo hizo".

Tras esta polémica, varias figuras del fútbol europeo se manifestaron en favor de Kean y en contra de la discriminación en el fútbol. Uno de ellos fue Paul Pogba, estrella del Manchester United: "Apoyo todas las batallas contra el racismo, somos todos iguales. Bien hecho italianos, hay que rebelarse y no permitir que un pequeño grupo racista hable por nosotros", escribió el francés en sus redes sociales.

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